Andrés Hurtado


Varias veces hemos dicho que Budapest es una de las 10 ciudades más bellas del mundo. En la elaboración de estas listas intervienen desde luego la subjetividad y muchos factores entre los que no faltan los propagandísticos y los políticos. Esta es la lista de CNN que muestra las 10 ciudades en orden decreciente de belleza, aunque aquí hablar de “decreciente” es relativo ya que todas son muy bellas. La ciudad más hermosa del mundo para CNN es la mejicana San Miguel de Allende, aseveración que puede verificarse en parte sin salir de la propia habitación consultando google-imágenes. A ello invito ahora a los lectores….Bueno, si a alguno no le pareció tan bella, hay gustos para todo y para todos. Sigamos con la lista de CNN en orden decreciente: Florencia, Budapest, Salzburgo, Charleston (Carolina), San Sebastián (España), Viena, Roma, Siena y Quebec.
En esta lista hay tres ciudades italianas: Florencia, Roma y Siena. Dos austríacas: Salzburgo y Viena. Una española, San Sebastián; una norteamericana, Charleston y queda la tercera en el mundo: Budapest. La décima ciudad en belleza es Quebec. Los lectores recordarán que en una serie de artículos que escribí aquí en LA PATRIA sobre Canadá, dije que este país figura en casi todas las listas que se elaboran en el mundo sobre superlativos: el país más tranquilo, el mejor para estudiar, el más rico en agua, el poseedor de ciudades más limpias, el dueño de Parques Naturales más hermosos, uno de los países más ricos…
Volvamos a Hungría. Su capital tiene nada menos que 223 museos, y uno de ellos es este, a cuyas puertas me encuentro, el Museo Nacional de Hungría, fundado en 1802 gracias a la acción filantrópica y patriótica del conde Ferenc Szechenyi que donó su colección de monedas, libros, documentos y joyas. Nombraré algunos de los tesoros del museo. El manto de la coronación fue donado por San Esteban en 1031 y desde el siglo XII lo usaron los reyes en su coronación. Este manto es uno de los más preciados tesoros del país, tiene las figuras de Cristo, La Virgen, los apóstoles y los profetas y muchísimas joyas de oro y perlas. Perdido durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas norteamericanas lo descubrieron y lo llevaron a Fort Knox. En 1978 el manto fue devuelto a Hungría y hoy reposa en el museo. Varios de los atributos de los reyes de Hungría como coronas y cetros están expuestos en el Parlamento. El Museo recorre la historia arqueológica del país. Entre otros tesoros figuran: la corona del emperador Constantino IX Monómaco, las decoraciones funerarias de Bela III, una copa de cristal del siglo XV que perteneció al rey Matías y un vestido del siglo XVI de María de Habsburgo. Hay una interesante colección de objetos que pertenecen a la ocupación turca y una sala dedicada al período Habsburgo que sabemos fue de gran inestabilidad política. Hay objetos de la época de la insurrección de Rakoczi de 1703-1711. Avanzando en la historia se encuentran pinturas y retratos de la colocación de la primera piedra del Puente de las Cadenas y así se llega a la sala central que como es de esperarse se refiere al levantamiento de 1848-1849 del que hemos hablado varias veces y que es acontecimiento clave en la historia de Hungría. En la sala se encuentra la imprenta de la que salieron las 12 exigencias que Hungría presentó en esa ocasión a la Austria de Francisco José. Disfruté mucho el corto tiempo recorriendo el Museo pues fue como hacer un repaso de toda la historia de Hungría.
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