Por estos días circulan mensajes de personas que se autodenominan como “gente de bien” y en consecuencia jamás se calificarían a sí mismas como vándalos, terroristas o instigadores al odio, aunque lo que dicen sea violento, incendiario, xenófobo y excluyente. La senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal insiste en liberar la circulación de armas entre los civiles (como si las masacres escolares en USA y la matazón en Colombia no hubieran probado la insensatez de su iniciativa); el presidente del Partido Conservador Omar Yepes Alzate escribió: “mucha atención a las organizaciones indígenas que salen de su hábitat natural a perturbar la vida ciudadana” (como si los resguardos fueran cárceles); un supuesto líder juvenil llenó sus redes con mensajes de añoranza al paramilitar Carlos Castaño (como si eso no fuera una apología del delito), en televisión titularon “ciudadanos e indígenas se enfrentaron” (como si los indígenas fueran extraterrestres) y El Espectador reveló audios de una reunión virtual entre más de 100 empresarios de Pereira y políticos del Centro Democrático, en la que hubo una lluvia de ideas del oscurantismo, incluyendo dejar sin publicidad a los medios críticos al gobierno.
Luego de 19 días de protestas muchos insisten en dialogar, pero al mismo tiempo son pocos los que muestran real disposición de escuchar los reclamos de los manifestantes. Conversar es la disculpa con la que algunos quieren invitar a cantar la tabla. Por eso, en medio de la cantaleta de gente cómodamente sentada en su statu quo, que solo sabe pedir fuerza, autoritarismo, militarización, y represión, resalto las voces afectuosas y propositivas de dos sacerdotes de la Iglesia Católica: el arzobispo de Cali, Darío Monsalve, y el presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco De Roux, quienes con sus gestos y palabras tienden puentes para visibilizar lo urgente.
Durante estos días Cali ha sido el corazón de las tensiones. Un retorcido cálculo político indica que como el alcalde es hijo de Iván Marino Ospina, cofundador del M-19, entonces Cali es el presunto espejo del polvorín que se extendería por Colombia si Gustavo Petro es presidente. Esa retórica perversa explica el abandono presidencial en medio de la tensión: de los 42 homicidios y 2.110 casos documentados de violencia por parte de la fuerza pública, más de la mitad han sido contra muchachos de Cali. El domingo hirieron allí a 11 indígenas y una de ellas sigue hospitalizada. Abundan los videos de camionetas polarizadas con civiles armados con todos los calibres.
Francisco De Roux va a cumplir 78 años y esta semana llegó a Puerto Resistencia, en Cali, su ciudad natal. Se sentó en un andén a charlar con la gente y luego le prestaron un micrófono para hablarle a la multitud. “Felicitaciones por su determinación de defender sus derechos y su dignidad sin utilización de las armas. Somos testigos en estos días de cómo ustedes han luchado sin armas por esta dignidad inmensa. No se dejen manejar por nadie que tenga armas, mantengan esta grandeza de poner el corazón y la vida para que la dignidad sea respetada. Ánimo y tengamos un sentimiento muy profundo de reconocimiento y agradecimiento por este pueblo indígena que ha venido a decirles estamos con ustedes, cuenten con nosotros, todos somos hermanos y hermanas en esta lucha”.
El valiente arzobispo Darío Monsalve, quien en el pasado ha sido clave para alertar sobre violencias en Buenaventura, le envió esta semana una carta a los líderes indígenas: “he seguido con profundo dolor los tristes e inaceptables ataques contra la vida y la seguridad de la comunidad y minga indígena. Hago mío y nuestro como Iglesia, la situación de las personas heridas y de tantas víctimas indígenas, negros y mestizos, campesinos de Colombia todos. Les pido perdón, a nombre de la ciudad y de las autoridades de Cali, por las situaciones vividas. Ustedes son el pueblo esperanza de saber ancestral y aprendizajes de paz para todos”.
Yo no soy creyente pero muchos sí lo son. Si la “gente de bien” prestara atención a lo que este par de sacerdotes vienen diciendo y haciendo desde hace años quizás tendríamos chance de un país más pacífico, incluyente y solidario.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015