COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Bogotá vio ayer la mejor versión de Enrique Ponce en largos años de comparecencia del valenciano al ruedo bogotano. Esa fue la conclusión de los aficionados entrada la noche, en un festejo que comenzó arriba y terminó entre matices.
Y es que en la apertura del festejo se forjó buena parte del éxito. Ponce encontró en ese ejemplar de Ernesto Gutiérrez Arango todas las virtudes de bondad y duración que le permitieron labrar una obra inolvidable.
Las series de muleta supieron a gloria en los tendidos. Y abundaron además los detalles en los cambios de mano y en los remates hechos de finura. Las dos orejas parecieron poco premio. Mejor fue la ovación del ¡Torero! ¡Torero! que cayó de los tendidos.
En el cuarto, un animal muy diferente, apareció la sapiencia de Ponce para administrar lo poco que tenía en frente.
El otro triunfador fue el colombiano Ramsés, quién cortó dos orejas. Una en cada turno. Con ese dividendo, el bogotano se fue por la puerta grande, tras dos expresiones. Una, la del tercero de la corrida en el que antepuso la suavidad a cualquier otro principio. Otra, la de la firmeza ante el encastado sexto.
Sebastián Castella se fue con una oreja como trofeo, esa que coleccionó en el segundo, un toro que se rajó. En el quinto no hubo materia prima.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015