
La política se puso de moda en Colombia y pasará un año más para que el asunto continúe haciendo parte de las noticias, comentarios y reproches diarios de los colombianos. La razón es que la campaña presidencial ya se metió de lleno. Es un hecho atípico, porque el país venía de, por lo menos, tres elecciones presidenciales en las cuales el debate y el proselitismo de los candidatos tan solo arrancaba seis meses antes de los comicios.
Tradicionalmente en Colombia la elección del presidente de la República siempre se cumple el último domingo de mayo, cada cuatro años, y en caso de una segunda vuelta se realiza el tercer domingo de junio.
En 2002, cuando Álvaro Uribe ganó su primer mandato presidencial, la justa electoral arrancó a finales de 2001, momento en el que proceso de paz pasaba por una de sus crisis más agudas.
Ya en 2006, y por la reelección, Uribe la anunció, como le ordena la ley en noviembre de 2005, pero la campaña de lleno tanto de él como de su principal opositor, Carlos Gaviria, se dio desde finales de enero de 2006.
Una situación similar se repitió en 2010, cuando la disputa por la Presidencia se consolidó desde febrero. En esa ocasión el Partido Conservador fue el que inició prematuramente la campaña al realizar, en octubre de 2009, la consulta popular que ganó Noemí Sanín, pero su campaña arrancó de lleno en febrero del 2010, cuando el Consejo Nacional Electoral le ratificó que se impuso sobre Andrés Felipe Arias, de quien en ese momento se hablaba que sería el remplazo de Álvaro Uribe.
Año y medio
Las cosas para el próximo cuatrenio (2014-2018) serán diferentes. Si bien los más de 31 millones de nacionales habilitados para sufragar lo pueden hacer solo el domingo 25 de mayo de 2014, en primera vuelta, la campaña electoral arrancó prácticamente un año y medio antes.
Fue el expresidente Álvaro Uribe Vélez quien se encargó de dar el banderazo. La directora de la ONG Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios, así lo considera y recuerda que el encuentro que realizó Uribe en Santa Marta a inicio de año con sus precandidatos abrió la campaña.
En esa reunión el expresidente planteó las bases del Centro Democrático, movimiento con el cual le apostará a la Presidencia y a ser una nueva fuerza de peso en el Congreso, para que en caso de no ganar la primera magistratura, se pueda convertir en el principal partido de oposición.
Para el analista Luis Fernando Estrada Sanín tampoco hay duda de que ya Colombia esté en campaña; sin embargo, plantea un escenario nuevo que se suma al anuncio de la reelección del presidente Juan Manuel Santos.
“Ahora viene el momento en que los partidos de la Unidad Nacional definen si lo acompañarán o si tendrán candidato propio”, indicó. Un caso en particular es el Partido Conservador, que deberá definir si lleva su propio representante o si termina nuevamente plegándose a Santos, como en la segunda vuelta de junio de 2010.
La semana que terminó fueron dos los nombres de posibles candidatos que se movieron por esa colectividad: la exministra Marta Lucía Ramírez y el actual ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.
Ramírez, desde comienzo de año, ha manifestado públicamente que desea ser la candidata del partido, e incluso que el conservatismo haga una coalición con la tendencia del expresidente Uribe. Entre tanto, el nombre de Cárdenas fue lanzado por el propio presidente del partido, Efraín Cepeda, quien considera que su gestión pública es muy meritoria. El ministro no aceptó.
La directora de la MOE considera también que el principal tema que atravesará la campaña es el proceso de paz, y que “el punto más fuerte del debate será la desmovilización de las Farc y su participación en política”.
El precandidato del uribismo Óscar Iván Zuluaga, en el lanzamiento de su campaña volvió a señalar que los diálogos de La Habana llevan a la impunidad y que será todo el país el que perderá.
Barrios agrega: “La posible participación de las Farc en política está generando un nivel muy grande de polarización en los diferentes departamentos donde dirigentes locales han estado en contra de las conversaciones, también están definiendo sus posturas presidenciales”.
En particular citó el acto de homenaje el lunes pasado en Medellín al procurador Alejandro Ordóñez, donde se marcó una postura de la dirigencia antioqueña para la elección presidencial.
Las otras opciones
Otro foco de los analistas es que la campaña se debe personalizar. En opinión de Luis Fernando Estrada, todos los candidatos distintos a Juan Manuel Santos (si se lanza) deben acercarse a los electores, por lo que prevé que será frecuente verlos en esa actividad. “Ya vemos los talleres del Centro Democrático, en donde el expresidente Uribe y los precandidatos se reúnen con la comunidad”.
En recorridos y reuniones con pequeños grupos también ha estado la candidata del Polo Democrático Alternativo, Clara López, quien ya fue escogida por su partido para esa aspiración. López, quien fue incapacitada por un mes debido a una intervención quirúrgica, ya arrancó giras por varias ciudades del país y ha recibido el apoyo de sectores sociales y sindicales.
El Progresismo, movimiento político creado por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, también se metió de lleno en la campaña, aunque con un matiz diferente: la necesidad de buscar una tercería, es decir, un candidato distinto a Juan Manuel Santos y al que salga del Centro Democrático.
Durante dos días dirigentes de esa tendencia, a la cabeza del exgobernador de Nariño, Antonio Navarro, se reunieron para evaluar cuál sería ese camino, entre ellos la posibilidad de tener un candidato único de la izquierda y el centro.
Al evento llegó el exgobernador del Atlántico, Eduardo Verano, quien ya está en actividad proselitista con recorridos por diferentes regiones para consolidar su movimiento, pero no descartó que si el proyecto tiene un norte pueda participar en una eventual consulta, como se propuso.
Lo cierto es que con una contienda tan larga, que significará también un año de desgaste para los candidatos, triunfará el que tenga una estrategia que no aburra a los electores.
Alerta
Una alerta que surge, según la directora de la MOE, Alejandra Barrios, es que al tener una campaña tan prematura el control a los gastos de la misma se hace más difícil de seguir. Por mandato de la la Ley 996 de 2005, la campaña presidencial de manera oficial en el país se inicia cuatro meses antes del día de la votación, es decir, el 25 de enero de 2014, día en el que se empezarán a registrar formalmente en libros contables los gastos que tengan los candidatos.
Sin embargo, no hay un normatividad clara del Consejo Nacional Electoral sobre cómo se deberán manejar contablemente dichos gastos durante el tiempo anterior.
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