Andrés Hurtado

Estábamos hablando de la comunidad kurripaca de Coco Viejo en Guainía y dijimos que se encuentra muy cerca de la capital del departamento. Ya hablamos de sus artesanías, tal vez las más bellas de la Amazonia colombiana. En verano, cuando el río desnuda las redondeadas piedras de la playa se pueden observar los petroglifos grabados en ellas y que según dicen los arqueólogos fueron esculpidos hace varios cientos de años. El último, el que se encuentra casi en la mitad del río, está tallado en una piedra que tiene forma oval. Dicen que representa a la mujer. Según mi opinión son tan bellos, la piedra y el petroglifo, que los incluiré, Dios mediante, en mi próximo libro sobre rincones bellos de Colombia. Frente al Coco Viejo se encuentra la unión de los ríos Guaviare e Inírida. Ya hemos dicho que el primero arrastra aguas “blancas” y el segundo, “negras” y que la lucha de ambos colores por sobreponerse se prolonga por unos cien metros. Al fin “ganan” las aguas del Guaviare por ser el río más caudaloso. Son muchos los miradores del Guainía para observar los atardeceres. Los Cerros de Mavicure, el puerto fluvial de la capital y Coco Viejo, entre otros. Este último ofrece en verano los siguientes componentes paisajísticos para una fotografía memorable: el cielo, la selva, el río, las piedras de la playa y ocasionales canoas de pescadores.
En el Guainía, ya se sabe, los gobernantes son elegidos por los indígenas por ser estos mayoría. Y también se sabe, todo el mundo lo sabe y lo dice abiertamente, los candidatos reparten 100.000 pesos a cada indígena para que voten por ellos.
Pero volvamos a las cosas bellas del departamento. Hablamos ya de la Laguna de las Brujas y dijimos que nos llevaron los indígenas amigos de la Comunidad de Concordia. A la laguna se puede llegar también desde el puerto de Inírida. Allí se alquila una embarcación con motor o una a remo y la entrada a la laguna se encuentra a menos de 10 minutos. Entrar a ella es como entrar a un templo. El silencio se impone. Los bosques de las márgenes parecen diseñados por las hadas y sus reflejos en el agua son hermosos. No me canso de visitar la laguna cada vez que voy al Guainía. Son decenas y decenas de fotos las que de allí traigo. Otra laguna cerca de la capital se llama Matraca y merece también una visita.
Hay un caño, verdadero río, que es atracción irresistible para los pescadores y se llama Caño Bocón que es un afluente del Inírida. Sus bocas se encuentran no lejos de la capital remontando el río Inírida al que rinde sus aguas por la margen hidrográfica izquierda, o sea derecha subiendo el río. Caño Bocón es el paraíso de la pesca deportiva. Hay muchos manizaleños excelentes pescadores que viajan a Puerto Carreño en el Vichada
para dedicarse a su deporte en aguas del Orinoco, del Meta y del Bita. Les aseguro que la pesca en Caño Bocón sobrepasa en cantidad a la que se logra en el Orinoco.
Hace muchos años en mi primera navegación por Caño Bocón nos cruzamos con una embarcación que bajaba y traía un gigantesco refrigerador totalmente lleno de peces. Le calculo al aparato unos tres metros de largo y uno y medio de altura. Caño Bocón es rico en pavones (tucunarés), bagres, bocones y una larga lista de peces entre los que no faltan las pirañas. Recordemos que pavón es el mismo tucunaré.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015