Adriana Villegas Botero


Número cero es una pésima novela de Umberto Eco, el autor de ese portento literario que es El nombre de la rosa. La novela es mala pero la escribió un filósofo brillante y entonces es útil para quienes se interesan por el periodismo, es decir los defensores de la democracia, que tiene entre sus bases el derecho a la información.
La trama de Número cero es simple: un magnate contrata periodistas para crear un diario. El primer año se dedican a hacer ediciones cero, que no circulan, pero les sirven al magnate para negociar con gente poderosa el silencio del hipotético medio a cambio de beneficios en el mundo empresarial. La novela salió en 2015, es ficción y ocurre en Italia, pero la menciono hoy porque acá hay magnates vinculados a los medios y a veces surgen ruidos sobre los silencios de la prensa: sobre los temas que los periodistas saben, investigan, pero no ven la luz o se engavetan por un tiempo.
Noticias Uno, junto con su antecesor NTC Noticias, suman una historia de 28 años de periodismo a contracorriente, con una agenda informativa propia, distinta a la de los demás medios. Mientras es común que distintos noticieros abran con la misma imagen, Noticias Uno es impredecible: uno nunca sabe qué investigación revelarán. Así, un domingo sorprenden con el fiscal Néstor Humberto Martínez diciendo “Ji,ji,ji,ji HP, esto es una coima marica”, o el pasado domingo muestran al senador Mario Castaño usando mermelada presidencial para su campaña política en Caldas.
Algunos atribuyen el cierre de Noticias Uno al bajo rating. Cuando trabajé en Canal Capital, Ibope medía la audiencia con 1.100 dispositivos instalados en igual número de televisores en Colombia, de los cuales 350 estaban en Bogotá. Admitir que el rating es el criterio para cerrar noticieros equivale a decir que se le entrega ese poder de decisión sobre el derecho a la información de 45 millones de colombianos a 1.100 pantallas de televisión. Y acá vale recordar a Eco en Número cero: "Los espectadores de sus cadenas de televisión tienen una edad media (digo edad mental) de doce años".
El comunicado de la Fundación para la libertad de prensa, Flip, sobre este tema explica: “una de las causas de la crisis económica del Canal1 tiene que ver con no haber podido acceder a otros anunciantes, ya que los otros canales de televisión abierta tienen contratos de exclusividad con potenciales contratantes de publicidad. Esta controversia, que podría constituir una práctica de competencia desleal, está en conocimiento de la Superintendencia de Industria y Comercio, organismo que depende de la Presidencia (…) el Grupo Aval, anunciante histórico y muy importante de ese espacio, retiró la totalidad de su pauta afectando notablemente los recursos para la operación del canal”.
El presidenciable Néstor Humberto fue asesor del Grupo Aval, el mismo que construyó el caído puente de Chirajara en la vía al Llano y que dejó inconclusa la Ruta del Sol por los líos con Odebrecht. Sobre ese pleito, la Mintransporte quería pagar $1,2 billones. La dádiva se cayó hace un mes, cuando los árbitros concluyeron que el Estado solo adeudaba $24.000 millones.
El Grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento Angulo es el mismo que en 2012 compró el diario El Tiempo. La semana pasada ese periódico publicó: “Tras 5 años en la Bolsa de Nueva York el Grupo Aval aumentó su patrimonio en un 50%”. La noticia salió luego del tercer despido masivo de periodistas en lo corrido de este año.
El cínico director de Número Cero dice: "A nuestros lectores hay que tranquilizarlos, no alarmarlos". Los medios que alarman son incómodos. Hace algunos años, cuando el gobierno venezolano subió el impuesto a la importación de papel que llevó al cierre de numerosos periódicos, desde Colombia se habló del castrochavismo censor y de la inviabilidad de una democracia sin periodismo crítico. Acá en Colombia la censura viene en forma de torniquete a la publicidad oficial o privada. Hay funcionarios que preferirían que LA PATRIA no evidenciara que es falso que Caldas esté libre de cultivos de coca, o que Revista Cambio no hubiera revelado los torcidos de Agro Ingreso Seguro. Hay gente que quisiera que los periódicos se quedaran en números cero, sin circular, porque el periodismo usualmente va unas millas adelante de los órganos de control, paquidérmicos y politizados.
Ojalá no pasemos de Noticias Uno a Noticias cero. Ojalá crezca la pluralidad de medios, cuya existencia no debería depender solo de magnates que cuidan sus negocios, sino de las audiencias que somos usted y yo, que podemos meternos la mano al bolsillo y pagar por ver o leer.
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