Andrés Hurtado


Todas las catedrales de España atraen turistas. La gótica de León, llamada “la pulchra leonina”, es famosa por sus vitrales. Su construcción se inició en el siglo XIII y es famosa porque es la catedral gótica que más vitrales posee. El conjunto de sus vitrales medievales es el más grande del mundo. Los constructores redujeron el área de paredes para reemplazarlo por el de los vitrales. No más por eso y por la imponencia de la catedral recibe miles de turistas al año.
La gótica catedral de Toledo posee en su tesoro la custodia de Enrique de Arfe, la más famosa, rica y espectacular del mundo y la mayor joya de la cristiandad. Se inició la fabricación de la custodia bajo los auspicios de Isabel la Católica. Está confeccionada con “el primer oro de América” llevado por Cristóbal Colón. Esta frase convertida en lugar común, “el primer oro de América”, se repite en muchas iglesias y museos de España y para los latinoamericanos es motivo de cierta risilla, para algunos divertida y para otros no tanto. ¡Allá ellos! La fabulosa pieza de orfebrería sale a las calles toledanas en la procesión del Corpus Christi y va montada sobre un vehículo que la lleva siempre vertical y evita los desniveles y huecos de las calles. La pieza de 2,5 metros de altura fue elaborada con 183 kilos de plata y 18 de oro y posee 260 estatuillas, 5.600 piezas y 12.500 tornillos. La fabulosa custodia está fabricada en estilo gótico flamígero. Tuve la inmensa fortuna de verla una vez allá por 1974 cuando desde Madrid viajé a la fiesta del Corpus en Toledo, solamente por contemplar la hermosa pieza, que los franceses de Napoleón quisieron robarse. Toledo se salvó del expolio porque a tiempo la pieza fue llevada a Cádiz.
Lo dicho, por donde se la mire España es digna de ser visitada, admirada y gozada. Si quisiera hablar de todas las catedrales e iglesias góticas y románicas de España tendría que llenar decenas y decenas de columnas. Pero no resisto la tentación de hablar de algunas más. Por ejemplo de la catedral de Sevilla. Es inmensa, tremendamente inmensa y bella, y alberga la tumba de Cristóbal Colón y de varios reyes como Fernando III el Santo, su hijo Alfonso X el Sabio y la tumba de Pedro I el Cruel. No me propongo describir cómo es la catedral. Ni lo sé y si quisiera hacerlo no valdrían los recuerdos que tengo de las muchas veces que he estado en Sevilla, tendría que limitarme a copiar de libros y folletos, y no es el caso. Me impactan sí, la cantidad de puertas que la catedral tiene por todos los costados, todas construidas en primoroso gótico. Darle la vuelta exterior completa a la catedral lleva no sé cuántos minutos, tal vez quince o veinte o más. Estas son algunas de sus puertas, solo algunas: la Concepción, los Lagartos, el Sagrario, el Perdón, el Príncipe, la Asunción. El órgano, uno de los mejores y más grandes construido en España, tiene 4 teclados y 15.000 tubos. Cómo narrar a los lectores la indecible, la sublime emoción que sentí cuando en una ocasión escuché una de las obras magistrales de Bach interpretada por el maestro de la catedral de Sevilla. ¡Después de eso, morir! La catedral fue construida sobre una mezquita de la cual se respetó el alminar que es hoy La Giralda. Ir a verla amerita una visita a Sevilla.
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