Luis Andrés Colmenares fue un estudiante de la Universidad de Los Andes, oriundo de La Guajira, que murió el 31 de octubre de 2010, en unas extrañas circunstancias y cuya muerte se convirtió en un novelón nacional, tanto que finalmente dio para que Neflix hiciera una serie de ocho capítulos sobre su historia. El caso Colmenares y la serie se han encargado de mostrar las debilidades de nuestra justicia y la falta de capacidad de perdón y aceptación que tenemos los colombianos.
Colmenares murió en un caño de la ciudad de Bogotá, cuando salió corriendo borracho de una discoteca, molesto por un desplante que le había hecho su pareja de esa noche. Hay dos versiones de la muerte de Luis Andrés, una que borracho y molesto con su pareja se tiró al caño y allí se ahogó. La otra que el exnovio de su pareja le dio una golpiza y en compañía de unos amigos lo tiraron al caño donde murió.
La serie muestra la lentitud y las debilidades de nuestra justicia. Vamos para 10 años y el proceso todavía está en curso y no tiene ningún detenido. Otra dificultad para resolver el caso han sido los testigos. Si bien la serie se cuida de aclarar cómo aparecieron, durante el juicio se demostró que no estuvieron en la escena de los hechos. Otra falla en el caso ha sido un fiscal que la serie muestra como locato, con un alto grado de protagonismo, quien ni siquiera se preocupó por corroborar la veracidad de los supuestos testigos.
La serie también muestra la justicia espectáculo tan de moda en nuestro país, y a los abogados involucrados en el juicio como soberbios, sobradores y vitrineros. Es tanto el interés por parte de la comunidad a la que llegó el caso Colmenares a nivel nacional, que uno de los abogados que está interviniendo en el proceso no cobra honorarios. Aparentemente lo que le interesa es el show y el protagonismo.
Lo que presenta la serie sobre nuestra justicia dudo mucho que esté alejado de la realidad. El caso Colmenares llegó a tener relevancia a nivel nacional porque se conjugaron dos hechos muy importantes. Uno, que los estudiantes involucrados eran de la universidad más elitista de nuestro país y el segundo que se dio una lucha entre cachacos y costeños. Aparentemente ese era un caso muy sencillo de resolver. Un muchacho borracho que se tiró a un caño y se ahogó; sin embargo, trascendió nacionalmente y se están buscando culpables del supuesto asesinato a como dé lugar.
Otro punto muy lamentable que muestra la serie, es la negación de la muerte de Luis Alberto por parte de sus papás. Después de varios años de su fallecimiento, le seguían sirviendo en el comedor de la casa la comida y además tenían visiones con él. Aparentemente no están interesados en hacer el duelo y aceptar su muerte y lo más complicado, están ensañados en buscar culpables y en hacer “justicia”. Lo delicado de este comportamiento es que se está volviendo una constante de los colombianos.
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Caso Coronell: Daniel Coronell se convirtió en uno de los periodistas más reconocidos y leídos a nivel nacional. Tiene una excelente capacidad para estar bien informado. Frentero y caza peleas. Un cuestionamiento que le hizo a la revista semana -donde publicaba su artículo semanal- en el sentido en que al parecer estaba protegiendo al gobierno nacional, lo sacó de ella. Lo preocupante no es que la revista no haya publicado la denuncia, lo delicado es que aparentemente el gobierno Duque haya retomado el camino de volver a las épocas de los falsos positivos por parte de las fuerzas militares.
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