Andrés Hurtado


Estamos en el centro de Pest cuya calle emblemática Vaci utca ya recorrimos. La fachada de un edificio, totalmente diferente a los demás, llama la atención. Lo llaman Banco Turco porque originariamente lo fue. En la fachada elaborado con hormigón y cristal un gran mosaico titulado Gloria a Hungría, rinde homenaje a la “Patrona Hungariae”, la Virgen María, Patrona de Hungría. La figura de la Virgen está rodeada de ángeles, pastores y héroes nacionales. Los héroes son: el príncipe Ferenc Rakocsi, Lajos Kossuth e Istvan Szechenyi. La iglesia servita además de estatuas de varios santos tiene una placa que rinde homenaje a los Héroes del VII Regimiento de Húsares Wilhelm que murieron en la I Guerra Mundial. Sigo recorriendo Pest y muy cerca encuentro la iglesia luterana cuya decoración es mínima, según los dictados del protestantismo respecto a sus templos. Anexo a la iglesia está el Museo Nacional
Luterano que contiene una pieza de inigualable valor, una copia del testamento y la última voluntad de Martín Lutero cuyo documento original fechado en 1.542 se guarda en los Archivos Luteranos. El museo recorre la historia de la Reforma en Hungría. Hay en una plazoleta una fuente muy hermosa, obra del renombrado y varias veces nombrado aquí arquitecto Miklos Ybl. Se llama la Fuente del Danubio y la corona la figura de Danubius y las tres figuras femeninas de abajo representan los otros tres ríos grandes de Hungría: el Tisza, el Drava y el Szava. El Teatro Nuevo ha pasado por varias vicisitudes. Incluso fue sede de la compañía cabaretera Parisian Mulato, que lo convirtió en sede de esta clase de espectáculos frívolos. Luego volvió a ser lo que primitivamente fue.
En inmediaciones de la famosa avenida Andrassy visitamos el museo de Liszt y el de Kodaly. Ahora en el centro de Pest visito la Academia de Música Ferenc Liszt. Una soberbia estatua del músico adorna la entrada. Y la joya de la Academia es el Gran Salón de conciertos, de fama mundial, con capacidad para 860 espectadores. Su ornamentación es espléndida. Anexo a él está la Sala de Cámara Sir George Solti para presentaciones de ópera.
Con guías, mapas y planos callejeros voy recorriendo esta ciudad, una de las 10 más bellas del mundo. Llego al llamado Palacio Nueva York, curioso edificio con decoración ecléctica y de art nouveau. No podía dejar de entrar a su renombrado New York Café, que ocupa la panta baja. Quería saborear la bebida nacional de mi país en un renombrado café de Budapest.
Llego al Museo Nacional de Hungría cuyas escalinatas de entrada fueron escenario de un acontecimiento trascendental de la historia del país. Desde ellas el poeta Sandor Petoi leyó por vez primera su Canto Nacional que desencadenó el levantamiento contra los Habsburgos en 1848. El levantamiento fue sofocado por los Habsburgos con ayuda de los rusos. Describir todos los tesoros que contiene el Museo es imposible. Mi visita, por lo demás, fue corta, dado el tiempo de que disponía. La fachada del edificio es imponente: estilo neoclásico y columnas corintias. Un monumento al poeta Janos Arany, del que ya hablamos, preside la entrada. Recordemos que Arany es el autor de la Trilogía de Toldi, que recoge en poemas épicos las glorias del país. En los jardines interiores han levantado estatuas a poetas, artistas y científicos. En mis viajes por el mundo he admirado los países que honran a los hombres grandes del pasado, sobre los que se ha construido la nación y al decir que los honran me refiero a que los perpetúan en monumentos….y sin grafitis.
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