Miguel André Garrido
COLPRENSA|LA PATRIA|BOGOTÁ
Una osada propuesta del fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre Lynett, promete causar revuelo: ampliar el debate sobre el marco para avanzar en un eventual proceso de paz y, más aún, iniciar una discusión sobre lo que debe suceder con las partes enfrentadas en un escenario de posconflicto.
La idea la llevará al Congreso de la República la próxima semana, cuando se cumplirá el sexto debate, en la Plenaria de la Cámara de Representantes, al acto Legislativo que pretende crear un ‘Marco Legal para la Paz’.
Dicha iniciativa, según Montealegre, debe contemplar escenarios diferenciados para guerrilleros y ‘paras’, entre otros actores ilegales, lo mismo que para los miembros de la Fuerza Pública que hayan incurrido en violaciones al Derecho Internacional Humanitario. Colprensa habló ayer con Montealegre, sobre esta idea que lanzó al debate público.
Complementar el marco para la paz
¿En qué consiste su propuesta?
Se la formulo al país para que el Marco para la Paz que está en el Congreso se complemente con la posibilidad de amnistías o indultos al fin de un conflicto, aún para graves violaciones a derechos humanos, dándole facultades más amplías al presidente de la República. La idea es que el Congreso no se limite a un solo proceso, sino que se consagren todos los instrumentos posibles que aceptaría el derecho internacional humanitario al poner fin a un conflicto.
¿Qué quiere decir con amnistía condicionada?
El derecho internacional y el DIH aceptan en determinados casos esta figura. Significa que podría darse una exoneración de responsabilidad en casos de graves violaciones a derechos humanos, siempre y cuando se dé una reconstrucción de la verdad, lo mismo que mecanismos de reparación y, eventualmente, mecanismos alternos a la privación efectiva de la libertad.
Por ahora las puertas de un proceso de paz están cerradas, muchos dirán que su idea es muy apresurada…
Es cierto que todavía no hay un proceso de paz con la guerrilla, pero el país debe tener, y dejarle al Presidente de la República, unas herramientas seguras para que tanto él, como el Congreso y las instituciones del Estado sepan cuál es el marco constitucional al cual pueden llegar después de una negociación.
En la práctica ¿esta es una manera de allanar el camino de un proceso de paz?
Podría ser, pues cuando el Estado y el Gobierno se sienten a un eventual proceso de paz con la guerrilla, que es una decisión del Presidente de la Republica; él, lo mismo que los actores del conflicto tendrían claridad acerca de cuáles son los límites de ese proceso y hasta dónde se puede llegar. Esa claridad debe incluirse en la Constitución.
El objetivo
¿Por qué hace la propuesta en este momento?
Hay un derecho y un valor constitucional que es la paz. Éste es un derecho de todos los ciudadanos. Todos los colombianos y entidades debemos buscar caminos hacia la paz. Es un mandato. A pesar de que estamos en medio del conflicto es importante que el país construya y diseñe esos instrumentos jurídicos, así en este momento no se haya iniciado un proceso.
¿A qué le apunta con su iniciativa?
Es importante que se diseñen los instrumentos. Tenemos que pensar hacia el futuro y que el país tenga los instrumentos necesarios. Los colombianos anhelamos la paz.
¿Qué debe pensar la Fuerza Pública?
Además de la actuación contundente en el restablecimiento del orden público, es importante que el país pueda avanzar simultáneamente en negociaciones de paz. El hecho de que se avance en una negociación de paz, en conversaciones al respecto, no obstaculiza o implica que la Fuerza Pública pierda el impulso en la recuperación del orden público.
¿Cómo cree que los militares recibirán su iniciativa?
La propuesta que hoy está consignada habla de un marco diferenciado al momento de finalizar el conflicto: un marco para la guerrilla, otro para el paramilitarismo, y otro para la Fuerza Pública.
¿Cómo funcionaría esa diferenciación?
La Constitución debe abrir la posibilidad de que al finalizar un conflicto, además del paramilitarismo y la guerrilla, se contemple la presencia en este marco de los miembros de la Fuerza Pública comprometidos con violaciones graves a derechos humanos, para que tengan un marco especial y sellar el conflicto armado en Colombia. Esta última experiencia ha estado en muchos procesos de paz en el mundo. Sin la Fuerza Pública y sin un marco diferenciado para ésta, al finalizar un conflicto armado es difícil construir un proceso de paz.
El que se tramita en el Congreso
Mucho se ha hablado de desmotivaciones en las filas militares por propuestas similares a la suya. ¿Cree que ese sentimiento pueda agravarse en este caso?
De ninguna manera, porque el hecho de que la Constitución establezca unas herramientas claras para la consecución de la paz, no implica que se le quiten facultades a la Fuerza Pública para el restablecimiento del orden público y para ejercer el monopolio legítimo de la fuerza al interior del Estado. Estos son dos caminos que se deben transcurrir simultánea y paralelamente.
¿Cómo analiza usted el marco para la paz que se tramita en el Congreso?
Es muy moderno, pues incorpora mecanismos de investigación prioritaria o selectiva y constituye marcos diferenciados, pero me parece que el modelo debe avanzar mucho más. A pesar de los avances que propone, tiene un gran vacío… muy importante, y está relacionado con la falta de regulación en cuanto a las amnistías e indultos por graves violaciones a los derechos humanos.
¿En qué sentido se debe dar ese avance?
Debe consagrar en la Carta Política unos instrumentos muy claros para que el Presidente de la República pueda conocer esas amnistías o indultos al finalizar un proceso de paz.
En ese caso ¿qué condiciones debería cumplir?
Primero: sería una posibilidad de amnistía o indulto en el marco de justicia transicional. Segundo: estas amnistías sólo se podrían dar al finalizar un conflicto armado; es decir, para prepararnos para una etapa de posconflicto. Y el tercer aspecto está relacionado con las consideraciones de delito político que hasta ahora se tiene en cuenta en el país y que podrían convertirse en un obstáculo.
¿Puede detallar mejor este último punto?
Se trata de una reelaboración en cuanto al constitucionalismo colombiano. Siempre la amnistía y el indulto han estado atados al concepto de delito político, el cual es muy estrecho en la Constitución colombiana. Esto haría que tal como está estructurado se convertiría en un obstáculo constitucional muy relevante para avanzar en un proceso de paz.
Mensaje al Congreo
Ahora la decisión tiene el Congreso. ¿Qué mensaje le envía?
El Legislativo tiene una gran oportunidad al aprobar el acto legislativo que está en trámite, y puede avanzar más si se consagra de una vez por todas la posibilidad de dar ese tipo de amnistías e indultos por parte del presidente y al término de un conflicto armado.
Usted hace una diferenciación entre los actores que se beneficiarían (AUC, bandas criminales, guerrilla), ¿como se daría la inclusión de militares que hayan afectado el DIH?
La Constitución debe tener todos los mecanismos posibles para un eventual proceso de paz; debe contener la posibilidad de amnistías e indultos para finalizar un conflicto armado; debe contener la posibilidad de investigaciones prioritarias y selectivas, lo mismo que el manejo de mecanismos ordinarios de la extinción de la acción penal o el principio de oportunidad.
¿Y qué pasará con la verdad que reclaman las víctimas?
Ese es otro punto que debe contener, pues debe haber mecanismos extrajudiciales que ayuden a la reconstrucción de la verdad.
Hay rumores acerca de que el Congreso quiere hundir esta iniciativa que se tramita en materia de paz. ¿Teme que eso suceda?
No creo que eso suceda. Pero de darse esa posibilidad sería lamentable, pues esta es una oportunidad histórica para que el país tenga un marco jurídico absolutamente delimitado para arrancar con un proceso de paz.
Espera gestos de paz de las Farc
Sobre qué esperaría de las Farc, luego de conocer su propuesta, el fiscal general de la Nación dijo: “Más que una respuesta ante una amnistía al finalizar un proceso de paz, esperamos verdaderos gestos de paz. Lo que el país demanda de las Farc es la liberación del periodista francés Romeo Langlois, como un verdadero gesto de que sí están interesadas, en el mediano plazo, en un eventual proceso de paz y de que es real lo que han dicho acerca de que no van a seguir utilizando el secuestro como mecanismo de lucha armada”.
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