Alejandra Bonilla
COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
Luis Alonso Colmenares se tomaba la cabeza sin poder ocultar su dolor cuando el fiscal 11 de la Unidad de Vida, Antonio Luis González, leía la forma cómo su hijo, Luis Andrés, habría sido asesinado de acuerdo con el testimonio del nuevo testigo del caso, José Wilmer Ayola.
En una sala de audiencias de Paloquemao, en Bogotá, escuchó el terrible testimonio según el cual su hijo habría recibido múltiples patadas de sus compañeros, luego una cachetada y finalmente un golpe seco con una botella la noche de halloween del 2010.
En entrevista con Colprensa, Colmenares da credibilidad al testimonio que envió a un compañero de universidad de su hijo, Carlos Cárdenas, a la cárcel La Modelo de Bogotá como medida preventiva luego que se le imputaran los cargos de homicidio agravado doloso en calidad de coautor y soborno en calidad de determinador.
Lo que piensa
Aparece un nuevo testigo en este caso casi un año y medio después y le da un giro al caso. ¿Qué opina sobre las dudas que se han generado sobre su veracidad?
Todo se tiene que llevar a cabo de acuerdo con las investigaciones. Desde el momento en que el caso llegó a la Unidad 11 de Vida a cargo de Antonio Luis González, doy fe que ese señor ha llevado a cabo un trabajo juicioso, serio, como se ve hoy en día. Si es que hay algún cuestionamiento porque después de 19 meses es que aparece un testigo, pues hay que decir que el testigo aparece cuando aparece, cuando lo encuentran. Y aparece uno que le ofrece a la Fiscalía General de la Nación todo el nivel de credibilidad por la manera como plantea las cosas, como las expresa, por los detalles que da y eso le da a la Fiscalía tanta seguridad que la lleva a tomar las decisiones que tomó.
Este testigo narró un soborno de los jóvenes que estaban esa noche en el parque de El Virrey, ¿usted cree esa versión?
No es que yo lo crea, es el testigo que lo dice. Yo lo acepto a partir del relato que hace y que todo el país vio en el momento que el Fiscal 11 hace la acusación. Ahí está la constancia, lo expresa bajo la gravedad del juramento y entiendo que antes que lo hiciera se le ponen en conocimiento todas las obligaciones que asumía con el hecho de expresar bajo la gravedad del juramento todo lo que iba a decir y el testigo así lo aceptó.
No me puedo imaginar cómo debe ser escuchar ese testimonio, qué se le viene a la cabeza cuando escucha que su hijo habría sido asesinado…
Es una experiencia supremamente terrible y dolorosa que solamente la puede expresar quien la siente, que es en este caso los padres, el hermano y los familiares de Luis Andrés. Por eso no pudiera uno compararlo con cualquier otra situación que a lo mejor pueda representar tristeza. Aquí no es tanto comparar el hecho de llorar a alguien que está vivo a vivir el resto de la vida con un dolor por dentro de alguien que está muerto, eso no es comparable. A la medida que se daba el relato créame que yo lo que hacía más bien era pedirle a Dios que me diera fortaleza y que me siguiera manteniendo como enterrado en esa silla en el que estaba sentado porque no se imagina el esfuerzo que tuve que hacer para seguirme manteniendo allí.
En el fondo lo que queremos es que se haga justicia, no estamos esperando nada más. Simplemente que se haga justicia sobre la base objetiva de las conclusiones a los que lleguen los jueces, las investigaciones y las pruebas.
Este testimonio corroboraría la versión de la Fiscalía de que fue una muerte violenta, ¿perdurará cuando llegue el momento de controvertir al testigo en juicio?
El testigo por los hechos que narra más que fortalecer, ratifica el hecho que en efecto Luis no murió accidentalmente ni suicidándose sino que Luis murió porque lo mataron. Y a Luis lo mataron Laura Moreno y Carlos Cárdenas con el apoyo de otras tres personas que están por identificar.
Los amigos
¿Qué piensa de que la evidencia apuntaría a que fueron los propios amigos de Luis Andrés quienes habrían acabado con su vida?
La sensación de amargura y de lamentar con tristeza el hecho de que Luis, a pesar de su forma de ser y de la manera tan expresiva como él se relacionaba con sus amigos, al final uno concluye que él nunca tuvo amigos. El lo que tuvo fue personas que se aprovecharon de él en todo sentido y que en medio de su nobleza nunca distinguió que se estaban aprovechando de él y en cambio sí sentía todos los valores que surgen de una relación de amistad. Mira las ironías que la vida nos pone enfrente.
Los familiares de Carlos Cárdenas hicieron un plantón frente a la cárcel La Modelo cuestionando la veracidad del nuevo testigo y exigiendo su libertad. ¿Qué opina?
Ellos están en su derecho y si ese es el sentimiento que les nace en el sentido de solidarizarse, pues qué puedo decir yo. Por lo menos tienen la oportunidad de hacerlo con respecto a su amigo que está vivo, en el caso de Luis desafortunadamente ya no podemos llevar a cabo algo de la misma manera. Espero que el tiempo, con la investigación que se siga y a partir de las pruebas, demuestre sin ninguna duda quiénes fueron los responsables de la muerte de Luis y que luego, cuando eso se cumpla, esos mismos amigos, reflexionen sobre su amigo.
¿Qué tiene que decirle a Carlos Cárdenas?
Que si tiene conciencia, que se arrepienta de lo que hizo. Que le pida perdón a Dios y cuente toda la verdad.
“Veo un grupo de jóvenes, cinco en total, cuatro hombres y una mujer que están reunidos a un lado de una camioneta color oscura, esta está parqueada en sentido sur-norte. Tenía apagadas las luces, dentro de ella había una persona del lado del conductor”.
“Con el tiempo supe que se llamaba Luis Colmenares. Casi no se podía sostener de pie. Lo veía que estaba como borracho. No alcanzó a correr sino a unos cinco metros de donde estaba el grupo antes mencionado de la camioneta, se tropieza y cae el suelo. Cuando se estaba levantando llegaron los otros que estaban con él en ese momento y lo levantaron a patadas en el suelo. Luis Colmenares no gritó, la mujer que estaba en esa reunión se acercó, le arrebató el celular de la mano y le dio una cachetada en la cara”.
“Luis Colmenares estaba arrodillado. Los que estaban con él lo insultaban, todo el mundo hablaba al tiempo. Lo que yo vi fue que Luis Colmenares trató como de hablar y la persona que estaba dentro de la camioneta se baja con una botella en la mano y le da un golpe en la cabeza”.
“Luis Colmenares estaba arrodillado en el sitio donde cayó primero, de espaldas a la camioneta. Yo vi cuando cayó, no dijo nada, y sonó duro cuando le dieron el botellazo. No sé si la botella se rompió. Cuando el muchacho le pegó el botellazo a Luis Colmenares, uno de los que estaba ahí lo llamó por el nombre, "Carlitos", al agresor. Luis Colmenares se desplomó”.
“Cuando esto pasa comenzaron a mirarse entre ellos. Lo movieron con el pie y lo llamaban. Este no respondió. Uno de los muchachos que estaba ahí lo cogió por el cuello y lo levantaron, pero Luis Colmenares estaba desplomado. Lo cogieron entre los que estaban ahí, lo alzaron y se lo llevaron hacia la camioneta para montarlo por el otro lado del conductor. Cuando eso estaba pasando nos vieron y la mujer que estaba ahí comenzó a tratarnos mal”.
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