Masacre en Antioquia, ¿resurgimiento paramilitar?

COLPRENSA | LA PATRIA

Son diversos los motivos que dan los expertos a la hora de explicar qué pudo haber motivado la masacre de 10 campesinos en Santa Rosa de Osos, norte de Antioquia, el martes pasado.

El resurgimiento de los grupos paramilitares y la conformación de nuevas bandas criminales dedicadas a la extorsión son dos las hipótesis que no descartan analistas del conflicto.

El politólogo León Valencia indica que la masacre tiene las mismas características que identificaron el accionar de los grupos paramilitares entre 1995 y 2005, cuando comenzó su desmovilización: ocurrió en zona que se disputan las bandas dedicadas al narcotráfico, es una zona de explotación minera y sobre todo “imperó el terror”.

“Esto es un reto muy grande para el Gobierno, pues pareciera que muchos desmovilizados pretenden rearmarse aprovechando la experiencia militar que tienen”, asegura el experto.

Valencia recuerda que muchos de los Urabeños formaron parte de los paramilitares dirigidos por Carlos Castaño, mientras que los Rastrojos lo hicieron con los grupos paramilitares del Valle del Cauca y el Pacífico.

“Estas nuevas bandas criminales son grupos que lo que hicieron fue cambiarse de nombre, pero le están dando continuidad a ese tipo de violencia cruel y de terror que sembraron los paramilitares en sus zonas de dominio para atemorizar a la población y cumplir su voluntad”, sostiene el director de la Corporación Nuevo Arco Iris.

Paracos no, extorsionistas sí

Otro experto en el tema, el catedrático Jorge Giraldo Ramírez, de la Universidad Eafit, considera que esta masacre no es una muestra del resurgimiento del paramilitarismo, pero sí de que en sus antiguas zonas de dominio están surgiendo nuevas bandas dedicadas a la extorsión.

Giraldo coincide con Valencia en que se trata de zonas de producción de coca donde la extorsión se da a todo nivel, debido a la explotación minera y la producción agropecuaria.

“En el caso de Santa Rosa de Osos no se trata de organizaciones grandes sino de organizaciones criminales más pequeñas, de 20 o 30 hombres, dedicadas básicamente a la extorsión de ganaderos”, explica el profesor.

En su opinión, estas organizaciones no cumplen la principal característica del paramilitarismo: la lucha contra la subversión, por ello insiste que no se trata del resurgimiento paramilitar.

En lo que sí están de acuerdo ambos analistas es en que muchos reinsertados se han visto atraídos por estas organizaciones armadas ilegales, a las que les han "vendido" su experiencia militar.

Incluso, dicen que no es raro encontrar en esos grupos ilegales a exmiembros de la Fuerza Pública.

Capturan al nuevo jefe de los Rastrojos

El director de la Policía, general, José Roberto León Riaño, entregó ayer los detalles sobre la captura de José Leonardo Hortúa, alias Mascota, señalado de ser el nuevo jefe máximo de la banda criminal los Rastrojos, tras la captura de alias Diego Rastrojo, su antiguo líder.

Durante el operativo que se llevó a cabo en La Virginia (Risaralda) también cayeron Nelson Mauricio Taborda, alias Picante, y Edison Solarte, alias Chinga, principales lugartenientes de Mascota.

La Policía incautó 20 equipos de comunicación, 11 vehículos, más de 5 millones de pesos en efectivo y varias armas de fuego.

Contra alias ‘Mascota’, pesa una orden de captura por parte de la Fiscalía General de la Nación para que responda por los delitos de secuestro extorsivo, tráfico de armas, desaparición forzada, narcotráfico y utilización ilegal de uniformes de uso privativo de las Fuerzas Militares.

Cinco muertos en ataque

El comandante de la Policía Antioquia, coronel José Acevedo, confirmó ayer que cinco personas murieron en un hecho ocurrido en el municipio de San Jerónimo. De acuerdo con Acevedo, cuatro hombres asesinaron a un campesino en la vereda Alto Colorado, tras lo cual la comunidad reaccionó de manera violenta y mató a golpes a los agresores. El gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, escribió en su cuenta de Twitter: “Otro acto bárbaro en Antioquia. Vereda Alto Colorado en San Jerónimo. Cinco muertos. Información: un asesinato y la comunidad los vengó. Horror”. El hecho se produce cuatro días después de que el Municipio de Santa Rosa de Osos fuera estremecido por la masacre de 10 labriegos.