Rescatan primer cadáver de los 12 mineros en Amagá

Efe | LA PATRIA | Bogotá

El primer cadáver de los 12 trabajadores que quedaron sepultados tras la inundación de una mina en Amagá (Antioquia) fue rescatado en la madrugada de ayer por los equipos especiales que trabajan en la zona desde hace 11 días, informaron medios locales.

El cuerpo fue trasladado a Medellín para proceder a los exámenes de identificación del fallecido.

Mientras, los trabajos de rescate para localizar el resto de cuerpos continúan en un socavón de la mina La Cancha, en el municipio de Amagá, donde tuvo lugar la tragedia el pasado 30 de octubre.

Según el director de gestión ambiental de esa localidad, Carlos Mario Usme, el cadáver fue encontrado a 750 metros de profundidad, muy cerca de donde explotó la bomba de agua que inundó la mina.

Acceso difícil

Fuentes oficiales explicaron en las primeras horas tras el accidente que las labores de rescate podrían alargarse por el "difícil acceso" al yacimiento, si bien cifraron la espera en "entre tres y cinco días".

En estos trabajos de recate colaboran conjuntamente la Policía, la Defensa Civil, los Bomberos y funcionarios de la Alcaldía, dijo el alcalde de Amagá, Juan Carlos Amaya, quien agregó que la mina cuenta con los títulos legales de explotación y ofrece aseguramiento a quienes trabajan en ella.

Para acceder al yacimiento, los equipos de rescate deben bombear primero los gases que quedan dentro de la mina, a la que sigue una segunda etapa para extraer el agua estancada.

Esperanza
Mientras avanzaban los trabajos en la mina, a cien metros de esta, después del mediodía empezaron a llegar las familias de la zona a recibir los mercados que llegaron la Oficina de Gestión de Riesgo Nacional. Pese a esto las familias siguen sumidas en la angustia.

Alexandra Muriel Puerta, esposa de Róbinson Arley Mejía Molina, minero de 28 años y atrapado en la mina, aún alberga una leve esperanza.

Narra que él es minero desde los 14 años y que se dedicó a este oficio, sabiendo los riesgos, porque del café en Amagá es imposible vivir.

Tienen dos hijas, una de 12 y una de 6. Esta última, añade, aún lo espera llegar con vida.

Alexandra y otras esposas, padres, hermanos o hijos, se agrupan en corrillos a hablar de la tragedia. Admiten que los organismos de socorro han hecho esfuerzos por salir rápido de este operativo, reconocen que es complejo. "Viene la etapa más dura para nosotras, que Dios nos dé fortaleza".