Colprensa | LA PATRIA | Medellín
Hace un año, los negociadores de las Farc y del Gobierno hacían la primera aparición pública en un pequeño hotel en las afueras de Oslo (Noruega) para oficializar un nuevo proceso de paz. Tras 12 meses, aunque el diálogo y la esperanza se mantienen, el optimismo decae por la prolongación y falta de acuerdos.
Luego de seis meses de acercamientos secretos en Cuba y la definición de la agenda de seis temas, el 18 de octubre la prensa informó al mundo del proceso de paz, tras 10 años de apostarle solo a la ofensiva militar para derrotar a las Farc.
Dos discursos antagónicos se transmitieron al mundo desde la capital noruega. Mientras alias "Iván Márquez" criticó al Estado por su modelo económico, social y político, el exvicepresidente Humberto de la Calle señalaba, en tono más conciliador, que el fin del conflicto pasaba por un proceso transformador del país que "permita a las Farc exponer sus ideas sin las armas".
Al mismo tiempo que indicaba que serían diálogos confidenciales en Cuba, también anticipaba que no sería un camino fácil por las "diferentes visiones" del país. Esas diferencias se han hecho cada vez más evidentes en los últimos meses hasta provocar tensiones dentro y fuera de la mesa de negociaciones.
El resultado es un proceso de paz que se prolonga más de los esperado, afectado por tensiones entre el Gobierno y las Farc, sin acuerdos concretos y con la proximidad de una contienda electoral en un país polarizado entre el apoyo y el rechazo a las negociaciones.
Prueba de ello es que el optimismo inicial que revelaban las encuestas a la ciudadanía, por los anuncios de un proceso ágil, de "meses y no años", directo y sin mediadores, contrasta con el creciente escepticismo actual.
A favor y en contra
Para un crítico del proceso como el analista Alfredo Rangel, director del Centro Seguridad y Democracia de la Universidad Sergio Arboleda, el balance no es favorable.
A su juicio, "en 12 meses solo hay un acuerdo parcial sobre tierras y desarrollo agrario. Tampoco hay una agenda común, hay dos agendas que chocan, la del Gobierno y la de las Farc y por eso los resultados concretos son casi nulos".
Advierte que la guerrilla intenta dilatar y ampliar la agenda preacordada y desviar las negociaciones. "A las Farc les interesan más los procesos de paz que la paz, por eso prolongan los diálogos para sacar réditos políticos y recuperar la legitimidad que perdieron por sus acciones violentas".
Otro escenario vislumbra Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional. "Hay dificultades reales en la mesa, ya que hay temas gruesos por definir, el tema jurídico y la refrendación son ejemplos. Las tensiones están porque el proceso existe, son 50 años de conflicto y resolverlo es complejo y requiere tiempo".
Los analistas dan por hecho que este año no se lograría un acuerdo de paz. Las negociaciones continuarían en 2014 en medio de la contienda electoral y mediada por coyunturas políticas como la reelección del presidente Juan Manuel Santos.
Preparan marcha
El copresidente de la Comisión de paz de la Cámara de Representantes, José Joaquín Camelo, aseguró que el próximo 18 de noviembre, día en que se cumple un año del inicio de los diálogos en La Habana, Cuba, se organizará en el país una marcha en respaldo al proceso de paz.
Según Camelo la manifestación será un acto simbólico para refrendar el proceso en todo el territorio y espera que “para ese cumpleaños de los diálogos se le diga al país que ya hay un acuerdo en el tema de participación en política”.
Por otro lado, el copresidente de la Comisión de paz del Senado Roy Barreras aseguró que el año que ha pasado no ha sido en vano. “El año trascurrido desde Oslo hasta hoy no ha sido un año gris, sino un año lleno de esperanza. No es fácil salir de una guerra de 50 años, ningún proceso de paz en el mundo ha sido tan breve. Hay avances importantes. Apostarle al fracaso de la paz y aumentar el escepticismo nacional es echar a perder la oportunidad histórica de que Colombia pueda al fin cerrar este conflicto inútil”, dijo el legislador.
Piden un "acuerdo especial" sobre minas antipersonal*
Una ONG pidió al presidente Juan Manuel Santos y a las Farc que en las negociaciones de paz se incluya un "acuerdo especial" sobre las minas antipersonal, artefactos que solo en el último año han causado la muerte o heridas y mutilaciones a 144 civiles en el país.
En una carta dirigida al mandatario, la Campaña Colombiana Contra las Minas (CCM) pide abordar el tema de las minas antipersonal en esas conversaciones "dada la afectación continua y persistente de población no combatiente en diferentes regiones del país".
Según esta ONG, desde que el Gobierno y las Farc iniciaron las negociaciones hasta el día de hoy se han presentado 144 víctimas civiles de las minas antipersonal entre muertos, lesionados y mutilados, de los cuales 60 son menores y 84 son mayores de edad.
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