COLPRENSA | LA PATRIA | IBAGUÉ
Mientras miembros de la Sijin adelantaban la recuperación de una camioneta en el sector de Coello-Cocora, en Ibagué, uniformados de la Policía Metropolitana los detuvieron porque, al parecer, el procedimiento que realizaban era ilegal.
En declaraciones con El Nuevo Día, uno de los afectados contó cómo fueron los hechos y cómo se produjo la captura de él y de sus compañeros, aquel martes 26 de junio.
El pasado sábado, víspera de San Juan, aproximadamente sobre las 8:00 de la noche, la camioneta del excandidato al concejo de Ibagué, Carlos Andrés Castro, fue hurtada. Al día siguiente, Castro dio aviso a las autoridades e interpuso la denuncia; de inmediato comenzaron las investigaciones.
Para el lunes y después de labores de inteligencia e información que suministró una fuente a las autoridades, los integrantes de la Sijín planearon el operativo para la recuperación del vehículo y fue dispuesto todo para el martes en horas de la noche.
“Supuestamente esa noche se la llevaban andando para Cali con otras placas”, dijo el afectado, de quien este medio se abstiene de revelar su nombre.
Según él, los papeles, informando de tal operativo, se presentaron, “se hizo entonces el plan de marcha, toda la papelería, los permisos, se dejó constancia que se iba a hacer ese operativo, incluso la víctima dijo que quería asistir.
“Cuando salimos se le reportó a la central, dejamos constancia qué material llevábamos y los carros que iban a participar en esto”.
“Nos fuimos, pasamos Boquerón y la estación de Coello-Cocora cuando nos informan que la camioneta fue abandonada”.
Luego de que el exconcejal reconoció su vehículo, los de la Sijín iban a traerlo de vuelta a Ibagué, pero en ese transcurso fueron interceptados.
“El mismo coronel Murillo nos hizo el pare”, comentó el sujeto. En el instante en que ellos se detienen a un costado de la vía, unas 80 unidades de Policía, entre Sipol, Gaula y Emcar, rodearon el vehículo donde se transportaban algunos de los integrantes de la Sijín y el mismo exconcejal.
Los hombres a mando del coronel Fernando Murillo obligaron a los uniformados de la Sijín a entregar sus placas, sus escarapelas, las chaquetas y el armamento.
Detenidos
“Nos dijeron ‘quietos, quietos’ y el Coronel estaba parado allí y lo escuchamos decir váyanse por el resto (refiriéndose al lugar donde estaba la camioneta)”.
Luego llegó el teniente del Gaula, quien fue el encargado de leerle los derechos y el delito por el que eran detenidos (receptación).
Del lugar de los hechos, los nueve capturados fueron trasladados hasta las instalaciones en una buseta manejada por el coronel Fernando Murillo. Hasta el Gaula había llegado el exconcejal para aclarar la situación, pero no dio resultado.
Allí tuvieron que esperar horas y horas esposados hasta que el coronel Murillo se dirigió a ellos, según el afectado así: “Muchachos con la pena del alma les pedimos disculpas, una segunda fuente vino y nos dijo otras cosas... yo que les puedo decir... que me disculpen”.
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