ADRIANA OSORIO
NEGOCIOS|LA PATRIA
Ni los lunes de descanso, ni las jugadas de tejo siguen siendo parte de la vida de los zapateros. El trabajo día y noche es la única opción de mantenerse para los reparadores de calzado en Manizales, que aseguran que la entrada al país de productos chinos a bajo precio los tiene perjudicados, pues en muchas ocasiones sus clientes prefieren comprar.
Algunos zapateros tienen hasta 50 años de experiencia en la reparación y fabricación y se convierten en referentes de la zona en la que están. NEGOCIOS estuvo en cuatro de estos establecimientos, de los cuales tres reconocen que no están formalizados.
Fotos|Martha Monroy|LA PATRIA
Daniel Aristizábal Gómez le apuesta a fabricar y reparar zapatos desde hace 30 años. Trabaja de lunes a sábado, de 8:00 de la mañana a 7:00 de la noche en su negocio Calzado Lenos, ubicado en la avenida Paralela cerca del colegio Lans Femenino, donde está hace 22 años.
Aunque asegura que las ventas de zapatos nuevos han bajado en el 40% en los últimos cinco años, y las reparaciones han disminuido en el 30%, dice que mantiene su nivel de ingresos con un buen servicio al cliente, cumplimiento y calidad en la mano de obra.
"Se repara, se fabrica, se tintura, se amplían zapatos, y también trabajo con bolsos, en general todo lo que sea marroquinería", cuenta Daniel.
Sin embargo, las reparaciones son a lo que más acuden los usuarios, ya sea para cambiar tapas, remontar, pegar, poner punteras y tinturar.
"Este negocio no es como antes, ha cambiado mucho por los zapatos chinos. Las reparaciones también han bajado. Mucha gente prefiere botar los zapatos y comprar otros. Hace cinco años empezó para atrás este negocio", dice Daniel.
Asegura que nota que ya la gente no utiliza los zapatos formales y se ven más los de suela de caucho, o tenis, lo cual también afecta sus ventas.
Entre 10 y 15 personas entran a diario al negocio de Néstor Fabio, ubicado media cuadra abajo del colegio Los Ángeles. En ese local lleva tres años y se dedica no solo a reparar, sino a fabricar zapatos.
Unas baletas de mujer, por ejemplo, las vende a $20 mil pesos, y dice que muchas veces le piden rebaja. "Es muy difícil competir con el calzado chino, porque lo venden muy barato. Antes había más clientela porque no importaban tanto zapato. Uno pide por remonta entre $22 mil y $25 mil, entonces la gente prefiere ajustar y comprar un par de zapatos".
Lo que más repara Néstor Fabio son lo zapatos de mujer, que solicitan sobre todo el cambio de tapas y mediasuelas.
Aunque esperaba mucho trabajo para el Día de la Madre, las expectativas no se cumplieron, y dice que ya no hay época buena para el negocio. Antes entraban unos 30 clientes al día.
A esta situación se suma el incremento en los precios de los materiales como el pegante. "Uno trata de mantenerse, porque es casi imposible aumentar los ingresos", asegura.
Pueden pasar semanas sin que Luis Gonzaga Betancur tenga zapatos para arreglar. Sin embargo, él sigue dedicado a este oficio que aprendió hace 50 años, mediante la observación.
Su negocio está en el barrio Peralonso, en un cuarto de un metro por dos, sin aviso a la entrada. Allí paga arrendamiento hace tres años. Antes estaba en La Carola. "Llegué a tener 20 clientes en un día y ahora hay semanas en las que no viene nadie, ayer me llegó trabajo, pero hace días no tenía qué hacer".
Asegura que para que los clientes lo prefieran tiene que ofrecer precios un poco más bajos que en el centro de la ciudad. "Por ejemplo, cobro entre $22 mil y $25 mil por remontar unos zapatos, mientras que en el centro vale como $30 mil", explica.
Para Luis Gonzaga, las mujeres son las usuarias más frecuentes, pues mandan a cambiar las tapas de sus tacones. Este servicio cuesta entre $2.500 y $3.500 dependiendo del tamaño de la tapa.
Contrario a los demás zapateros que entrevistó NEGOCIOS, Carlos Alberto Tejada dice que a diario tiene mucho trabajo en su negocio, ubicado a un costado de la Clínica La Presentación.
Dice que en un día pueden entrar hasta 100 clientes y la dinámica se ha mantenido en los 15 años que lleva en el lugar. Entre los servicios que más piden las mujeres, cuenta que está la ampliación del calzado. "Compran los zapatos muy precisos y vienen a que se los acomode, esto cuesta $6 mil", relata.
Cambiar tapas de tacones sigue siendo lo más solicitado por los clientes, además de las reparaciones comunes, como pegado, mediasuela y punteras. El establecimiento está abierto de lunes a sábado, sin contar los días festivos, que sí descansan.
"Los zapatos de ahora son muy malos, la mayoría son desechables; sin embargo, acá no falta el trabajo, porque también se arreglan bolsos y cremalleras de morrales", cuenta Carlos Alberto, quien dice que diciembre es la época en la que tienen más trabajo.
¿Con qué frecuencia manda a arreglar los zapatos?
Óscar Medina
No llevo, cuando se me están acabando, voy y compro otros. La arreglada vale $8 mil y uno mejor ajusta para los nuevos.
Carlos Humberto Tabares
Ya no mando a arreglar, es más barato comprar unos nuevos.
Luz Elena Pineda
No los llevo a arreglar.
Luz Mary Giraldo
Este año hemos llevado tres pares no más. Hace mucho no llevábamos.
10 negocios de arreglo de calzado están registrados en Manizales y Villamaría, según la Cámara de Comercio.
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