EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
"Estamos inmensamente contentos, le dimos un fuerte abrazo después de 41 días de incertidumbre. Hace 15 minutos que lo pude volver a tener en mis brazos y así empezar a recuperarnos de esta amargura", expresó a las 9:32 de la noche Jesús María Gómez, padre de Yemilson, uno de los seis liberados ayer a las 2:30 de la tarde por el Ejercito de Liberación Nacional (Eln).
"Él manifiesta que se siente bien, auque apenas hemos cruzado un par de palabras. Hay que esperar que los médicos lo examinen", agregó Jesús María, quien contó que su esposa, María Yanet Correa, pudo volver a consentir al niño de la casa, aunque tiene 22 años, es el menor de los cuatro herederos de la familia Gómez Correa que reside en el barrio Los Mangos, de Chinchiná.
Los padres de Yemilson viajaron ayer a Bogotá a reencontrase con su hijo, quien obtuvo su grado como patrullero en abril tras aprobar el curso en la Escuela de Carabineros, Alejandro Gutiérrez, de Manizales. Salieron de Chinchiná rumbo al aeropuerto Matecaña de Pereira donde abordaron una avioneta de la Policía Nacional que los transportó hasta Bogotá donde por fin se reencontraron con él.
La liberación de los seis secuestrados encendió ayer una luz de esperanza para que se retomen los diálogos de paz del Gobierno y esa guerrilla, si bien el presidente, Iván Duque, reiteró que solo se reanudarán cuando estén en libertad "todos" los cautivos.
El Eln dejó en libertad ayer a tres policías, dos civiles y un militar que había secuestrado en el Chocó el pasado 3 de agosto.
Las seis personas que fueron devueltas a la libertad, prometida hace días por el mando de esa guerrilla, son los policías Wilber Rentería, Luis Carlos Torres Montoya y Yemilson, así como el soldado profesional Jesús Alberto Ramírez Silva, que padece una enfermedad tropical, y dos civiles cuyas identidades no fueron facilitadas por las autoridades.
La guerrilla entregó los secuestrados a una comisión humanitaria conformada por miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Defensoría del Pueblo, el Episcopado de Colombia e integrantes de la sociedad civil.
El defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, detalló a periodistas que la misión se inició hace "seis días" y que las personas fueron entregadas en una zona rural del municipio del Medio Atrato, en el Chocó, donde además del Eln operan bandas criminales dedicadas al narcotráfico y la minería ilegal.
"Nos los entregaron a las 2:30 de la tarde, se hicieron todos los protocolos con el CICR y al determinar que están en buen estado, los recibimos nosotros, y los entregamos al Ejército y a la Policía Nacional", añadió Negret.
El presidente Duque celebró la liberación y dijo que están "retornando a sus hogares después de haber padecido la tragedia oprobiosa del secuestro".
Al mismo tiempo, subrayó la advertencia hecha al Eln desde que asumió la Presidencia, de que si "hay genuina voluntad de paz" de parte de esa guerrilla debe liberar a "todos los secuestrados", que según estimaciones de las autoridades son todavía una decena.
"Sobre los que siguen hoy privados de su libertad, que ese grupo informe con precisión el estado de esas personas e indique cuándo regresarán a sus casas", manifestó el mandatario.
El 5 de septiembre el Eln dejó libres a otros tres militares que había secuestrado el 8 de agosto en Arauca, fronterizo con Venezuela, entre ellos el soldado riosuceño Eduardo Caro Bañol.
Duque ha insistido en que el Eln, que en febrero del año pasado inició un diálogo de paz con el anterior Gobierno, debe renunciar al secuestro como forma de presión al Estado y a la sociedad si quiere continuar con las negociaciones.
Los negociadores de paz cerraron en La Habana el sexto ciclo de diálogos el 1 de agosto, seis días antes de la investidura de Duque, quien en su primer discurso como jefe de Estado afirmó que evaluaría durante treinta días la continuidad de las conversaciones.
Al cumplirse ese plazo, el 7 de septiembre, el mandatario fue taxativo en que no es posible sentarse a la mesa con el Eln para hablar de paz mientras esa guerrilla siga secuestrando.
Es por ello que el presidente, que ayer instaló un encuentro de juristas en Pasto, invitó a esa guerrilla a suspender "todas las actividades criminales".
"Si no empezamos por ahí, lo que terminamos es validando la violencia como un medio de acceso a la negociación con el Estado. Ese ha sido un error histórico que se ha cometido en Colombia, pero no estoy aquí para reprocharlo", aseveró.
Agregó que una vez que el Eln cumpla con esas condiciones "habrá interlocución" desde el Gobierno.
Por ahora el presidente parece estar ganando el pulso al Eln, que dejó libres en una semana a nueve secuestrados, pero falta ver si ese grupo atenderá el llamado del mandatario a liberar al resto de cautivos y renunciar definitivamente a ese delito para encauzar definitivamente el diálogo de paz.
La familia Caro Bañol disfruta desde el lunes de la felicidad de estar de nuevo unida. Sus integrantes viajaron el viernes a Bogotá para reencontrarse con su hijo Eduardo, el soldado que estuvo secuestrado por el Eln.
El domingo en la noche retornaron a Manizales, todos juntos, y el lunes el Batallón Ayacucho los transportó hasta su natal Riosucio. Allí le hicieron el asado de bienvenida que le tenían preparado. El teniente coronel Edwin Vargas Cerón, comandante del Ayacucho, explicó que lo vio muy bien. Anotó que la familia quería mucha privacidad y que el soldado disfrutará de unos días de vacaciones.
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