Élite ciudadana con aspiraciones
Señor director:
Pertenezco a la élite que no invitan a ningún evento oficial por no ser de ningún grupo deliberante, partidario o proselitista de los gobiernos locales o nacionales, es decir, no estoy incluido en ningún listado protocolario para insulsas socializaciones de gestiones, rendiciones de cuentas o autobombos con presupuesto oficial; es decir, soy integrante de la gran mayoría que con honor ostenta el mejor de los pergaminos: Ciudadano. Como ciudadano me ha tocado padecer el encierro físico en la ciudad de Manizales, el cual se produce ante las manifestaciones del incremente invierno que hace cortar el tránsito terrestre con Bogotá, o padecer el viacrucis de la vía a Medellín y esta circunstancia hace que la opción más apetecida para algunos desplazamientos sea a través de la vía aérea. Me ha tocado padecer la realidad del aeropuerto “sal si puedes” que posee un declive jamás imaginado por la readecuación del mercado de las compañías de aviación, y puedo afirmar que he sido desplazado de la opción que tenía: usar el aeropuerto desde este terruño que nos alberga a muchos. Como ciudadano, soy consciente que debemos romper el retroceso de comunicaciones que poseen Manizales y Caldas, y como integrante de la gran élite ciudadana soy férreo defensor de Aerocafe como alternativa que poseemos los caldenses de no tener que emigrar para despedir o recibir nuestros grupos familiares al momento de hacer desplazamientos aéreos, o de usarlas para nuestro ejercicio de la profesión.
Me niego a pensar que en el día de mañana nos resignemos a ver en Palestina un tremendo lote de engorde como monumento a la orfandad de liderazgo de los actuales líderes políticos y gremiales, que no tuvieron el perrenque de nuestros antepasados que construyeron un departamento con la ilusión de ver el desarrollo y mejoría de las condiciones de todos los que habitamos esta tierra, con la ambición y la pujanza de ver materializados sueños de una raza que se supera con la tenacidad de sus habitantes.
Un aeropuerto trae desarrollo, progreso y el impulso de no ser una ciudad terminal, sino un eje dinamizador de muchas áreas productivas, académicas y de desarrollo.
Sin olvidar que en el pasado hubo corrupción de unos notables, no debemos desfallecer en corregir y re-enrutar el proyecto a efectos de hacerlo realidad para beneficios de todos.
José Norman Salazar González
Seminario Mayor
Señor director:
La página dedicada al Seminario el 2 de septiembre es magnífica. Felicitaciones a la periodista y al fotógrafo
Cuando el Seminario comenzó a funcionar, Manizales no era arquidiócesis, era apenas diócesis, recientemente establecida.
El “edificio donde está la Normal de Señoritas”, avenida Santander, cerca del Hospitalito, no fue sede del Seminario. Pero el edificio anterior, de estilo clásico, con grandes columnas en el pórtico, ese sí fue sede. Ese edificio romano albergó también al Colegio Santa Inés. Lástima que lo demolieron para reemplazarlo por un cajón boca abajo.
Atentamente,
Padre Jaime Pinzón M.
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