Sigue la controversia por supuestos diálogos de paz

COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá

Mientras el país está expectante por los posibles diálogos de paz del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las Farc, aumenta la polémica por las negociaciones que en similar sentido realizó el expresidente Álvaro Uribe con ese mismo grupo insurgente.

Y es que a través de algunos medios de comunicación se ha mencionado que el expresidente Álvaro Uribe efectivamente realizó conversaciones con grupos ilegales, pese a que le niega a su sucesor la misma posibilidad.

Uribe lleva una semana sosteniendo que el gobierno Santos adelanta conversaciones en Cuba con la guerrilla, por lo que exige que el Gobierno haga públicos esos acercamientos. “Sería bueno que el Gobierno nos diga si Enrique Santos Calderón, hermano del actual presidente, y algunos exgenerales de la República están en Cuba negociando con la guerrilla de las Farc. En caso de que eso no sea cierto que el Gobierno lo desmienta", señaló el exmandatario en días pasados en la emisora Actualidad 1020 am de Miami.

Su posición frente a los supuestos acercamientos fue sustentada por Uribe en la afectación de la seguridad y a los manejos que desde Venezuela se le viene dando al tema. “Incomprensible el deterioro de la seguridad en el gobierno Santos. Por un lado, está negociando con el grupo terrorista de las Farc en Cuba. Y por otro lado, el presidente venezolano, Hugo Chávez, las está protegiendo”, dijo Uribe en Sincelejo.

Ante esta polémica, de la que han sido protagonistas distintos sectores, unos a favor de Santos, o otros más cercanos a Uribe, motivaron a que el exmandatario aceptara en los últimos días, a través de Twitter, que él sí sostuvo diálogos con los grupos armados, aunque le señaló en su favor que ninguno se dio de manera secreta.

“Autoricé facilitadores durante todo el Gobierno por el tema de los secuestrados. Nada secreto”, dijo el expresidente y agregó, “nada oculté, muchos de los facilitadores actuaron con prudencia más no con clandestinidad”.

Las opiniones

Al respecto, la columnista Patricia Lara, en un artículo de opinión publicado en el Espectador, cuestionó a Uribe, pues según ella, durante su gobierno, e incluso siendo gobernador de Antioquia, adelantó conversaciones con grupos insurgentes, diálogos que hasta ahora son conocidos por la opinión pública.

Lara señala que “recién posesionado en la Presidencia, después de oponerse a la negociación con las Farc en el Caguán (ya secuestrada Íngrid Betancourt), nombró a Luis Carlos Restrepo alto comisionado de Paz y, en octubre de 2002, convocó a la Comisión de Conciliación y le pidió ayuda a la Iglesia para buscar la paz con la guerrilla y los paramilitares. ‘La paz con todos’, les dijo Uribe entonces”.

Para el politólogo Alejo Vargas es evidente que sí hay diálogos entre el Gobierno y los grupos ilegales, además agrega que este propósito no lo puede abandonar ningún gobierno.

Con respecto a las críticas que ha realizado Uribe al Gobierno Santos, por los supuestos acercamientos en Cuba, el analista recordó que durante los ocho años de la seguridad democrática, él mismo se sumó a los esfuerzos de paz, y que fue garante durante dos años en esos acercamientos.

“En esos diálogos Santos le conquistó una cosa a las guerrillas que fue el hecho de que abandonaran el secuestro y liberaran a los secuestrados sin ninguna condición. Ese hecho fue producto de mensajes que le envió el Gobierno a la guerrilla”, afirmó Valencia.

Para este analista resulta necesario que los diálogos se adelanten de manera secreta pues, según él, es un método que ha funcionado en diversos procesos internacionales de paz.

Los trinos del expresidente

Luego de los cuestionamientos a los supuestos diálogos Uribe arremetió contra la política de seguridad del hoy jefe de Estado:

*“Gobierno Santos, dos años de diálogo clandestino, desmotivación de las Fuerzas Militares, debilidad de la seguridad y legitimación de Chávez, protector de terroristas”.

*“Gobierno busca diálogo y guerrilla aumenta terrorismo. La protección efectiva de los ciudadanos es primero que la pretensión de diálogo”.