MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
La Iglesia Católica recibió un duro golpe hace 11 días. Alberto Linero le confesó al periodista Néstor Morales, en una entrevista en Blu Radio, que se retiraba del sacerdocio porque "se mamó de la soledad" después de 33 años en el servicio religioso, pero aclaró que esto no quiere decir que tenga un prospecto de pareja.
El anuncio formó un revuelo por redes sociales y entre sus seguidores; algunos con posiciones de apoyo y otros de dura crítica, que se prestó hasta para hacer chistes. El asuntó giró en torno a que Linero sí tiene pareja y que se cansó es del celibato.
No es solo sexo
El sacerdote Mauricio Uribe, miembro del Tribunal Eclesiástico de Bogotá y decano de Ciencias Humanas de la Universidad Sergio Arboleda, expresa que Linero es un sacerdote amigo, al que entiende y ora por él. "Cada uno tiene libertad para tomar las decisiones que le parezcan. Claro que no puedo dejar de lamentarlo porque se nos va un sacerdote con un estilo diverso, por desgracia no muy común, pero él va a seguir sirviendo a Dios como laico".
Para hablar del celibato, el padre Uribe se suscribe a la columna del sacerdote Jesuita Carlos Novoa en el diario El Tiempo, titulada ¿Es verdad que el celibato agobia a los sacerdotes? "Dice que emerge de nuevo una dura crisis al celibato presbiteral. La crítica que le hacen es que el celibato, en el imaginario, es frustrante, y que teniendo al lado a una mujer todos los problemas afectivo sexuales se solucionan, y no es así. Dice el padre Novoa que es una visión chata y carente de un abordaje profundo e integral. Habla de que la sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro".
Es decir, una sexualidad que no se reduce a la genitalidad o a la vida de pareja. "En ese punto, lo erótico, dice Novoa, se constituye en la fuerza misma de la vida e impulsa diversas expresiones, ya sea la pasión por el cónyuge, el arte, la ciencia, la mística, la solidaridad. Entonces la Iglesia siempre ha valorado la sexualidad como algo bello y no es ni más ni menos que un sacramento cristiano creado por Dios, pero no la podemos endiosar ni absolutizar".
En esta línea el padre Uribe señala que el celibato es un camino legítimo por el cual pueden optar y ha sido motivo de fecundidad en la Iglesia para las vocaciones porque es una entrega plena. "Corazón indiviso para Dios". Dice además que es bello el matrimonio, pero la pareja no es lo único para ser feliz. "No hay que montar ídolos con pies de barro. Además, hay muchos casados para los que a veces el matrimonio resulta en tragedia cuando otros ídolos copan sus afectos".
Vocación, no profesión
Según el presbítero José Silvano Peralta, párroco del templo María Reina en el barrio Cervantes de Manizales, el sacerdocio es una vocación, y eso significa un llamado de Dios. "En ese llamado que el Señor nos hace está la libertad en responder, porque muchos reciben el llamado, pero no quieren responder a la vocación. Lo principal no es el celibato, que es una entrega a la imitación de Jesucristo. No se trata de que me quede solo porque me toca, sino porque Jesucristo nos enseñó que la vida del sacerdocio es una ofrenda y una entrega, ni medida ni parcializada, es total, así como él se entregó totalmente y no se guardó nada para sí, lo entregó todo por nosotros".
Por esto sustenta que el celibato no es simplemente un requisito para ser un sacerdote de profesión, pero cuando se enmarca como vocación es muy distinto, es algo que hace feliz al entregar la vida por otros.
El sacerdote Uribe agrega que para el papa Francisco el tema del celibato es debatible, porque no es de derecho divino sino de derecho eclesiástico, pero que hay otras razones que hablan de la ventaja de este estado para estar más disponibles a Dios y a la comunidad; contrario a si el sacerdote estuviera casado con múltiples obligaciones familiares.
"En este horizonte, puedo decir que siempre he gozado del fascinante amor de Jesús por mí, el y de tantas personas que me aman y que también forman parte del afecto del Señor. Los que somos célibes presbíteros lo que escogimos está bien y nos hace felices, pero no quiere decir que todos tengan esa gracia", aclara Uribe.
La fuerza del amor
Francisco José Tamayo, laico, filósofo y colaborador del portal Razón +Fe, sostiene que el celibato no es un invento. "San Pedro tuvo esposa e hija, y dejó a su familia para seguir a Cristo. El celibato es una opción de vida de seguir a Cristo, pero también es un matrimonio con la Iglesia. El sacerdote es pastor, no estrella mediática; el celibato es un compromiso de seguir a Cristo en la tierra como corresponde, Cristo nunca tuvo hijos ni mujer".
Frente al tema de Linero, indica que es imposible juzgarlo y que nadie tiene derecho a decir nada de él porque fue una decisión muy personal, al ser el celibato una opción.
"Las preguntas son: ¿qué función debe cumplir un sacerdote en la sociedad? ¿Ser estrella mediática?, o ser pastor; ¿presentar programas de radio?, o estar en un confesionario y servir de guía espiritual de muchos seres humanos que lo necesitan; ¿salir en televisión?, o hacer que la gente no se pierda una sola misa que dice él y que vayan a oírlo. Que se pueden aprovechar los medios de comunicación, por supuesto, que hagan podcast (archivos multimedia, generalmente videos) y que la gente los busque en redes sociales, qué bueno, pero la persona que va a tener a Cristo en sus manos y se va a consagrar debe estar absolutamente libre de cualquier atadura en esta tierra".
Tamayo explica el asunto de la siguiente forma: "Tan es el celibato una opción, que muchos señores terminan su ciclo de filosofía de tres años, sus cuatro o cinco años de teología, están a punto de ordenarse sacerdotes y luego dicen que no son capaces. Terminan casados y como diáconos. Hacen mejor papel. Otras religiones permiten que sus sacerdotes sí se casen: el judaísmo, protestantes, anglicanos, presbiterianos, luteranos; pero ¿dónde debe estar un sacerdote?, en la casa de Dios, porque si no reza, no ora, pues ¿qué está haciendo? El padre Linero tuvo todo el derecho de retirarse del sacerdocio, pero nada raro que a futuro busque regresar, porque es más fuerte el amor de Dios".
El portal Razón +Fe en su artículo ¿Qué es el Celibato Sacerdotal Católico? explica: "Es una una disciplina que la Iglesia sigue desde su origen, o sea, desde la época apostólica. Por tanto, no es verdad como sus enemigos suelen repetir que se haya iniciado con el Concilio de Trento o que sea una invención medieval del Concilio de Letrán.
"Para el padre Chistian Cochini, jesuita francés, que estudió profundamente el tema, existe una diferencia entre el celibato sacerdotal y la ordenación de hombres solteros. La Iglesia siempre exigió el celibato de sus clérigos, pero también siempre ordenó hombres casados hasta el siglo XII en Occidente, ya que en Oriente aún se da. Lo anterior parece una contradicción, más no lo es. A partir de la ordenación sacerdotal, los hombres casados y escogidos por la Iglesia para ser sacerdotes dejaban el uso del matrimonio y pasaban a vivir en continencia".
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