EFE | LA PATRIA | VENTAQUEMADA
La carretera que une a Bogotá y Tunja, en Boyacá, se convirtió en la plaza de mercado a la que cultivadores de papa han tenido que llevar sus productos para no perder la cosecha por la crisis económica y los bajos precios que les ofrecen los intermediarios.
En la localidad de Ventaquemada, la puerta de entrada de Boyacá, los campesinos están saliendo desde la madrugada a la autopista con bultos de papa porque, según dice el cultivador Jorge Heredia, están "en una situación dura, la papita no está dando lo que se invierte".
Usualmente, explica Heredia, el bulto cuesta $60.000, pero hoy lo están vendiendo a $15.000, algo que no es rentable porque ni siquiera les da para pagarle a los trabajadores de las fincas.
"Ese precio no da ni para el obrero, porque el obrero saca por contrato y la sacada vale $8.000", afirma Heredia.
Las causas de la situación
Según la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa), la crisis que vive el sector obedece a los bajos precios del tubérculo, impulsada por una reducción en el consumo por la pandemia de la covid-19, y a las importaciones del producto de Alemania, Bélgica y Holanda.
Ante esta situación el gremio pidió al Gobierno del presidente, Iván Duque, que incentive las "compras directas al productor a través del sistema de compras públicas", así como que respalde "las campañas de consumo a nivel nacional, promocionando el consumo de papa 100 % colombiana".
Igualmente solicitó al Ejecutivo que apoye directamente a los cultivadores y que les dé garantías ante los "fuertes cambios climáticos que se han presentado durante el año".
Petición de apoyo
Los campesinos de Ventaquemada lamentan que a pesar de las medidas y de las decisiones adoptadas por el Gobierno, ellos todavía no se vean beneficiados de ninguna forma por ellas y su situación, por el contrario, empeore con el paso de los días.
"Deberían apoyarnos en esta situación que estamos ahorita. Van a dar un subsidio y toca llevar facturas, y como aquí la vendemos al negociante que llegue y no nos hacen facturas ni nada de eso, entonces estamos graves para que nos ayuden", afirma el agricultor Juan Quintero, quien vive en la vereda El Carmen, en Ventaquemada.
Según cuenta, los agricultores viven una situación de incertidumbre porque la crisis los está afectando desde hace varios meses y "no vale ni la pena para pagar obreros".
Para Teófilo Moreno Torres, otro campesino de la zona, "no ha habido estabilidad en ninguna época del año" y criticó al Ejecutivo porque en cuatro meses cuando habrá una nueva cosecha en el país estarán llegando las importaciones que hizo el Gobierno.
"Son caras las inversiones y aquí la papa sale de buena calidad, pero toca ponerle un precio para sacar las inversiones, transportes, todo lo de inversiones, el arreglo, el cultivo, la mano de obra del cultivo. El siembre de la papa se ha convertido en el costo más verraco que tiene", añade.
Respuesta del Gobierno
El Ministerio de Agricultura dijo el 20 de octubre que destinaría $30.000 millones al Programa de Apoyo a la Comercialización de Papa en Fresco, que consiste en pagar una compensación económica directa a los pequeños productores del tubérculo, algo que Fedepapa consideró entonces como insuficiente.
"El incentivo a la comercialización de papa va ha llegar a más de 25.000 productores. Además, va a ayudar a comercializar alrededor de 200.000 toneladas que se van a producir entre noviembre y diciembre", dijo el ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, la semana pasada.
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