
Sebastián Giraldo
LA PATRIA | Manizales
Todos los intentos de dejación de armas del Eln que han fracasado tienen tres rasgos en común: el Estado ha concentrado casi todas sus intenciones de negociación en el diálogo con otras organizaciones armadas. El secuestro ha sido un obstáculo para lograr una conciliación entre el Estado y la guerrilla. Además, las constantes acciones violentas han puesto de manifiesto la poca voluntad de los elenos para que el proceso de negociación se dé en un ambiente pacífico.
Eln al margen
En la mesa de negociación en el gobierno del presidente César Gaviria se creó la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB). Esta organización buscaba iniciar diálogos del Estado con el Eln, el M19, el Epl y el Quintín Lame. Algunos expertos coinciden en que la mayoría de esfuerzos del Gobierno se concentraron en el M19, mientras que las otras guerrillas que participaron en el proceso eran apenas reductos de la negociación. No fue posible la desmovilización de los elenos en un proceso en el que confluían varios grupos armados ilegales.
En el gobierno de Ernesto Samper es más evidente este vacío. El estado alemán, algunas multinacionales de este país y la iglesia católica hicieron todos los intentos de conciliación con los elenos. La administración de Samper se mantuvo al margen durante casi todo el proceso. Algunos medios, como el diario ABC de España, llegaron a afirmar que el gobierno Samper empezó a pronunciarse sobre un posible acuerdo de paz solo cuando vio las posibilidades de revitalizar la candidatura presidencial de Horacio Serpa, quien fue ministro del interior de esa administración.
Las conversaciones iniciadas en la última fase del gobierno de Samper se vieron interrumpidas por la elección de Andrés Pastrana como presidente de la República. Ese gobierno comenzó negociaciones en el Caguán con las Farc que terminaron por intensificar la violencia en el país. El problema de seguridad nacional fue un impedimento para que Pastrana pudiera llevar a buen término una conciliación con el Eln.
Esos intentos de tregua empezaron en el 2000 con la apertura de una zona de despeje en Antioquia y en el sur de Bolívar. Pero poco después del fracaso con las Farc, el Gobierno anunció el fin de las conversaciones con el Eln.
En el 2005 Álvaro Uribe Vélez empezó algunos acercamientos con esta guerrilla, pero el Gobierno pasaba por una fase de negociación con las AUC que desvió casi todos sus esfuerzos de conciliación.
También influyó el hecho de que la administración Uribe fue ambigua en el proceso con los elenos: Por un lado, en vez de reconocer el conflicto, la posición de la Presidencia afirmaba que había una manifestación de terrorismo en el país. Por otro lado, el Gobierno aceptó negociar y hasta reconocer políticamente al Eln, lo que hacía pensar que sí había un reconocimiento implícito del conflicto.
Secuestro

El Eln es la guerrilla que más secuestros ha cometido después de las Farc. El punto de quiebre para empezar cualquier negociación es la financiación de esta organización por medio de la privación de la libertad de personas inocentes. En la década de los 80's ya era común que secuestraran ingenieros de multinacionales extranjeras. También es conocido el secuestro de los 30 pasajeros de un avión Fokker de Avianca o las 180 personas de una iglesia en La María, Cali, durante el gobierno de Pastrana. El caso más reciente que no ha permitido el inicio de las negociaciones es el plagio del excongresista chocoano Odín Sánchez. Los elenos publicaron un comunicado en su cuenta de twiter en el que se interpreta que no liberarán a Sánchez hasta que no empiecen los diálogos formalmente.
En ese texto, la guerrilla arguye que ya se habían pactado unas condiciones con el Gobierno que el Eln ya cumplió, como la liberación de dos secuestrados (el exlcalde del municipio de Charalá, Santander, Fabio León Ardila, y el arrocero Diego José Ulloque Veleño, de Arauca).
Ataque violento
El gesto que más dejó en evidencia la poca intención de verdadera conciliación del Eln se conoce como la Masacre de Machuca. En 1998 un grupo de elenos detonaron una carga explosiva en el Oleoducto Central de Colombia que dio como consecuencia "colateral" la muerte de 84 personas del corregimiento de Machuca, municipio de Segovia (Antioquia). Entre las víctimas había menores de edad.
El caso más reciente, que recrudeció los intentos de diálogo entre el Gobierno actual y esta guerrilla, se dio el 29 de abril cuando los elenos volaron el oleoducto Caño Limón Coveñas.
Fuentes:
*Conflicto sin final, espejismo de la paz. Diálogos exploratorios en el Gobierno de Álvaro Uribe con el ELN, Óscar Mauricio Castaño Barrera.
*El proceso de paz en Colombia, Escola de cultura de pau
*Revista Semana
*Y sin embargo, se mueve, Víctor de Currea-Lugo
* La madurez del conflicto: una aproximación al caso del ELN en Colombia, Carlos Alejandro Rubiano Olivares
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