EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
En Colombia se está "incubando un nuevo conflicto" armado pese a la reducción general de los indicadores de violencia, ese es el SOS lanzado ayer por la Fundación paz y Reconciliación.
En la presentación del informe La seguridad en Colombia a un año del Gobierno de Iván Duque, el director de la Fundación, León Valencia, alertó de la necesidad de detener a los grupos armados que hay en el país golpeándolos "discriminadamente y de manera inteligente".
Además, propuso que también se les plantee la posibilidad de abrir "caminos de sometimiento a la justicia" o de una salida negociada a su violencia.
Según explicó, en este momento "hay unos leños prendidos" en Colombia a los que considera que Duque, que cumplió un año de gobierno el pasado 7 de agosto, "le está echando gasolina" en lugar de agua, puesto que "no los está tratando para minimizarlos".
El primero de esos focos lo constituyen las disidencias de las Farc, tanto "la política como la armada".
La primera la conformaron los exguerrilleros que no se acogieron al proceso de paz mientras que la segunda la lideran antiguos líderes como Iván Márquez o Jesús Santrich que se encuentran actualmente en paradero desconocido y que han dejado de lado el proceso de paz.
"Si se juntan esas dos (disidencias) el incendio crece porque les dan un fundamento político a una gente que está en el narcotráfico y la delincuencia común", destacó Valencia después de advertir que si esa alianza se fragua podría renacer una nueva guerrilla el próximo año.
El segundo foco lo constituye la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln). Las negociaciones de paz con ese grupo están oficialmente suspendidas aunque se consideran rotas desde que en enero mataron en Bogotá a 22 cadetes de Policía en un atentado contra la Escuela Francisco de Paula Santander.
En opinión de Valencia, los diálogos se rompieron sin que el Gobierno tuviera "un plan B real par confrontar al Eln" y desde entonces "no le han hecho nada" a esa guerrilla, de la que él mismo formó parte hace tres décadas.
Además, "se está expandiendo y está obteniendo más dinero" mientras cuenta con un "apoyo importante de los sectores de las fuerzas militares en el otro lado de la frontera de Venezuela", por lo que pueden cruzar la línea limítrofe con toda facilidad.
A esos dos grupos se suma el Clan Del Golfo, principal banda heredera del paramilitarismo, que durante el Gobierno de Juan Manuel Santos intentó un proceso de negociación para someterse a la justicia y que se hace llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
En ese momento, dentro del grupo había "una confrontación interna enorme" pero ahora "se ha recompuesto el Clan del Golfo" y "se cortó toda posibilidad de sometimiento a la justicia", añadió.
"Esta fuerza ha logrado recomponer su conducción, su retaguardia en Urabá y Córdoba y está expendiéndose por muchos sitios mediante la fórmula de 'outsorcing' que es pactar con otros grupos locales", aseguró Valencia.
Además, han conformado alianzas que suponen "un factor perturbador" con los carteles mexicanos, lo que constituye "un cóctel explosivo enorme".
Finalmente, Valencia subrayó que existe en este momento otro "leño ardiendo" que es Venezuela y "la tensión tan enorme" con su Gobierno.
Crecen las disidencias de las Farc
El subdirector de la Fundación, Ariel Ávila, explicó que en este momento de los 281 municipios priorizados para el posconflicto 123 "tienen un componente criminal". En ellos, lo que más les preocupa es la expansión de los grupos nacidos como disidencias de las Farc que cuentan con unos 1.800 exguerrilleros de nuevo en armas y que se encontraban en un proceso de "bandolerización".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015