Andrés Hurtado


Estábamos en la base del monte Gellert. Un camino zigzagueante lleva entre bosques a la cima de la colina desde la cual se obtiene la más majestuosa y amplia vista de toda la ciudad de Budapest. La altura del monte es de 235 metros. Arriba me encuentro con muchas personas; unos son turistas y otros habitantes de la ciudad que suben por las tardes a tomar merienda, hacer fotos y gozar del paisaje. Una estatua gigantesca levantada casi en la cima da espalda a la montaña y mira a la ciudad. Se trata del obispo Gelllert, que da nombre al monte y cuyo nombre era Gerardo Sagredo. Vata, un hermano de
San Esteban, levantó a los paganos contra el obispo Gellert que quería convertirlos al cristianismo. Lo metieron en un tonel y desde esa altura lo arrojaron al Danubio. Corría el año 1046. A los pies del santo hay un húngaro de rodillas. La estatua se ve desde todos los ángulos de la ciudad. San Gellert es el patrono de Budapest como San Esteban lo es de Hungría. En la Edad Media a la colina la llamaban Szent Gellert hegy, o sea colina de san Gellert. Lo que
primero llama la atención en la cumbre de la colina es una enorme ciudadela militar. La construyeron los austríacos luego de la revolución de 1848 y está dotada con 60 poderosos cañones que apuntan a la ciudad y que en definitiva nunca se dispararon. La fortaleza mide 220 metros de largo por 60 de ancho y las murallas 4 metros de altura. Lograda la paz con los austríacos los húngaros pidieron a Francisco José que retirara los soldados austríacos, operación que se cumplió en 1897. Los lunes de Pascua una procesión sube a la colina para celebrar la resurrección de Cristo.
En la cima del monte se alza el Monumento a la Liberación y recuerda la entrada a Budapest del Ejército Rojo y la retirada de los nazis en 1945. Triste liberación porque salieron de los nazis para caer en el horror de la tiranía comunista. La columna tiene 14 metros de altura y en la cima se encuentra la estatua de una mujer que sostiene en sus manos una rama de palma. En la base de la columna hubo la estatua de un solado ruso, estatua que a la caída del comunismo fue removida y llevada al Parque de las Estatuas.
Este Parque se encuentra en las afueras de la ciudad. En 1991 el ayuntamiento decidió reunir en un solo lugar los monumentos y estatuas que los comunistas levantaron durante su estancia en Budapest, 41 en total. La estatua de Bela Kun preside las de Marx, Engels, Lenin y otros destacados líderes comunistas. Bela fue el fundador del partido comunista húngaro en 1918 y gobernó la efímera República Comunista Húngara. Cayó en desgracia acusado de ser trotskista y fue apresado, torturado y fusilado en 1939. La estatua de Stalin mide 8 metros y las de Marx y Engels, en estilo cubista, son también de tamaño épico. Hay una réplica de la tribuna desde la cual Stalin dirigía sus arengas. De la estatua de Stalin solo quedan las botas pues fue derribada en el levantamiento de 1956. El Museo Barakk muestra cómo era la vida bajo el régimen comunista en Hungría y los procedimientos especiales que utilizaba el temido servicio secreto. Que yo sepa los nazis no dejaron monumentos en Budapest. ¡Por suerte! Sí hay recuerdos de sus barbaridades y del Holocausto. Regresemos al entorno del Monte Gellert.
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