Beatriz Chaves Echeverry
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Cuando leí El Olvido que Seremos, la excelente novela de Héctor Abad Faciolince, pensé en mi padre, en su vida y en su muerte, pues en algunos aspectos se parecen su historia y la del protagonista, Hector Abad Gómez, los dos fueron hombres que dedicaron su vida a ayudar a los demás, con familias grandes y costosas de mantener, esposas amorosas que los apoyaron en todo lo que pudieron para que ellos cumplieran su ideal, los dos tenían una relación única y personal con Dios, que no era mediada por un sacerdote o una religión pero eran profundamente buenos.
Para mí fue un gran placer ir a ver la película del director español Fernando Trueba, pocas veces el lenguaje cinematográfico le hace honor a la novela que le da origen, pero en este caso sí, de muchas maneras, ya que la escogencia de los actores que se apropiaron de los roles principales fue excelente, según leí, el actor Javier Cámara guarda un parecido muy grande con el Doctor Abad Gómez, además del esfuerzo que hace por adoptar el acento paisa y no caer en la caricatura, su interpretación del personaje enternece y convence, porque definitivamente el protagonista no era un papá de la época, se parece más a los papás de ahora, quienes ejercen la ternura sin sentirse confrontados o sin que eso implique negociar su autoridad. La película es profundamente íntima, nos permite asomarnos a la vida de esta familia paisa como si estuviésemos mirando a través de una ventana de la casa o estuviéramos jugando en el patio, con alguno de los hijos mientras la vida transcurre. La tragedia de Marta, la hermana del escritor que muere de cáncer está muy bien representada, así mismo el impacto que esto causó en toda la familia, especialmente en el padre, quien nunca volvería a ser el mismo después de su muerte. La labor de este doctor en la salud pública de Medellín y del país es trascendental, sin duda fue un pionero en el tema, algo tan simple como la importancia del lavado de manos como medio para prevenir enfermedades es algo que se ve muy claro en la película. Así mismo se explica por qué el Doctor Abad Gómez se ganó tantos enemigos en su labor social y como docente universitario y toma una vigencia muy grande su muerte, pues es el reflejo de la realidad que estamos viviendo hoy.
No puedo terminar este artículo sin alabar al guionista, pues el trabajo de adaptación que hace de la novela es excelente, sin un guión tan perfecto el resultado no hubiera sido el mismo, antes de investigar pensé que había sido el mismo Abad Faciolince quien había realizado la adaptación de su novela, pero el escritor se negó a hacerlo, entonces el director, Fernando Trueba le delegó la difícil misión a su propio hermano, David Trueba y en mi concepto el resultado no pudo haber sido mejor.
Si no se ha ido a ver la película, vaya, es una oportunidad de oro para ver una excelente adaptación, pero mi principal consejo es que no deje de leer la novela, tal vez le pase como a mí, ya que su lectura fue una remembranza de mi propio padre y un agradecimiento, ya que el amor del autor por su padre tradujo en palabras lo que yo siento por el mío.
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