Fotos|Freddy Arango|LA PATRIA
Carlos Beltrán y Lina María Idárraga, de la empresa Nuevos Caminantes Dog-s, empiezan su recorrido con las mascotas a las 6:00 de la mañana. A eso de las 8:30 a.m. recorren la avenida Santander.
NEGOCIOS|LA PATRIA
El amor por los animales se está convirtiendo cada vez más en un negocio rentable para quienes disfrutan de cuidar las mascotas y además tener unos buenos ingresos.
Por gusto y por la falta de tiempo de la mayoría de propietarios de perros, algunos jóvenes se han dispuesto a ofrecer sus servicios para llevar a pasear los caninos.
Esa dinámica creó un segmento de nuevos empresarios que se toma la tarea de recoger perro por perro en la casa de sus dueños, y llevar a un buen grupo de animales, que a veces suman 15, para darles un buen paseo, que por lo general va hasta el Bosque Popular u otro espacio abierto.
NEGOCIOS identificó algunos pequeños empresarios que vieron en esta actividad una oportunidad para mejorar sus ingresos y, de paso, darle un mordisco al desempleo.
Nuevos caminantes Dog-s es la empresa que hace dos años creó Lina María Idárraga, en compañía de Carlos Beltrán. De lunes a viernes, entre las 6:00 y 6:30 de la mañana empiezan a recoger los perros de sus clientes para llevarlos a caminar durante toda la mañana. El recorrido diario cuesta unos $10 mil y, por lo general, entre los dos llevan unos 9 perros. El miércoles pasado iban con siete mascotas.
Lina María cuenta que su trayecto comienza en el sector de Palo Negro, más arriba de Peralonso. Desde allí sigue por Los Cedros y San Jorge, por donde suben a la Avenida Santander. Luego pasan por los sectores de La Estrella y Palermo, para después buscar un campo abierto en el que se recreen las mascotas. "Cerca de las canchas auxiliares del Estadio, por el Cerro de Oro y en el Bosque Popular los soltamos para que jueguen. Lo hacemos porque generalmente las personas no tienen tiempo para sacar a los perros y porque amamos los animales", dice Lina María, quien es técnica en sistemas y también ha trabajado como mercaderista.
Lina María tiene, además, una guardería de perros en el barrio La Enea, donde permanecen 13 mascotas. Su mamá es quien le colabora con el cuidado de los canes, sobre todo en la mañana cuando Lina María y Carlos están ocupados con los paseos.
"Tenemos convenios con las veterinarias para que nos refieran y para nosotros también difundir el servicio de esos centros", dice Lina.
Carlos agrega que los convenios también son importantes cuando ocurren accidentes entre los perros y necesitan atención especializada.
Manifiestan que lo más difícil es adaptar un nuevo perro al grupo, y el cuidado de los caninos de razas agresivas. "Es una labor para quien de verdad le gustan y se hace con mucho amor". En las tardes, Lina se dedica a la guardería de mascotas.
Un antropólogo y una docente conforman Paseadores de perros Manizales, que por ahora es una organización no formalizada, pero que está en planes de conformarse como empresa.
Alejandro Betancourt y Carolina Mosquera salen todos los días, de lunes a viernes, a recrear a las mascotas de quienes soliciten sus servicios. Ellos cobran $7 mil el paseo de 4 horas, que la mayoría de veces arranca en el barrio Alta Suiza, a eso de las 7:00 de la mañana, pasan por Milán, el Alto del Perro, bajan a la avenida Alberto Mendoza, y culminan en el Bosque Popular, donde los recrean y los hidratan, para luego emprender el regreso.
Tienen 10 clientes fijos y cinco más esporádicos, y aseguran que se dedican a esta labor hace un año por amor a los animales. "Lo más difícil es la adaptación de los perros nuevos en el grupo. Por ejemplo, tenemos una bóxer que está desde las semana y ha sido difícil la adaptación, pero uno los va conociendo", explica Alejandro.
Resalta que su trabajo siempre ha estado muy ligado a los animales, por lo que trabaja para la fundación Huellas de Amor. "Estamos en proceso de crear la empresa. Por eso invitamos al adiestrador Julián Henao, un manizaleño que nos apoyará en ese objetivo", relata Alejandro.
Desde que tenía 16 años, Juan Felipe Rivas, de 20 años, combina sus estudios en Salud Ocupacional con el cuidado de mascotas, también de lunes a viernes.
El joven expresa que se dedica a este oficio por gusto a los animales y porque le permite solventar algunos gastos. En promedio, Juan Felipe saca a pasear entre 10 y 15 perros, que recoge en los sectores aledaños al Batallón Ayacucho y al Bosque Popular, donde también los lleva a recrearlos.
Por el paseo mensual de cada perro cobra 80 mil, y si el cliente solo necesita el servicio por días la tarifa es de $8 mil por cuatro horas.
Cuenta que su meta es terminar la carrera universitaria, de la cual cursa séptimo semestre, para conformar una empresa en la que pueda combinar los dos oficios. "Porque los perros sirven como terapia. Entonces estoy pensando en que mi negocio puede ser unido a mi profesión".
Como sus colegas, asegura que los más difícil del cuidado de mascotas es lidiar con los perros de razas agresivas. "También se asustan a veces y salen corriendo. Me pasó con Simón, uno de los perros, que se me escapó y llegó hasta su casa. Me asusté mucho, pero los dueños saben que los cuido bien, aunque no sé que pasó", relata Juan Felipe, quien por gusto propio lee y aprende todos los días sobre animales, con el fin de prestar un buen servicio. "Ellos son muy juiciosos, al principio es difícil que se integren, pero después hay confianza".
Juan Felipe saca a pasear los perros en los sectores aledaños al Batallón y al Bosque Popular, donde viven las mascotas.
Durante tres años, Andrés Fernando Gálvez se ha dedicado a pasear perros. Él tiene su empresa Caninos felices, que además ofrece servicios de peluquería y guardería para las mascotas.
"Sacar a pasear a los perros es más una terapia, porque son animales que no salen casi y algunos se vuelven agresivos, no están acostumbrados a los ruidos de la ciudad. Además, se deben acostumbrar a caminar con correa", explica Andrés Fernando, quien no tiene estudios relacionados con mascotas, pero lleva casi 10 años de experiencia, pues también trabajó en una guardería en Bogotá. "Este oficio se hace por amor a los animales, es algo innato. Me estreso cuando no estoy con los perros".
Caninos felices tiene una tarifa de $10 mil por perro, para pasearlo desde las 7:00 o 7:30 de la mañana hasta la 1:00 de la tarde. Adicionalmente, recogen en carro aquellos perros que por viejos o por su raza no pueden correr ni caminar por largo tiempo. En este caso, la tarifa es de $15 mil.
Cuatro jóvenes más están vinculados a la labor con la empresa de Andrés Fernando. Es el caso de Santiago Orozco, que lleva un año y medio dedicado al cuidado de los perros.
Los cinco se distribuyen en la mañana para recoger las mascotas, unos en el centro y otros en La Florida y La Enea. Se encuentran cerca del Batallón y empiezan el camino hacia el Bosque Popular, donde permanecen buena parte de la mañana.
"Es un lugar muy propicio para traer las mascotas y sabemos que debemos ser responsables con los excrementos, por lo que mantenemos atentos para limpiar los prados, pues poder entrar con los perros es un servicio, y como mínimo debemos garantizar limpieza", dice Andrés Fernando.
Agrega que lograron acordar con la administración del Bosque para adecuar un área especial para tener los animales, la cual estaría lista en unas semanas. "A veces vienen de jardines infantiles y sin problema interactúan con los perros. Además, por ejemplo, algunas familias que tienen niños con dificultades de movilidad los traen, pues la interacción sirve como terapia".
25 perros tenían el miércoles pasado Andrés Fernando y sus compañeros en su paseo diario.
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