Andrés Hurtado


Estábamos contando la deliciosa anécdota del encuentro de Gregorio Gutiérrez González con Julio Arboleda en una fonda caminera. Enterado Gregorio de que Julio estaba en la sala se dirigió a él y como saludo le disparó esta copla:
De dónde vienes
y a dónde vas,
cómo te llamas
y cómo estás.
Levantándose de la mesa Julio le contestó:
De Antioquia vengo
y al Cauca voy,
Julio me llamo
y bien estoy.
Sabida es la habilidad de los paisas para los refranes y dichos graciosos y picarones. Y los arrieros, los que abrieron los caminos de la colonización antioqueña entre Antioquia, Caldas (con Quindío y Pereira) Norte del Tolima y del Valle, ellos tenían mucho que contar, inventar y “versear”: historias de caminos, de fondas, de muchachas bonitas, de tigres, de serpientes, de pájaros, de noches despejadas, de estrellas, de tempestades, de mulas enterradas en el barro. Hay libros enteros divertidos sobre dichos y refranes paisas. Ya dije que en mis clases de literatura concedo atención especial a las coplas y en especial a las paisas. Trascribo una que, entre miles, me parece muy divertida. Estaban dos viejos arrieros tomando trago, sentados en un bar frente a la iglesia. A esa hora temprana llegó un cortejo, se casaban dos muchachos, muy jóvenes ambos, tal vez de 16 años él y de 15 ella. Al verlos entrar, de impecable traje “negro hasta los pies vestido” el novio y con un traje de blancura angelical con larga cola la doncella, uno de los borrachitos dice:
Que se casan ya se ve,
el designio no se esconde,
pero este muchacho con qué
y esta muchacha por dónde.
De cuentos de arrierías, de dichos, de historias de la colonización es mucho lo que se ha escrito. Álvaro Fernández, Germán Fierro, Liliana María Zapata, Rafael Arango Villegas y Omar Morales Benítez, son algunos nombres de una larguísima lista. Un buen coplero en un concurso se distingue por la rapidez de la repentización, por la gracia del contenido y por la rima. Recurso habitual y que facilita la repentización es la llamada rima pobre, que se nutre sobre todo de participios. Los mejores copleros no abusan de ella.
Copleros hay muchos y excelentes. Solo quiero referirme a uno, porque además de dominar la copla llanera ha participado en concursos de copla costeña, la piquería y de la copla paisa y no le ha ido mal. Se trata de Yostimar Prado, nacido en Paz de Ariporo, cerca de Yopal, en la entraña del Llano, camino del afamado Hato La Aurora. De niño sufrió los horrores de la violencia. Tenía solo 6 meses de nacido y la guerrilla mató a su madre. Se crió con sus abuelos en las labores propias de los llaneros. Ha ganado muchos festivales en Colombia y Venezuela donde ha sido rey del contrapunteo llanero. En Colombia fue virrey nacional de la trova paisa. Su aspiración es ganar el concurso de la piquería en el que quedó finalista. Hablemos ahora de los declamadores de poemas del Llano. Hay uno que sobresale por encima de todos y es el inolvidable Juan Harvey Caicedo. Fue la voz más prodigiosa que hubo en la radio y televisión colombianas, y uno de los fundadores de la televisión y también del cine porque trabajó en “El río de las tumbas” en 1964, película de nuestro incipiente cine. Estuvo en varias cadenas de radio y programas de televisión. Su paso por La Luciérnaga fue memorable. Su voz era solicitada como locutor y como lector de comerciales. Fue presidente de la Asociación colombiana de locutores. (Continuará).
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