Beatriz Chaves Echeverry


El miércoles tuve que hacer la fila más larga para entrar al Teatro Los Fundadores que he hecho en toda mi vida y, en vez de impacientarme o sentir molestia, la hice con gusto y alegría, porque ver la asistencia masiva a un espectáculo cultural exigente, que no es simple entretenimiento para las masas malacostumbradas a música simple, desde el punto de vista de la estructura y el ritmo, ya que la orquesta Sinfónica de Caldas tuvo la valentía y la madurez musical para montar la Sinfonía número Cinco, de Gustav Mahler, un compositor nacido en Bohemia, cuando ésta pertenecía al imperio austriaco, su carrera fue más conocida como director de orquesta, como compositor fue incomprendido en su época, pues la complejidad de su música no era algo a lo que el público de ese tiempo estuviera acostumbrado. Él mismo decía que hubiera querido interpretar sus piezas cincuenta años después, esperando que esos espectadores sí pudieran entender y apreciar su obra y, afortunadamente así fue. El importante director de orquesta Leonard Bernstein fue uno de los encargados de difundir sus creaciones, tanto que utilizó una de sus piezas para acompañar las honras fúnebres de Robert Kennedy. Otra de las razones por las que la obra de Mahler llegó al gran público fue a través de la película “Muerte en Venecia”, del famoso director Luciano Visconti, película que marcó un hito en la década del setenta.
Una más de las sorpresas de la noche fue la interpretación del bambuco “Nostalgia”, del compositor Ramón Cardona García, oriundo de Manzanares, quien a pesar de su corta vida, pues solo vivió 37 años, dejó su legado musical como director del Conservatorio de Música de la Universidad de Caldas y como director de la Orquesta Sinfónica de Caldas. Este bambuco lo compuso el músico mientras estudiaba en la Escuela superior de Bellas Artes, de la Universidad de La Plata, en Argentina, con esta composición ganó el Primer Concurso Nacional de Folclore de Manizales. Después de varios años viviendo en la Argentina regresó a esta ciudad a regalarnos su conocimiento y a sembrar su legado a través de la creación de una coral y de su labor pedagógica. Como tantas otras vidas en este país, la vida del maestro Cardona fue cegada absurdamente por la violencia, luego de una presentación en Ibagué de la coral El Ruiz, que dirigía, el bus en el que regresaban fue asaltado y asesinaron a este hombre lleno de talento. Así que el homenaje que le rindió la Orquesta Sinfónica, interpretando su hermoso bambuco, es más que merecido, qué importante que las nuevas generaciones conozcan quién fue este músico y compositor caldense, ejemplo e entrega al arte y a la pedagogía musical.
Gracias maestro Leonardo Marulanda por dirigir tan magistralmente este patrimonio cultural, con el que contamos en el departamento y en nuestra ciudad, como es La Orquesta Sinfónica de Caldas, desde que usted es el director he podido disfrutar maravillosos conciertos, tal vez sea verdad que esta es la orquesta sinfónica más pobre del país, pero sin lugar a dudas es una de las mejores, como usted lo expresó la noche del concierto, interpretar la Sinfonía número 5 de Mahler es un reto, ya que es extremadamente difícil y está al alcance de muy pocas orquestas y de muy pocos músicos, pero usted, en compañía de los músicos que dirige hizo posible que la escucháramos en la sala de nuestro querido Teatro Los Fundadores.
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