Dentro de las obras civiles que está construyendo actualmente la administración municipal, las dos más cuestionadas son el bulevar de la 48 y la intersección de Los Cedros. Con respecto a la segunda me referiré en otra oportunidad, y sobre la de la calle 48, la semana pasada se cumplió un año de haberse iniciado su construcción, lo que ha generado un fuerte reclamo de la comunidad.
A mediados del año pasado el alcalde presentó a la ciudadanía una serie de obras civiles que tenía programadas construir durante su administración, siendo una de éstas la que denominó “Campus Manizales”, que consiste en conectar todas las universidades de la ciudad con unos recorridos ambientales, en los que compaginarían sin dificultades el peatón, los ciclistas y los carros.
En la construcción de la obra de la calle 48 han intervenido cuatro actores: La Universidad Nacional; el contratista de la obra civil; los constructores de unos proyectos aledaños a la vía y la administración municipal.
Los estudios y diseños de los proyectos que contemplaban todo el programa de Campus Manizales fueron contratados con la Universidad Nacional sede Manizales, quienes los deberían llevar a fase III; es decir, que estos deberían estar en un punto definitivo de tal manera que las obras se pudieran realizar sin mayores contratiempos.
Lamentablemente para el municipio, y para los ciudadanos, la contratación con la Universidad no satisfizo las expectativas que se tenían que, sobre el papel, era el contratista más indicado. Desde el inicio de las obras se empezaron a presentar dificultades porque a los diseños les faltaron especificaciones técnicas y procesos de construcción -hay que tener en cuenta que los elementos urbanos propuestos son complejos y difíciles de construir-; no hicieron los estudios requeridos a profundidad de las redes de servicios públicos existentes en la vía, siendo el más crítico el eléctrico, que solamente hasta hace pocos días fue aprobado por la Chec y por el Invama; los estudios de suelos fueron incompletos y no mostraron los vestigios que quedaron de la demolición de uno de los edificios del Hospital Universitario de Caldas realizada hace unos años.
El otro actor es el constructor que no ha sido el más colaborador e interesado en sacar adelante la obra y se ha “colinchado” de las dificultades presentadas con los estudios y diseños, para demorar y retrasar su trabajo. Ha sido tal su falta de compromiso que la administración tomó la decisión de iniciar un proceso de incumplimiento del contrato.
El otro protagonista es la Universidad de Caldas -que pretende construir un edificio para una IPS contigua a la Facultad de Ciencias de la Salud- y el constructor de un edificio en la esquina con la Avenida Santander, quien al darse cuenta de las obras del bulevar, sin que los diseñadores hubieran contactado previamente a estos dos actores, manifestaron que requerían para sus proyectos hacer unos trabajos y dejar unos ductos en el sitio donde se estaba construyendo la obra. Esto también contribuyó a generar dificultades para la construcción del proyecto.
En cuanto al municipio hay que anotar que las hojas de vida de los profesionales que dispuso la Universidad Nacional le generaron mucha confianza como equipo diseñador, lo que sumado al escaso personal de la Secretaría de Obras Públicas, quienes estaban muy ocupados atendiendo las otras obras programadas la administración municipal, no contaron con el tiempo suficiente para atender el contrato con la Universidad. Esto se complicó con la falta de diligencia de los profesionales para atender con premura los requerimientos de los funcionarios del municipio, quienes al parecer olvidaron que “el que paga es el que pone las condiciones”.
Otro de los diseños que entregó la Universidad Nacional fue la remodelación del parque de “La Gotera” en la Universidad de Caldas, estos diseños se hicieron a puerta cerrada y sin socializarse, por lo que cuando fueron entregados a la Alcaldía y a su vez presentados a la Universidad de Caldas, fueron objetados. Les correspondió a los diseñadores, que según se dice son bastante complicados, replantear el diseño a la par de un proceso de socialización, tener en cuenta las recomendaciones de los estamentos de la Universidad de Caldas y reconsiderar elementos del diseño original.
Entre tanto, la Alcaldía está interesada en sacar adelante el bulevar de la calle 19 en el tramo que va entre en la Universidad de Manizales y el Parque Alfonso López y ante la experiencia vivida en la calle 48, es muy importante que revisen con minuciosidad el diseño propuesto y, si es del caso, analicen su viabilidad, porque entre otras la Universidad Nacional ha presentado unos renders y fotomontajes de sus diseños con un alto contenido artístico, pero algo distantes de la realidad de lo que se puede necesitar y construir en el sector.
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