COLPRENSA | LA PATRIA
La zona de excavación de La Escombrera, en la comuna 13, donde se buscarán los cuerpos de un número incierto de desaparecidos, que pueden ser 44, 80, 90 o más de 100, pues nadie tiene cifras exactas, fue ampliada y ahora no serán 24.000 metros cúbicos de tierra los que se van a remover sino una cantidad mayor.
Así se los confirmó ayer a las madres y viudas de las víctimas el antropólogo forense del CTI de la Fiscalía, John Fredy Ramírez, en un recorrido que hizo con ellas por el Polígono Uno, donde se cumplirá la primera etapa de búsqueda de los desaparecidos del conflicto urbano vivido en esta zona de Medellín a finales del siglo pasado e inicios del XXI y que tardará cinco meses, aunque el tiempo podría ser más corto, según los nuevos cálculos de las autoridades.
Ramírez precisó que las excavaciones se iniciarán en la nueva zona, con cortes en forma de terraza y con talud, lo que permitirá que cuando se llegue al sitio donde se tenía previsto el inicio ya se esté a 15 metros de profundidad, donde se supone que ya es tierra firme, sin escombros.
Dirigiéndose a las víctimas, les explicó que en la zona habrá una máquina llamada Zaranda Clasificadora, a la que será llevado todo el material extraído para que sea examinado y en caso de que no se halle nada referente a restos óseos, llevado a otro terreno donde las madres podrán ir a verificar que en realidad “es tierra sin evidencias”. Una vez ellas lo verifiquen, la tierra será depositada en otro lugar de manera ya definitiva.
Si se hallan evidencias, es decir, posibles piezas óseas, esta tierra será clasificada y reportada primero que todo a las víctimas. Hará parte de la cadena de custodia.
“La máquina retroexcavadora va arañar el terreno con las uñas, no a fondo, por lo que no hay que temer que pueda hacer daños”, como destruir una posible pieza de algún cuerpo humano, les aseguró John Fredy a las madres.
Aseveró que el personal que va a transportar en carretas el material excavado es experto en diferenciar una pieza ósea de una piedra u otro material y cada cosa que vean la reportarán al personal forense. Cada paso, aclaró, está calculado. Por eso, el no inicio ayer de las excavaciones no fue tomado como retraso sino como parte de la excavación.
Otos detalles del terreno
Precisamente, sobre el aplazamiento de la primera excavación para el miércoles, a las 9:00 a.m., el consejero para la Reconciliación y la Paz de la Alcaldía, Jorge Mejía Martínez, añadió que detalles de última hora impidieron el inició de la excavación.
“La maquinaria está lista, el personal también, pero hay que ajustar la iluminación a las 24 horas para garantizar la seguridad y la cadena de custodia. También se trabaja en la topografía con cuadrículas sobre el territorio, porque cada metro cuadrado de tierra debe estar debidamente identificado”, dijo y adelantó que tal vez no sean cinco meses sino menos los que tarde esta primera etapa de exploración.
Víctimas siguen fiermes
Pero a falta de excavaciones, ayer un grupo representativo de las familiares de las víctimas integrantes del colectivo Mujeres caminando por la verdad recibieron apoyo sicosocial de parte de la Corporación Jurídica Libertad y de la obra social del convento de la Santa Madre Laura.
Tomadas de la mano, las madres oraron y exigieron que el Estado les cumpla cada promesa: “Hoy amanecí con una alegría grande, llena de esperanza de que todas estas madres y viudas van a encontrar a sus seres queridos y hallar tranquilidad en sus corazones”, expresó Gloria Urrego, que sentada en una silla de ruedas narró su drama.
Ella no está buscando a una víctima sino pidiendo justicia, pues el 26 de julio de 2002 fue víctima de una bala perdida que la dejó sin movimiento en sus piernas y este incidente le cambió la vida.
“Yo trabajaba en casas ajenas, pero me ganaba la plata, tenía dos hijos de 4 y nueve años y a mi esposo, pero por esta causa lo perdí y mi casa se estancó”, narró Gloria.
Adriana Arboleda, de la Corporación Jurídica Libertad, que representa a las víctimas, dijo entender el aplazamiento para el miércoles como un paso más y no como retraso.
“Ellos están en ajustes, no se trata de solo ir metiendo las retroexcavadoras, son trabajos previos necesarios, pero la Fiscalía tiene voluntad y está trabajando”, expresó la abogada.
La hermana Rosa Emilia Cadavid invitó a las mujeres a no desistir. Comparó el proceso de lucha con la escalada de una montaña: “uno va subiendo y siempre ve la cumbre arriba y llega a la mitad y dice, las que quieran se regresan y las que no, sigan adelante”.
Las madres se mostraron dispuestas a seguir. Un solo cadáver que se halle les dará esperanzas de que la verdad empezará a salir desde la tierra, la enigmática tierra de La Escombrera, donde los grupos armados instalaron su botadero de cadáveres durante más de una década sin que nadie parara la barbarie.
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