Restablecer relaciones, ¿asunto de conveniencia?

Nelson Alfredo Hernández
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ

Este lunes, se reúnen el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Colombia, Juan Manuel Santos, para discutir temas de la agenda binacional y normalizar las relaciones, luego de las diferencias que se han presentado en los últimos meses.

El encuentro, que se llevará a cabo en Puerto Ayacucho, tiene por objeto central limar asperezas, luego de las rencillas entre los dos gobernantes tras la visita del político venezolano de oposición Henrique Capriles al Palacio de Nariño.

Según analistas, la reunión traerá beneficios a Colombia tanto en términos políticos como económicos. También evitará el riesgo de que se rompan las conversaciones que se llevan a cabo con las Farc en La Habana (Cuba), ya que Venezuela es uno de los países garantes de ese proceso.

Conveniencia polítca

Según el exembajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos, Julio Londoño, dado que “Colombia y Venezuela, tienen una frontera abierta, viva y dinámica”, sus gobernantes tienen que estarse reuniendo de manera frecuente, para mantener las relaciones estables”.

Para Londoño, estas reuniones cobran aún más importancia cuando “a lo largo de esa relación se presentan desacuerdos o diferencias entre las dos partes”.

Para el investigador y analista internacional de la Universidad de la Sabana Fernando Cvitanic “la trascendencia para Colombia de este encuentro se da, sobre todo, por la vinculación de Venezuela en el proceso de paz en Cuba”. Agregó que esto hace que el presidente Santos, “por razones de Estado y realismo político debe mantener las relaciones con Venezuela, así haya muchas diferencias ideológicas entre los dos gobiernos”.

Conveniencia económica

A nivel comercial y económico las posiciones sobre la conveniencia de restablecer estas relaciones son encontradas. El director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, explicó que, desde la crisis con Venezuela del 2008, el comercio binacional se ha visto seriamente perjudicado: “Antes de la crisis llegamos a exportar a Venezuela casi 6 mil millones de dólares en un año, mientras que después de ésta, esa cifra se redujo a menos de 2 mil millones”.

Explicó que en ese entonces varias empresas colombianas fueron expulsadas de Venezuela, por lo que el Gobierno de ese país comenzó a deber dinero a los empresarios colombianos, deuda que, recordó Villar, no se ha terminado de pagar. Por eso enfatizó en que “es muy importante la voluntad de los dos presidentes de restablecer el comercio, para que los pagos pendientes se hagan de forma oportuna”.

El presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie, tampoco ve muy fácil el restablecimiento de las relaciones comerciales con Venezuela, por las dinámicas de comercio que pretende tener ese país con Colombia.

“Venezuela quiere tener un comercio administrado, es decir que el Gobierno se puede meter ahí cuando quiera, y eso no es bueno para el mercado”, aseguró. Para él, “las relaciones comerciales entre los países tienen que darse por la misma dinámica de los sectores empresariales, porque de lo contrario, cada vez que haya un problema político se afecta el comercio binacional”.

¿De qué hablarán?
El exembajador Julio Londoño dijo que uno de los temas que seguramente no faltará será el de la entrevista que tuvo el presidente Santos con el jefe de la oposición venezolana Henrique Capriles. Para él “la reunión debe empezar con esto que es la parte más dura, para que el resto de la conversación sea más amena”.

Para Fernando Cvitanic “el fondo de este asunto es ponerse de acuerdo en que Venezuela no intervendrá en los asuntos de Colombia y Colombia tampoco intervendrá en los de Venezuela”.

Por el lado colombiano, se sabe que el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, pidió a la canciller María Ángela Holguín que en dicha reunión se ponga sobre la mesa el caso de un indígena colombiano dedicado a la minería artesanal en ese país que habría muerto en territorio venezolano a manos de la Fuerza Pública de ese país y los constantes desplazamientos que sufre esa población fronteriza.