Ana María Mesa


Quizá lo que nos falta a los manizaleños no es tanto ser más incluyentes sino un mejor ejercicio de auto reconocimiento.
Cuando hace años me invitaron a participar en los ejercicios de construcción de identidad de Estoy con Manizales se concluyó que los cuatro valores sobre los que deberíamos trabajar eran respeto, apertura, confianza y solidaridad. Creo recordar que solo uno de ellos era reconocido por no ser exactamente nuestra fortaleza y ese era el valor de la apertura. Aquí, según dice un chiste, abrimos los brazos para saludar a los demás, pero nunca los cerramos para abrazar.
Pienso en eso cuando decimos y repetimos que Manizales es muy goda, muy conservadora, muy cerrada, etc. Esa frase la repiten incluso los godos para quejarse porque otros manizaleños orinan un azul de metileno más intenso que el suyo propio, pero que desconoce a buena parte de su población que no es para nada de esa manera.
Aquí también suceden otras cosas y quizá con mucha fuerza como un simple ejercicio de reacción.
No podemos desconocer a la población universitaria, la propia y la foránea. A la comunidad gay de la que es mejor no levantar un censo porque puede prestarse para discriminaciones, pero que es reconocida por su tamaño por sus integrantes y por otros. A los moteles del centro que se llenan de oficinistas durante las horas del almuerzo aunque el POT indique que en ese lugar y a esa hora no se puede tener sexo. A los artistas que le ponen color a Manizales, gracias a las facultades de música, artes plásticas y artes escénicas de la Universidad de Caldas. A los intelectuales de la ciudad, por fortuna boquisueltos, que no pocas veces nos dejan saber de la hipocresía de que estamos hechos.
Y a tantas personas que han salido de Manizales y que van por ahí cambiando el mundo asumiendo posturas políticas con el simple hecho de existir. Para hablar sobre esto en este espacio consulté a dos tremendas manizaleñas, Matilda González y Fátima Vélez, sobre sus posiciones frente a esa expresión “Manizales es muy goda”, y me gustaron mucho sus respuestas.
Matilda es una mujer trans. Abogada y consultora independiente de Derechos Humanos, específicamente en temas relacionados con orientación sexual e identidad de género. Es columnista de Vice Colombia y Revista Cromos. Matilda cree que Manizales si es una ciudad con mucha discriminación donde aún falta mucho por avanzar para que las personas trans se sientan acogidas y amadas por la sociedad. Cree que hay maneras de hablar sobre el tema mejores que decir “goda”. Mejor decir que hay aún muchos estereotipos y prejuicios asociados a la identidad de género, discriminación, exclusión y violencia.
Por su lado Fátima es escritora y vive en una relación poliamorosa de la que ha hablado en varias entrevistas, esta haciendo un doctorado en Cultura hispanoamericana en CUNY (City University of New York), y dice que lo más importante para ella, además de escribir, es su familia. Piensa que Manizales es sobre todo una ciudad llena de paradojas, que puede que sea una sociedad donde hay mucha libertad subterránea, y que en la vida cotidiana la gente se comporte según las convenciones. Que si bien pueden excluir a algunas personas de la iglesia o del Club Manizales eso no representa peligro alguno. Que sí, que goda, pero que no quemamos brujas en la plaza pública, ¿o sí?
No, no quemamos a nadie, quizá porque sabemos que deberíamos arder todos, Manizales es también muy liberal para los godos. O liberal incluso a pesar suyo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015