Jhon Jairo Jácome
LA OPINIÓN|COLPRENSA|LA PATRIA
Una confesión que llamó la atención ayer, en medio del juicio a seis exjefes paramilitares del Bloque Catatumbo, fue la hecha por Salvatore Mancuso, alias el Mono: “una vez enviamos un escuadrón nuestro a robarse unos helicópteros a una isla”.
Según el Mono, tenían un intermediario que alquilaba las naves con una persona residente en Panamá.
En una ocasión, le dieron al intermediario 250 mil dólares para que trajera un helicóptero.
Sin embargo, cuando llegó al sitio donde lo tenía que recoger, ubicado en una isla del Pacífico que no especificó, se dio cuenta que en el lugar estaban de fiesta y había más aeronaves disponibles.
“Esta persona nos llamó y nos contó lo que estaba pasando. Por eso decidimos enviar un grupo especial de hombres para que se trajera los helicópteros que hubieran en la isla”, contó.
En la diligencia, llevada a cabo ante la magistrada Alexandra Valencia Molina, del Tribunal Superior de Bogotá, Mancuso también confesó, en vivo y en directo desde Estados Unidos que “los pilotos que colaboraron con las Auc eran de la Fuerza Aérea o de la Policía Nacional”.
Para poder surcar el espacio aéreo colombiano con ese tipo de aeronaves debían pagar una nómina mensual de $400 millones que involucraba también a los operadores de las torres de control.
“Nosotros no teníamos hangares, nos tocaba tener los helicópteros en el monte y cubrirlos con ramas. Por eso es que nos salía tan costoso el mantenimiento”, precisó el desmovilizado que hace parte del proceso de Justicia y Paz.
Ante la magistrada Valencia, Mancuso repitió que hasta que no le sean brindadas las garantías de seguridad a su familia, no confesará parte de los secretos que aún tiene sobre el accionar ‘para’ en Colombia y las relaciones que esta organización tuvo con personajes reconocidos de la vida pública.
“Señoría, le digo con el corazón en la mano, que hay muchos hechos que no he confesado porque tengo miedo, entre otras cosas, de que le hagan daño a mi familia”, precisó.
El exjefe ‘para’ extraditado indicó que su envío a los Estados Unidos se dio porque mientras adelantaba la investigación para sacar adelante su proceso en Justicia y Paz, descubrió muchas cosas que tocaban los intereses de personas muy importantes.
“Por esta razón fue que el Gobierno decidió extraditarnos”, finalizó diciendo.
Jorge Iván Laverde Zapata, alias El Iguano, quien fue comandante del Frente Fronteras del Bloque Catatumbo, lloró ayer durante su intervención, al recordar que mientras participaba del proceso de negociación con el Gobierno en Santa Fe de Ralito no pudo viajar al sepelio de su pequeña hija de 9 meses.
Según contó Laverde, el entonces comisionado de paz y hoy prófugo de la justicia, Luis Carlos Restrepo, le prohibió la salida de ese corregimiento de Córdoba.
Durante el juicio, en el que también participan José Bernardo Lozada Artuz, alias Mauro; Jimmy Viloria Velásquez, alias Jairo Sicario; Isaías Montes Hernández, alias Mauricio o Júnior, y Juan Ramón de las Aguas Ospino, alias Chaca, el Iguano contó detalles de cómo se movían sus hombres por el Catatumbo sin ser perseguidos por la fuerza pública.
“James Betancourt, un teniente retirado del Ejército que tenía sus contactos dentro de esa institución, era el encargado de avisarles a las tropas que nosotros íbamos a pasar por un determinado lugar para que las movieran”, contó.
El Iguano volvió a señalar al sargento primero del Ejército José Celis Castro de ser un máximo colaborador, al punto de pagarle $30 millones mensuales por la información que este le suministraba a las Auc.
“Él nos decía en qué puntos iban a atacar los aviones de la Fuerza Aérea para nosotros mover nuestras tropas”, sostuvo Laverde.
Otro episodio en el que habría participado el sargento primero Castro involucró a Raúl Reyes, líder de las Farc dado de baja en la frontera con Ecuador, en marzo del 2008.
“En el 2003, Castro nos dijo que Raúl Reyes se encontraba en Rubio (Venezuela) y quería saber si nosotros podíamos enviar un grupo especial de nuestros hombres para asesinarlo”, reveló Laverde.
José Bernardo Lozada Artuz, alias Mauro, quien fue comandante del Frente Tibú del Bloque Catatumbo, relató cómo logró que las aeronaves encargadas de las fumigaciones de los cultivos ilícitos en el Catatumbo reemplazaran el glifosato por agua.
‘Mauro’ dijo que esta negociación se hacía con los altos mandos desde Bogotá y los encargados de llevar a cabo esta tarea en la zona cumplían las órdenes que les daban. “Nos echaban agua en vez de glifosato”, sostuvo el desmovilizado.
El fiscal delegado ante la Unidad Nacional de Justicia y Paz Édgar Carvajal Paipa manifestó ayer al inicio de la diligencia que temía por su vida y pidió que le refuercen las medidas de seguridad mientras permanece en Bogotá al frente del juicio que se les sigue a los seis excomandantes del Bloque Catatumbo.
“He sido objeto de seguimientos que me tienen muy preocupado y solicito que por favor se estudie mi situación para que sean tomadas las medidas de seguridad que se requieran”, precisó el fiscal Carvajal.
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