En uno de esos mensajes que la gente comparte por las redes sociales me llegó un audio de un programa periodístico, en el cual el director le dio la palabra a un oyente, quien no se identificó, el cual esgrimió todos los argumentos de por qué los habitantes de “la Patria Boba” deberíamos votar en blanco en las próximas elecciones para Senado y Cámara. A mí la propuesta me parece descabellada, pero la reflexión sí me parece muy interesante, el señor argumenta que los colombianos nos estamos enfocando en las elecciones presidenciales, sin tener en cuenta que los que deciden sobre las políticas que se van a aplicar son los congresistas, ellos son los que aprueban o hunden las propuestas legislativas del gobierno: “Las elecciones más importantes en Colombia son las de los congresistas” expresa el señor, con lo cual yo no estoy totalmente de acuerdo, pues elegir al capitán del barco definitivamente hace la diferencia, pero si la tripulación no sigue las disposiciones del capitán, esto sí que puede generar un caos.
Lo cierto es que los colombianos tenemos que ser igualmente responsables tanto para elegir al presidente de la República como al dar nuestro voto para apoyar un candidato al Senado y la Cámara de Representantes, ninguna de las dos oportunidades de ejercer el derecho al voto y apoyar la democracia la podemos tomar a la ligera. Yo sé que la corrupción y el apego a los intereses personales abunda en nuestros candidatos y congresistas que aspiran a ser reelectos, hablar de esto es llover sobre mojado, pero también existen personas buenas, con intereses que van más allá de la propia ambición, que quieren hacer algo por este país, eso sí, es labor de cada uno de los votantes investigar y escoger bien, porque la realidad es que nosotros somos los electores tanto de los buenos como de los malos, es nuestra responsabilidad total y absoluta saber y decidir por quién vamos a votar.
Por ahora veo muchas pancartas mentirosas, con frases estúpidas que quieren enganchar al posible elector; ahí está el libre albedrío de cada quien si se queda con el eslogan superficial, con el diseño de sonrisa, la foto de cuando era flaca, la dieta apresurada para favorecer la imagen, la florecita y todos los demás trucos que usan los políticos para convencer a los habitantes de “la Patria Boba” de ser nuestra mejor opción. Pero en esa contaminación visual a la que nos someten los candidatos por esta época, de pronto aparece una imagen auténtica, de alguien que le ha aportado algo a la ciudad y al país a través de su trabajo honesto, a esa persona es a la que tenemos que apoyar, porque sí hay por quien votar, pero toca buscar, como decían las viejitas “como buscando una aguja en un pajar”.
Ni qué decir de los que venden el voto, esos están vendiendo el país al mejor postor, que sólo lo quiere para robarlo y saquearlo, entonces ¿cómo quejarse de la situación, si son cómplices de los pillos?
Debo reiterar en esta columna que este año nos jugamos el futuro del país, si nos equivocamos en esta decisión, nuestra historia puede dar un giro fatal, así que no seamos copartícipes de la ruina de nuestra amada Colombia, votemos con conciencia y responsabilidad, porque el futuro del país depende de las decisiones que tomemos en estas próximas elecciones.
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