COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
Si la llamada del jefe guerrillero y negociador de las Farc, Pablo Catatumbo, al presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, invitando a los partidos para que vayan a La Habana no cayó bien, una situación peor le pasó a la propuesta del presidente de la Cámara, el caldense Hernán Penagos, quien planteó que es mejor que vengan los mandos guerrilleros a Bogotá.
La propuesta de Penagos recordó la polémica visita que hicieron el 28 de julio de 2004 los jefes paramilitares Salvatore Mancuso, Ernesto Baéz y Ramón Isaza, cuando el presidente de ese entonces, Álvaro Uribe, negociaba con ese grupo ilegal la ley de justicia y paz que permitía su desmovilización y aplicación especial de una justicia transicional a quienes se desmovilizaran.
La nueva propuesta, la de Penagos, busca que en vez de ir los partidos a Cuba a reunirse con las Farc, es mejor que una delegación venga a Bogotá a reunirse con un grupo de congresistas para escuchar sus comentarios sobre el trámite de la ley estatutaria, que busca habilitar la realización de un referendo de manera coincidente con cualquier elección, lo que está prohibido en la actualidad.
Camino
El presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, sostuvo que frente a la cita con las Farc, él ya procedió a comentarle a los voceros de cada partido esa solicitud de la guerrilla, y serán los partidos los que determinen si asignan delegado.
Se conoció que la cita, que toma fuerza que sea en La Habana y no en Bogotá, sería por unas horas, y esa delegación estaría regresando el mismo día a Bogotá, encuentro en el que hablaría de la participación política, la ley respectiva, pero no se negociará con los subversivos el articulado.
Por el momento, en los partidos, las posiciones están divididas. El presidente del Partido de la U, senador Aurelio Iragorri, sostuvo que no está dispuesto a ir a reunirse con la guerrilla, pero indicó que la determinación dependerá del partido, y resaltó que la U apoya el proceso de paz, pero tiene claro que es el Gobierno el que permite ese tipo de encuentros y el que orienta la negociación.
A su turno, el senador conservador Hernán Andrade, quien es el ponente de la ley que busca modificar la normatividad para votar el referendo de la paz el mismo día de las elecciones, sostuvo que no le gustaría ir a Cuba, recordó que en el Gobierno Pastrana no fue al Caguán, pero no descartó que se pueda abrir una posibilidad.
Desde el uribismo también hay oposición a la propuesta. El exsecretario de comunicaciones del gobierno anterior, Ricardo Galán, aseguró que las negociaciones deben darse directamente entre el Gobierno y las Farc. Agregó que el Congreso debe reservarse para tomar, de manera independiente, las decisiones que le competen.
“Me parece inconveniente. Eso ya se probó con los paramilitares y salió mal. Me parece que se vuelve un show mediático y se pierde la sustancia”, enfatizó.
Sobre el asunto, los parlamentarios de la bancada conservadora se encuentran divididos. Por un lado, el senador Fernando Tamayo calificó de innecesarios este tipo de encuentros, bien sea que tengan lugar en Cuba o en Colombia y dijo que, por el contrario, pueden ser contraproducentes.
“Creo que el Gobierno Nacional ha entregado la representación a esa delegación que está negociando con ellos en La Habana. Me preocupa tanto protagonismo y tanto interés de aparecer en los medios y de crearles confusión a los colombianos”, declaró el senador.
Debe haber acuerdo
A su turno, el representante Orlando Clavijo, que también hace parte de dicha colectividad, aseguró que mientras no exista un acuerdo firmado que garantice que las Farc están desmovilizadas, no es conveniente que vengan al país a entablar una conversación de iguales con la clase política.
Dijo que no veía conveniente un diálogo, en medio de las negociaciones de paz, con actores que continúan alzados en armas, secuestrando y violando los derechos humanos.
Frente a la posibilidad de realizar el encuentro en La Habana (Cuba), el dirigente aclaró que no se opone a un encuentro en la isla siempre y cuando el mismo sea fructífero. Es decir, que se les informe a los congresistas y dirigentes políticos en qué consisten los pactos que están negociando y en qué condiciones ha avanzado el proceso.
En Bogotá
La única voz que dentro de la colectividad se levantó a favor de la propuesta el presidente Penagos fue la del senador Jorge Hernando Pedraza, quien defendió que “el Congreso es de puertas abiertas”.
“Que les den un indulto para que vengan aquí y nos cuenten. Pero irnos para Cuba, ese sí es un acto de arrodillamiento”, enfatizó el senador conservador, para quien los “más práctico es que ellos vengan aquí”.
En cuanto a la disposición del legislativo de escuchar a un grupo que continúa alzado en armas, el senador contestó: “En ese caso hay que escoger entre dos males, el menos peor. Mejor que vengan, así como vinieron los paramilitares al Congreso”, dijo.
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