DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
En Colombia, según la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), existen 30.612 personas en proceso de reintegración y solo 9.286 se han beneficiado por planes de negocio. En cuanto a la participación empresarial, se han vinculado al proceso 115 empresas en modalidades como empleo, capacitación y financiación de proyectos.
Esta cifra no se acerca ni al 10% de las 63.504 empresas constituidas en nuestro país, ni a sectores como la construcción (12,9% del total de las empresas legalmente formadas), donde la mano de obra es vital.
Con datos como estos, Mariela Márquez Quintero, profesora del Departamento de Administración de la Universidad Nacional -sede Manizales-, y Julián Andrés Restrepo Guzmán, estudiante de octavo semestre de Administración de Empresas, desarrollaron una ponencia titulada Los empresarios, proceso de paz y posconflicto en Colombia: responsabilidad social.
Su idea: indagar sobre el papel del gremio empresarial con respecto a oportunidades laborales para personas en proceso de reintegración, a propósito del proceso de paz en La Habana.
El alumno Restrepo Guzmán, manizaleño e integrante del grupo de Investigación Cultura de la Calidad de la Educación, estuvo entre el 2 y 10 de agosto en la Universidad de Oxford (Reino Unido), donde presentó la ponencia durante el XIV Congreso sobre gestión y economía de las organizaciones.
"Hicimos una reflexión sobre el hecho de que los empresarios no se han pronunciado frente al proceso de paz y, pese a que ellos fomentan las políticas económicas y de empleo, aún no se percibe una responsabilidad directa con los desmovilizados. No se puede desconocer que en una etapa de posconflicto se debe definir el futuro de los guerrilleros que hoy hacen parte de la insurgencia armada", aseguró.
Añadió que el empresariado colombiano, en diferentes foros y escenarios públicos y políticos, ha exteriorizado su preocupación por los modelos de reincorporación, ya que argumenta que puede convertirse en un negocio para los ilegales, evadiendo y burlando a la justicia, negando el reconocimiento de las víctimas y la petición pública de perdón.
LA PATRIA habló con el estudiante.
Me entero de la conferencia en Oxford y a raíz de los diálogos de paz, me surge la idea de prepararla, enfocada en el conflicto colombiano. Por Manizales también fue mi compañero Cristian David Rincón, pero habló de un tema diferente.
Con el apoyo de la profesora Mariela y, aprovechando su experiencia como periodista, investigamos más a fondo la responsabilidad de los empresarios en el posconflicto. Fue de manera empírica, con la ayuda de la Universidad, que aportó los recursos bibliográficos. Duró cuatro meses, enviamos la ponencia varias veces, pues le hacían correcciones, hasta que la aceptaron.
El papel de las empresas es muy importante, pues fomentan la economía del país. Con los recursos bibliográficos y los recortes de prensa se pudo constatar que es poco lo que se han pronunciado sobre su papel en el posconflicto. Por ahí hubo una carta firmada por 80 de ellos, pero apoyando el proceso de paz. Son entre 10 mil y 16 mil los guerrilleros y no se ha dicho qué va a pasar con ellos después de que entreguen las armas. El 80% es analfabeta y con baja capacidad para trabajar. Debe haber una política de Estado para que, cuando salgan, no sean unos desempleados más.
Darles a los desmovilizados la oportunidad de reinserción, por ejemplo, con el anonimato, para evitar el sesgo y que vuelvan a la delincuencia por no encontrar oportunidades en la sociedad.
Creen que se pone en riesgo la imagen corporativa. Hay temor de que el reinsertado siga delinquiendo desde la empresa. También le temen a que no sean aceptados por los compañeros, por sus mismos antecedentes. O que se generen incluso roces con empleados que pudieron ser víctimas de las acciones de esos grupos ilegales.
La ponencia la enfocamos en el perdón y la reconciliación, pues nadie en el país está preparado para eso. Imagínese un campesino tener que ver pasar por el frente, como si nada, al que instaló y/o accionó la mina antipersona que mató a su hijo.
Los más interesados fueron los españoles y los ingleses, porque lo entienden y han pasado por las guerras. Los primeros, porque tuvieron la dictadura de Franco en los 70. En España hay una discusión fuerte, porque los descendientes de las víctimas de Franco están pidiendo auxilio económico. Y preguntaban cómo sería en Colombia: si los guerrilleros pagarán sus actos con cárcel o cómo.
Los ingleses piensan que las personas van a llegar a tener empleo o les darán un subsidio. Ellos sugirieron que en Colombia se debería empezar por la educación, que sea la mayor legislación. Fortalecer esas bases para salir adelante, pero no a punta de cárcel.
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