Obra para las mayorías
Señor director:
Muchos años llevamos esperando que el sueño de un aeropuerto que esté a la altura de las necesidades de Caldas y de la región se cumpla. Tropiezos y más tropiezos y cuando parece que asoma la luz verde con la visita el señor presidente para cerciorarse de la realidad del proyecto se interpone el alcalde de la ciudad para decirle al oído que se trata de un proyecto de las élites y sin respaldo popular, lo que le da pie al primer magistrado para señalar tajantemente que él no va a resolver el asunto, que es la gente la que tiene que decidir.
A mí me gusta que se le dé a la gente la oportunidad para juzgar qué es lo que más conviene a la comunidad y por ello sería del caso que el señor Gobernador del departamento realizase una consulta popular (Art. 105 de la Constitución Nacional) para que los caldenses decidiéramos sobre la necesidad y utilidad de la construcción del aeropuerto de Palestina y así demostrarle al Gobierno nacional que este proyecto no es cuestión de estratos sociales y que tiene pleno respaldo popular, por cuanto es una obra anhelada por más de un millón de caldenses y por muchas personas más de regiones circundantes y aún del exterior que ven en este paraíso cafetero la meca del turismo en Colombia, un motivo de solaz para los turistas y una fuente de trabajo, empresa y desarrollo para las gentes, especialmente de Palestina, y de todo territorio del sur de Caldas, y por reflejo para todos los municipios, corregimientos y veredas del departamento.
A centenares de miles de personas beneficiaría este aeropuerto con los temas del turismo, del empleo, del transporte, del comercio, de la agricultura, de la empresa, de la ganadería y de muchas más profesiones y oficios No son las élites, que son las minorías, sino las grandes mayorías, especialmente las más vulnerables, las beneficiadas. Piénsese, por ejemplo, en el caso de cualquier persona del común que deba adelantar alguna diligencia en Bogotá y que pueda efectuarla en pocas horas; ¿será mejor tomar una carretera incierta por ocho o diez horas, realizar la diligencia al día siguiente y emprender el regreso al tercer día con el tiempo, los pasajes, la comida y el alojamiento por dos noches en la capital más la incomodidad y el riesgo que implica tan largo viaje, o un cómodo vuelo de menos de dos horas, ida y vuelta, en un solo día?
Si el Gobierno del cambio pretende fomentar el empleo e impulsar el motor del turismo para el engrandecimiento de Colombia no debe desaprovechar esta ocasión única, sin perjuicio del adelantamiento de obras tan importantes como los cables aéreos para Manizales que parecen ser las prioridades del señor alcalde de la ciudad.
Atentamente,
Manuel Galindo A.
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