Elizabeth Ortiz Palacio
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Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
El cuerpo contiene billones de microorganismos, lo que se conoce como microbiota intestinal. A esta se le denomina -popularmente- flora bacteriana y, con ella, se establece una relación de doble beneficio: Obtiene los nutrientes necesarios y, el organismo, un correcto desarrollo de sus sistemas.
Es importante que esta flora se encuentre en equilibrio. Es decir, que unas no dominen sobre otras. Esta proporción corre peligro ante determinadas enfermedades, la toma de fármacos (antibióticos), el estrés o la alimentación.
El 98% de estos microorganismos son bacterias; mientras el 2% restante lo constituyen levaduras, protozoos y virus. Estos protegen contra enfermedades. Para cuidarse tenga en cuenta:
1. Prebióticos, probióticos y simbióticos
Los prebióticos son alimentos funcionales definidos como ingredientes de la comida no digerible, que son utilizados por la microbiota. Estimulan el crecimiento de una o más cepas de las bacterias del tracto intestinal, modificando composición y actividad. Ajo, cebolla, puerros, avena, cebada, alcachofa, plátano, alimentos con prebióticos.
Los probióticos son microorganismos vivos que al ser agregados como suplemento en la alimentación favorecen el desarrollo de la microbiota intestinal. Se encuentran en el yogur. Los simbióticos, en tanto, son productos que contienen tanto prebióticos como probióticos, lo que permite aprovechar más los beneficios de esta unión. Ejemplo: El miso.
2. Fibra
Resulta positivo ingerir frutas como el mango, la piña, la guanábana y los arándanos; también verduras como la alcachofa, el apio y las habichuelas; y leguminosas como el frijol, las lentejas y los garbanzos. Estos alimentos pueden reducir el crecimiento de bacterias perjudiciales y estimular el crecimiento de microorganismos positivos.
3. Productos fermentados
El kéfir es parecido al yogur. El chocrut, por su parte, es un fermento de repollo o col; y la kombucha, un té que proviene de Asia. El chocolate negro, el miso; también pueden contarse en este grupo.
4. Hidratación
No hay que descuidar la hidratación. Se recomienda ingerir líquidos, especialmente agua.
5. Ejercicio
Algunas personas tienen problemas con el tránsito intestinal. Así necesitan incorporar el ejercicio a sus vidas. Una caminata diaria a paso rápido, de una media hora, aumenta el ritmo cardíaco. Esto ayuda a que la sangre del aparato digestivo se mueva, lo que activa las hormonas que regulan la digestión. Si su intestino no realiza su función adecuadamente, primero consulte a un médico para que reciba la orientación individual.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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