Bernardo Mejía


Un reciente estudio de la Universidad Javeriana sobre la feria de Cali, arrojó que en el pasado festejo de esta ciudad se movieron recursos por $312 mil millones de pesos. Cifra nada despreciable. Valdría la pena que la administración municipal de Manizales contratara un estudio con alguna universidad de la ciudad que determinara el impacto económico de nuestra feria.
Durante la feria hay conciertos, desfiles, exposiciones y actividades deportivas y culturales de todo tipo. Hay programación para todos los gustos. Entre todos los eventos hay uno muy especial y es el gran diferenciador con las demás ferias y fiestas del pais, que son las corridas de toros.
La moda “animalista” que se está tomando al país y en general al mundo entero en la que el trato a los animales es mejor que a los seres humanos, está amenazando el futuro de las corridas de toros. En Bogotá es donde son más fuertes los ataques a los aficionados a los toros cuando van a asistir a los festejos. Ataques que incluyen en algunas oportunidades lesiones personales.
Esta onda animalista está trayendo consigo que los asistentes a este espectáculo se disminuyan. Por un lado algunos, aunque les guste el espectáculo, prefieren no ir por miedo a que los ataquen los antitaurinos; por otro, estos aficionados no encuentran compañía para asistir e inclusive se da el caso que algunos amantes del espectáculo les da pena que sepan que van a las corridas. Cada día hay más razones para desmotivar a los aficionados. Prueba de lo anterior es que en la pasada temporada taurina la asistencia a la plaza de toros de Cali fue baja y lo mismo sucedió en Medellín y Bogotá. Si la tendencia a la baja asistencia al espectáculo se sigue dando, puede llegar a suceder que esta sea la que finalmente le dé la “estocada final” a las corridas de toros en nuestro país.
Afortunadamente nuestra temporada taurina ha tenido una buena afluencia de espectadores, como se dio en la pasada feria. Manizales se ha convertido en la ciudad taurina de Colombia y es este espectáculo, como lo decía anteriormente, el gran diferenciador en las ferias y fiestas del país y eso es lo que tenemos que saber aprovechar los manizaleños para bien de la ciudad.
Los animalistas también han logrado que las corridas de toros se hayan vuelto un tema político y ahora que estamos en campaña, seguramente ningún candidato va a apoyar este espectáculo públicamente. El futuro de las corridas está en manos del Congreso de la República, quienes tienen dos años para definir si este tipo de espectáculos pueden seguir dándose en el país. Lo mas paradójico del tema es que los ataques de los animalistas lo están haciendo es contra las corridas de toros, pero poco se ha dicho sobre las riñas de gallos o de las corralejas que se dan en la costa o del coleo en el llano.
En el caso específico de los aficionados a las riñas de gallos, son unas personas con un estilo de vida muy diferente a los de las corridas y tanto a los políticos, como a los animalistas, no les interesa “cazar” peleas con ellos; sin embargo, el congreso tendrá que legislar para todo tipo de eventos que tengan que ver con el “maltrato” a los animales y sin lugar a dudas uno de los espectáculos donde más se maltrata a los animales es en la riña de gallos.
No creo que finalmente el congreso vaya a ser capaz de acabar con este tipo de espectáculos y se va a ir por la línea del medio, como lo hizo en su momento la corte constitucional y es permitiendo que se sigan dando en el país en aquellas ciudades donde son tradicionales.
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