Esta paladina frase ha sido adoptada por varios personajes para hacer alusión a un desempeño. La misma puede ser asignada a quienes de una u otra manera han contribuido eficazmente a un buen suceso, por ejemplo, nacional, verbo y gracia al libertador Simón Bolívar, a Francisco de Paula Santander, etc., y aunque puede servir también de estandarte a muchos aspirantes a dirigir los destinos sociales (presidentes, gobernadores, alcaldes, congresistas, diputados, concejales), sus resultados, o son negativos, o dejan mucho qué desear. Quizás, además de aquellos servidores, quienes deberían hacer mayor gala de ese dicho, son los que ejercen las funciones de control: contralores y procuradores como vigías de la “res pública” y de la moralidad pública, de los que la historia muestra que muchos de ellos, en su dimensión, no han sido fieles a su juramento, ni leales con sus responsabilidades. También el proverbio debe ser guía de todo el sistema judicial.
“La Patria” nació cuando los hoy departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda eran una sola entidad territorial, el “Caldas grande” como se le llamó, o el “Gran Caldas”, la única división política de Colombia que a la sazón poseía tres importantes y emprendedoras ciudades, en la actualidad, sendas capitales en cada uno de aquellos. Era entonces un gran departamento pujante, situado en pleno centro del país, toda su actividad, especialmente de dirección política y administrativa, se hacía desde Manizales. Eso por supuesto despertó al cabo de los años, celos e intrigas, propiciando la desmembración, de la que hoy la historia narra las bondades o el desacierto de esa segmentación, que ante los retos o desafíos que impone el desarrollo deberían interesarse en formar sin prevenciones, una región con un futuro inconmensurable. “La Patria” era para aquella época el vocero de la sociedad, y continúa siéndolo y reclamando progreso; es quizás el único diario que parece sobrevivir y que llega a su primer centenario de existencia en esta zona del país. El periódico ha tenido varias etapas, todas ellas sin solución de continuidad, no obstante las censuras que en distintas épocas se dieron en Colombia contra los medios de comunicación.
Del poder e influencia que ejerció en distintos momentos, dieron o dan fe, desde su fundación, el Dr. Francisco José Ocampo, lo que se proyectó con sus distintos directores José Restrepo Restrepo, Augusto León Restrepo, Ignacio Restrepo Abondano y Rodrigo Silva H., y con una orientación menos partidista y de mayor apertura lo han orientado Felipe Gómez Restrepo y su actual director, Nicolás Restrepo Escobar.
Los medios de comunicación impresos han sufrido verdaderas mutaciones debido a los avances tecnológicos, especialmente virtuales, lo que los ha llevado a optar por nuevas estrategias a fin mantener no solo su permanencia, sino continuar con la misión y visión que cada uno tiene o asume.
“La Patria” siempre ha mantenido la lupa sobre la gestión que desarrollan nuestros gobernantes, antes del “viejo Caldas”, y ahora de nuestro departamento y municipios, donde continúa siendo la voz de los caldenses en defensa de sus caros y nobles intereses e ideales. Creo, personalmente, que ha cumplido la labor de guardián del quehacer cotidiano, como complemento de la luz que ilumina la puerta de la moralidad, la honestidad y el óptimo desempeño, ello sin descuidar la información imparcial y la opinión de sus periodistas y colaboradores, todo en cumplimiento de los parámetros que traza nuestra Constitución. Ese es el norte que deberían tener y preservar todos los medios de comunicación del país, hoy muchos venidos a menos por asumir causas que los alejan de sus principios éticos y responsabilidades sociales.
Nos congratulamos risaraldenses, quindianos y caldenses, y en general, todos los colombianos en la conmemoración de los 100 años de “La Patria” que oficialmente acaba de celebrar con la presencia del señor Presidente de la República, matutino que continuará contando con el apoyo de todos y así pueda seguir tejiendo la historia de la región y de la república. El periódico ha asumido unos nuevos retos, y esperamos que su vocación perdure por muchas generaciones. Sí, con “La Patria” ha habido y hay “luz en la poterna y guardián en la heredad”.
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