El bullying, matoneo o acoso no es un tema nuevo, se puede decir que toda la vida ha existido.  Tanto para los menores de edad como para los adultos.  Con respecto al que se presenta con los estudiantes de colegios, se ha agudizado en los últimos meses, trayendo consigo una alta  agresividad. Unos ejemplos: a mediados de marzo un menor murió al parecer por recibir un golpe con una puerta en un colegio de Manizales y en el mes de abril otro menor fue empujado desde un segundo piso de un colegio en la Enea, o lo que recientemente sucedió en un reconocido colegio de Villamaría.
Todo apunta a que este mal comportamiento de los estudiantes viene en ascenso después la reapertura de los colegios.  Por la pandemia los muchachos estuvieron dos años encerrados, recibiendo los que podían, clases virtuales. Esto trajo consigo que el contacto con sus compañeros se redujera al mínimo y su relacionamiento social se limitara a compartir con las personas que vivían en sus casas.
Los estudiantes vivieron la pandemia encerrados en sus cuartos, pegados de sus celulares o de los computadores, bien fuera estudiando o  jugando. En términos generales, el aprendizaje académico durante este periodo fue muy bajo.
Durante la pandemia las relaciones familiares se volvieron difíciles, vivir “enclaustrados” fue muy duro y para muchas personas se complicaron por  las dificultades  económicas.  La mayoría de los padres o acudientes sintieron un descanso y un alivio cuando los estudiantes retornaron a las clases presenciales, así y lo mejor, fue que las madres pudieron volver a trabajar.
El manejo y atención de los niños y los jóvenes con el paso de los tiempos ha venido cambiando mucho.  Atrás quedaron las épocas en que los padres de familia y especialmente las madres, estaban permanentemente cuidando a sus hijos. El mundo actual es otro, son muchos los casos en que estos son manejados por sus abuelos, tíos , vecinos, empleadas o un acudiente.
Muchos de  los padres de familia  no están interesados en cuidar a sus hijos y para tenerlos contentos, lo que hacen es colmarlos de regalos y objetos materiales. Pero es poco el cariño, el afecto y la autoridad que les prodigan y han delegado la responsabilidad de su formación y cuidado a los colegios.  
Los estudiantes están presentando una baja tolerancia a la frustración, depresión, ansiedad y una alta agresividad, lo que incrementa los intentos de suicidio -Manizales es la segunda ciudad en el país con mayor índice de intento de suicidio-.
No todo lo que sucede en los colegios es bullying, matoneo o acoso; sin embargo, las redes sociales además de estar influyendo negativamente,  están trayendo consigo un  mal manejo de la  información,  tergiversando y acrecentando  los comportamientos y manejo de los estudiantes
Los grupos de WhatsApp de los salones de clase, que incluye padres de familia y profesores, están propiciando que los papás se ataquen entre sí, cuestionen a los colegios y desautoricen a los profesores.  La educación está bajo la dictadura del WhatsApp y no se le está poniendo el debido control y respeto que merecen las personas vinculadas al grupo.
La gran mayoría de los colegios no están en condiciones para manejar y atender los comportamientos   de este tipo de sus estudiantes.   Es urgente hacer un frente común para crear consciencia en los padres de familia que el primer responsable de la educación de sus hijos es ellos mismos.  Adicionalmente la ciudadanía debe tener conocimiento de lo que está sucediendo con los estudiantes, éste un problema muy delicado, que requiere una acción y un manejo urgente; al fin y al cabo estamos hablando de los que en un futuro van a ser los responsables del manejo, al menos de la ciudad, bien sea en el sector público o privado.
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Ñapa:  Tal como están las cosas una segunda vuelta entre Petro y Fico, la gana Petro, pero entre Petro y Hernández, que no es poco probable, la gana Hernández.  La gente quiere un cambio, así éste sea un salto al vacío.