COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
El fiscal General, Eduardo Montelagre, señaló ayer que se ordenó la libertad a Sigifredo López porque los testimonios con base en los cuales se decretó esa medida de aseguramiento no tuvieron sustento probatorio alguno.
Montealegre recordó que “el 20 de julio del presente año, la Fiscalía General de la Nación dictó una medida de aseguramiento domiciliaria en contra del exdiputado Sigifredo López. Esa medida de aseguramiento se fundamentó básicamente en la prueba de cuatro testigos: tres presuntos exguerrilleros de las Farc y del Eln, y un testigo presencial de los hechos ocurridos en la asamblea del Valle del Cauca”.
Testimonios que, según Montealegre, no tienen la suficiente fuerza para mantener al exdiputado privado de su libertad por, presuntamente, haber participado en el secuestro de sus compañeros de la asamblea del Valle en el 2002.
El jefe del ente investigador fue enfático en decir que la “Fiscalía General de la Nación practicó innumerables pruebas. Verificamos absolutamente todas las declaraciones de la prueba de cargo y con base en la prueba sobreviniente, prueba con posterioridad a la medida de aseguramiento, la Fiscalía ha decidido decretar la libertad inmediata del exdiputado Sigifredo López”.
El fiscal General señaló, además, que los testigos serán investigados para ver si incurrieron en la conducta de falso testimonio.
"Debemos esperar la evaluación posterior que haga el fiscal del caso y que él determine qué otro tipo de pruebas se deben practicar", continuó el Montealegre.
Sigifredo López fue capturado el 16 de mayo pasado en Cali basándose en cuatro testimonios obtenidos dentro de la investigación de su secuestro y el de otros 11 diputados de la Asamblea del Valle del Cauca.
López y sus colegas fueron hechos cautivos el 11 de abril de 2002 por rebeldes que simularon ser militares que iban a realizar una operación antiterrorista en el edificio del legislativo regional, acción en la que mataron a un policía.
Las Farc los incluyeron en un grupo de políticos, extranjeros, policías y militares que pretendían canjear por medio millar de rebeldes presos en el país y Estados Unidos.
Cinco años más tarde, en junio de 2007, los guerrilleros dieron muerte a 11 de ellos, en medio de un incidente con otros insurgentes que los captores confundieron con militares de una supuesta operación de rescate.
López, como único sobreviviente, explicó tras su liberación unilateral en febrero de 2009 que se salvó de morir por haber estado entonces en otro campamento, castigado.
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