Ante una posible escasez de gas, Colombia debería comenzar a explotar yacimientos no convencionales por medio de estimulación hidráulica. Esta fue la conclusión que alentó el debate durante la edición 22 del congreso de Naturgás.
La base de este discusión fue la presentación de un informe de la comisión de expertos, que se conformó con el fin de analizar y formular recomendaciones sobre la exploración de hidrocarburos no convencionales y las opciones para avanzar en proyectos pilotos de exploración, pero cumpliendo con una serie de requisitos.
El informe, según Ana Cristina Restrepo, experta en gestión ambiental del sector de petróleo y gas, contiene propuestas valiosas que enriquecen al Gobierno para la toma de una decisión informada. Sin embargo, también advierte que varias de las decisiones deben ser aterrizadas en acciones concretas de forma abierta y transparente al público.
Contraria a esa posición, el exasesor del Ministerio del Medio Ambiente y miembro de Colombia Libre de Fracking,
Rodrigo Negrete, considera desacertada esa invitación de las comisión de expertos para desarrollar pruebas pilotos. “No hay un marco regulatorio claro y esta actividad es tan riesgosa que requiere de normas especiales”.
El debate gira entorno a las implicaciones ambientales y normativas, así como la necesidad de transparencia y visibilidad de la información sobre el fracking y otras técnicas de extracción.
Las comunidades: fundamentales
La extracción en estos yacimientos no convencionales, propone el informe, debe cumplir con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Esto significa que tendrá que: “Hacer pública toda la información disponible asociada e identificar carencias de información. También identificar y divulgar la tecnología de mínimo impacto y acordar el manejo de riesgos para la salud con pobladores cercanos al lugar de la extracción”, explica el informe.
La comisión y el Gobierno Nacional consideran que el rol de la comunidades es crucial y por eso hay que permitirles conocer cómo son los procesos sin tantos tecnicismos.
Según Diego Mesa, viceministro de Minas y Energía, es necesario que las comunidades hagan parte del proceso de aprobación de estas intervenciones en sus territorios, razón por la cual se debe construir una línea de base social, entre otras que garantizarán que la naturaleza y las comunidades no se vean afectadas.
Desde la perspectiva del exviceministro de Minas y Energía, Amylcar Acosta, las comunidades deben participar de manera directa, porque sin su inclusión, el proceso sería imposible.
El presidente Duque también se pronunció sobre el informe que entregó la comisión. "A los territorios hay que llegarles con pedagogía”, sostuvo, al tiempo que habló de involucrar a todos los miembros de la sociedad.
Otra perspectiva
Negrete cree que las comunidades y la sociedad cumplen con un rol de veeduría y contrapoder. “Podemos mostrarle al país el porqué debemos estar en contra del fracking como método de exploración y explotación”, insistió y habló de medidas como la tutela, las marchas, debates y talleres que alerten sobre los riesgos del fracking. “Colombia no es Estados Unidos con kilómetros de tierra árida, somos el país con mayor biodiversidad por metro cuadrado. Hay demasiada incertidumbre y no podemos correr el riesgo”.
Para el viceministro Mesa el problema es que a Colombia le quedan entre 11 y 12 años de reservas en gas natural. Esto significa que habría un posible desabastecimiento. “Debemos buscar alternativas para revertir esa tendencia”.
¿Y Caldas?
Ante esa alarma, las empresas de gas natural que forman parte de esta cadena, incluyendo productores, transportadores y distribuidores, están de acuerdo con la exploración y posible explotación de los yacimientos no convencionales.
Carlos Mazeneth, gerente de Efigás, empresa que presta el servicio de distribución en el Eje Cafetero, afirma que en la región el riesgo al desabastecimiento es poco, debido a los contratos que tienen con empresas productoras. Sin embargo, cree en la importancia de estos yacimientos. “Hay que aprovechar ese petróleo y gas que se genere una vez se haga un proceso consciente y un fracking responsable”.
El debate está abierto, ante la mirada aprobatoria del Gobierno Nacional y de la cadena de gas natural, contra otros más reticentes como los ambientalistas y expertos en legislación ambiental.
Regulación y precaución
¿Qué son los yacimientos no convencionales?
Según Ana Cristina Sánchez, experta en gestión ambiental del sector de petróleo y gas, son hidrocarburos, es decir gas y petróleo, de baja porosidad y baja permeabilidad, por lo que su extracción es compleja. “Se requieren de técnicas especiales de perforación para extraerlos, caso la estimulación hidráulica o fracturamiento hidráulico".
Sánchez explica que la estimulación hidráulica se ha usado en Colombia para yacimientos convencionales maduros de hace más de 20 años. Según el Ministerio de Minas hay alrededor de 400 pozos fracturados en Colombia. “La estimulación en yacimientos convencionales es de escala menor a la de los no convencionales”, afirma.
¿Qué es el fracking?
Esta técnica consiste en la inyección de una mezcla a base de agua a alta presión para generar una fractura en la roca, de allí su nombre “fracking” o fractura en inglés. Esta fractura, que es del grosor de un pelo humano, se usa una mezcla es 95% agua, 4,5% arena y 0,5 % aditivos químicos. Sobre los riezgos, Sánchez explica que "han sido técnica y científicamente reconocidos por un sinnúmero de estudios a nivel global como los de la EPA, pueden ser debidamente prevenidos y controlados".
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