Hasta no hace muchos años una de las características que tenían los gobernantes era el buen trato y las buenas maneras hacia sus gobernados. Procuraban ser respetuosos con sus amigos, e inclusive en la mayoría de las oportunidades con sus enemigos. Lo normal era que en las discusiones públicas no se tuvieran insultos personales, lo mismo que tenían respeto con la vida privada y personal. Lamentablemente con la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump este comportamiento se perdió tanto en USA, como en otras partes del mundo.
Estados Unidos está en proceso de elección de su presidente, que se tiene programada para el próximo 3 de noviembre, aunque la elección presidencial ya empezó, porque en ese país se permite que los ciudadanos puedan votar por correo antes del día de las elecciones. A la fecha van más de 50 millones de ciudadanos que han votado.
Los gringos tienen un sistema electoral muy extraño, porque no se elige al candidato que obtenga el mayor número de votos, sino que el presidente es nombrado por un colegio electoral, el cual lo conforman unos delegados que representan a los diferentes Estados del país. En la pasada elección presidencial, Hillary Clinton obtuvo la mayor votación a nivel nacional.
Es claro que el comportamiento como persona y gobernante del señor Trump dejan mucho que desear; sin embargo, es apoyado por casi la mitad de los estadounidenses y si bien las encuestas están dando como favorito a Joe Biden, todavía no se puede cantar victoria.
Este gobernante ha sido un mal ejemplo para otros mandatarios mundiales, y como candidato ha sido peor. Como político ha sido un gran alumno de Hugo Chávez, quien entre otras cosas, durante su mandato conformó las milicias bolivarianas. El actual candidato-presidente está apoyando unos grupos violentos de extrema derecha que se denominan supremacía blanca y los tiene aleccionados para que cuando les dé la orden desplieguen toda su capacidad agresiva contra la comunidad. Tal como están las cosas, Joe Biden tendrá que ganar por un amplio margen, sino el presidente gringo, como cualquier gobernante del tercer mundo, hará hasta lo imposible por no entregar el poder.
En nuestro país ya empezó la campaña electoral, aun cuando le faltan un poco menos de dos años como gobernante al presidente Duque. En medio de semejantes circunstancias por las que estamos pasando, es increíble el alto número de interesados en aspirar a la presidencia de Colombia. Se están presentando candidatos para todos los gustos. Muchos de ellos están copiando el modelo “Trump-candidato”, que además de ser populistas y demagogos, son abusadores de las redes sociales y las aprovechan para decir verdades a medias, y para propiciar mentiras y ataques a sus contradictores.
Una época de crisis económica como la que estamos padeciendo es muy propicia para que un cuentero convenza a sus electores y llegue a la presidencia, o inclusive para que se impulsen candidaturas de personas sin mayor preparación para ocupar el primer cargo del país. 

En medio de la pandemia, el líder mundial a destacar es el papa Francisco. En marzo, en el primer pico del covid-19 en Europa, en un acto sobrio y cargado de solemnidad, oró por la humanidad y la bendijo. Acaba de sacar la encíclica Fratelli tutti, que a mi juicio es un tratado sociológico y de cómo debe ser el comportamiento con nuestros semejantes, especialmente en estas épocas de pandemia. Recientemente salió un documental sobre su vida en el que manifestó que las parejas del mismo sexo deberían disfrutar de protección legal, al igual que los heterosexuales unidos en matrimonio, lo que sin lugar a dudas constituye una propuesta totalmente revolucionaria para la iglesia católica.