LAURA BARROS
EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
La cooperación de EE.UU. será vital para desvelar los nexos internacionales de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, el narcotraficante más buscado de Colombia y hasta ahora líder del Clan del Golfo, dijo ayer el ministro de Defensa, Diego Molano.
Molano destacó el trabajo con EE.UU. para la captura de Otoniel, quien, aseguró, desarrollaba un negocio transnacional cuyas dimensiones superaban al que encabezó en su momento el fallecido líder del cartel de Medellín, Pablo Escobar.
El ministro comenzó ayer en Washington una visita que lo llevará a Nueva York y que cerrará el viernes con su participación en Doral (Florida) en la ceremonia de cambio de mando del Comando Sur de EE.UU., que liderará la teniente general Laura J. Richardson.
Los expertos advierten de un posible aumento de la violencia en las zonas de influencia del Clan del Golfo y de pugnas para liderar esta organización.
Capturar a Otoniel era un objetivo, porque así inicia el fin del Clan del Golfo (...) Hoy quedarán reductos. A esos reductos se les ha enviado una señal clara de que se someten o serán capturados, pero también está todo el dispositivo de nuestra fuerza pública, sigue operando y con presencia en la costa Caribe. Desafortunadamente, ellos pueden tratar de cometer actos de retaliación contra nuestros soldados y policías, para lo cual estamos actuando, y estamos preparados con un despliegue que se mantiene a la ofensiva en las regiones.
¿EE.UU. apoyó en esta operación?
Definitivamente. La cooperación y la articulación con las agencias estadounidenses en información y cooperación son vitales en la lucha contra el narcotráfico. Este alias Otoniel tenía relaciones con los carteles mexicanos, desarrollaba un negocio transnacional de dimensiones impresionantes, incluso, mayores que las que hubiera podido tener el mismo Pablo Escobar. De 500 toneladas de cocaína que incautamos el año pasado, casi el 30% de esa cocaína era manejada por el Clan del Golfo.
Sus tentáculos tenían operaciones financieras nacionales e internacionales, corrupción de administraciones locales y, por lo tanto, lo que corresponde es seguir con esa cooperación, porque además esa información será vital para encontrar los nexos que tenía a nivel internacional y también a nivel nacional con administraciones y otras empresas del sector privado.
¿Qué supone la nueva estrategia antidrogas después del Plan Colombia y el Plan Paz Colombia?
Esta nueva aproximación de trabajo conjunto implica la reducción del consumo, con una responsabilidad que se ve aquí en EE.UU., una reducción de la oferta que tenemos que asumir nosotros como países productores, pero también una protección del medioambiente, porque hoy tenemos en el caso colombiano más de 200.000 hectáreas de selva colombiana desforestada, principalmente por el narcotráfico.
Este nuevo énfasis permitirá tener una visión más global, donde no solo exista erradicación, sino sustitución de cultivos ilícitos, desarrollo alternativo, protección del medioambiente y también que avancemos en una fase fundamental, que en esos municipios donde se recupere la legalidad también entre la institucionalidad.
¿Esta estrategia podría incluir la aspersión de cultivos de coca con glifosato?
Hubo una sentencia judicial que obligó a cambiar la aspersión para cumplir con mayores estándares ambientales y de salud; y esto se ha hecho. Es una aspersión de precisión que tiene consideraciones ambientales en toda su operación con mayores controles tecnológicos para que no haya aspersión en sitios donde hay fuentes de agua; para que el grosor de la aspersión tenga mayor peso, caiga directamente sobre la hoja... Está todo controlado a través de imágenes satelitales, no hay discrecionalidad del piloto. Y en esto ha apoyado mucho ese nuevo rediseño. Hay algunas decisiones judiciales que aún tienen parada la aspersión, pero es una posibilidad que seguiremos trabajando.
Retalaciones del Clan del Golfo
Cuatro militares murieron ayer en dos ataques en Antioquia atribuidos al Clan del Golfo, sus primeras acciones armadas de retaliación desde que el sábado fuera capturado su líder, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel.
El primer ataque se produjo en la vereda Caracolí, en Turbo, en el golfo del Urabá, cuando supuestos miembros de esta banda criminal atacaron con explosivos y fusil una patrulla que realizaba labores de vigilancia. El segundo fue en la vereda La Francia de Ituango donde fue hostigada una unidad militar por integrantes del mismo grupo armado organizado, hiriendo a un uniformado que más tarde falleció en un hospital de Monteria.
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