Beatriz Chaves Echeverry
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¿Quién es el Principito? Este enigmático personaje sin duda marcó un hito en la literatura, su autor, Antoine de Saint-Exupery, un aviador nacido en 1900, quien desapareció en un vuelo en las aguas del mar Mediterráneo, lo inmortalizó. El libro se publicó en 1943, apenas 1 año antes de la muerte de su autor, quién seguro nunca se imaginó la magnitud que tendría su creación, traducida a más de 250 idiomas.
¿Es el Principito un niño o un adulto con cuerpo de niño? O más bien debería decir “lo mejor de un adulto y de un niño a la vez”, porque la manera en la cual el Principito amaba a su rosa es un amor tan profundo que le vale el mayor sacrificio; la muerte del cuerpo físico sólo para poder regresar con ella. Pero el Principito, a pesar de su miedo, domina el misterio de la muerte: “Tendrás pena y sufrirás porque parecerá que estoy muerto y no será verdad”, así le explica su partida al Aviador.
En su periplo, huyendo del agobio del amor, el Principito se cruzó con personajes muy diferentes, a los cuales les encontró poco o ningún sentido; “los niños deben ser muy condescendientes con las personas mayores” dice el protagonista describiendo a los adultos, pero como el pequeño viajero no era del todo un niño, partía de cada uno de los planetas sin poderlos comprender: “Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha aspirado una flor, nunca ha observado una estrella, nunca ha querido a nadie”. ¿A cuántas personas describe esta frase?
Al llegar a la tierra el maravilloso viajero por fin encuentra un amigo: el Zorro, para mí el personaje de mayor poesía que tiene el libro, el zorro se encarga de explicarle al Principito el misterio del amor y la amistad: Su flor es única porque lo necesita. El zorro le habla de un arte caído en el olvido; “la domesticación” que este extraordinario personaje describe como “el arte de crear vínculos”. Amor y Amistad se construyen paso a paso y sus ladrillos están hechos de un raro tesoro que tenemos los humanos: El tiempo.
“-Sólo se conoce bien lo que se domestica –dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada; todo lo compran ya hecho, Y como en las tiendas no se venden amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres tener un amigo, entonces debes domesticarme!”, exhorta el zorro al Principito.
Al fin el Principito comprende lo inútil que es tratar de huir del amor y decide volver con su rosa, el zorro le explica que lo que hace importante y única a su rosa es el tiempo que él le dedica, así mismo el vínculo sagrado entre ellos; “los hombres han olvidado esta gran verdad –dijo el zorro-. ¡Tú no debes olvidarla! Eres responsable por siempre, de lo que hayas domesticado ¡Eres responsable de tu rosa!...”
Los Amigos se despiden, pero antes el zorro le regala al Principito su gran secreto: “Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.
Abril es el mes de los niños, es bueno regresar a la pureza de la infancia y qué mejor manera que de la mano del Principito. Así que si no ha leído este tesoro de la literatura universal es buen momento para hacerlo y mejor aún si tiene un pequeño niño con quien pueda compartir esta lectura. Este libro está lleno de claves para la vida pero hay que saber leer porque “los ojos no siempre saben ver. Hay que buscar con el corazón.”
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