COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
La aprobación en la Corte Constitucional de la ley que le permitirá al presidente, Juan Manuel Santos, convocar a un plebiscito, en que consulte a los colombianos si aceptan o no los acuerdos logrados entre el Gobierno y las Farc, significa un paso más, y muy grande, hacia el final del conflicto armado con esa guerrilla.
Primero, por el significado político de tener definido un mecanismo de refrendación aceptado por las dos partes en la negociación, tramitado por el Congreso en sus dos cámaras y aceptado en su legalidad por la máxima corte de la organización jurisdiccional colombiana.
Segundo, porque esta decisión pone fin a una de las polémicas más intensas y sostenidas a lo largo de los tres años de negociación, pues las Farc insistieron en casi todo ese tiempo en que no estaban de acuerdo con que esa fuera la figura para que los colombianos se pronunciaran sobre lo aprobado.
Una vez se ha confirmado en la Corte Constitucional la legalidad del plebiscito para la paz, Gobierno y Farc quedan abocados a terminar en el menor tiempo posible de discutir sus temas pendientes de la agenda y de organizar sus asuntos logísticos internos, para firmar el acuerdo definitivo y poner en marcha así el tramo final del proceso: la concentración de guerrilleros, la dejación de las armas, la implementación de los acuerdos en proyectos de ley y la consulta a los colombianos en las urnas.
El plebiscito, que tiene carácter vinculante, tuvo siete votos a favor y dos en contra.
La presidenta de la Corte, María Victoria Calle, señaló que para el alto tribunal el proyecto de ley cumplió con el trámite de ley, razón por la cual lo declaró ajustado a la Carta Política.
Al detallar lo aprobado, la magistrada detalló que el título del proyecto fue avalado con la condición de que se interprete que el acuerdo final es una decisión política y la refrendación a la cual alude el proyecto de ley no implica por sí misma una incorporación de lo acordado en el articulado de la Constitución, ni del ordenamiento jurídico.
En lo relacionado a las campañas por el "sí" o el "no" en el plebiscito, la Corte incorporó una prohibición para vincular contenidos que promuevan partidos, movimientos políticos o candidaturas a cargos de elección popular.
El proyecto de plebiscito aprobado en el Congreso establece un umbral del 13% del censo electoral para lograr la aprobación, por lo que necesitaría el "sí" de 4 millones 396 mil 626 votantes para que sea válido.
Así las cosas, la próxima noticia clave será la fecha para la firma del acuerdo final y el anuncio de si ese acto protocolario será en Colombia, como la anunció el presidente, Juan Manuel Santos, el pasado 23 de junio, o en Cuba, como han manifestado las Farc que es su deseo.
En forma paralela, la mesa de negociación tiene que resolver los puntos que dejó pendientes: las llamadas salvedades, los aspectos específicos de cada capítulo de la agenda, sobre los que lo último que han dicho es que tendrían “casi todo resuelto”.
De esas salvedades, las más importantes parecen ser las que se refieren al funcionamiento de las zonas de reserva campesina y al número de las circunscripciones de paz, a través de las cuales habrá una nueva manera de acceder al Congreso de la República.
También resulta trascendental que las partes informen cómo se hará la elección de los magistrados del Tribunal de Paz, quienes pondrán en práctica el acuerdo de justicia transicional.
El lío de los tiempos
Luego de que se resuelvan esas salvedades y se firme el acuerdo definitivo, empezará una verdadera carrera contra el reloj para cumplir en muy poco tiempo con el trabajo en el Congreso y con la realización del plebiscito.
Lo que se presume al respecto es que durante el mes de agosto se dé la tan esperada firma entre Santos y Rodrigo Londoño, alias Timochenko, comandante de la Farc. Si ello pasa, de acuerdo con los tiempos fijados por la Corte Constitucional, entre ese momento y finales de septiembre habría tiempo para: hacer la convocatoria del presidente, realizar el estudio de aprobación en el Congreso (que además podrá empezar a tramitar proyectos nacidos del acuerdo), hacer la publicidad suficiente de los textos en todo el país y desarrollar las campañas por el "sí" a los acuerdos, por el "no" o por la abstención.
Si esa carrera se cumple se habrá logrado una acción deseada: que el plebiscito se vote antes de que llegue el momento de hacer la entrega de la mayoría de las armas por parte de las Farc, para lo que tienen 180 días luego de la firma.
Pero esa carrera depende de un asunto del que aún se sabe casi nada: que la Registraduría Nacional tenga los recursos y la cantidad de personal necesarios para organizar la votación en ese tiempo récord. A esa entidad le llegó el balón anoche, pronto deberá anunciar cómo lo manejará.
¿Que sigue?
La Corte Constitucional debe enviar la sentencia (379 del 18 de julio de 2016) a los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes para que estos la remitan al presidente Santos y este la sancione. Una vez sancionada la ley estatutaria, el presidente podrá hacer la convocatoria. Hoy la Corte dará a conocer los pormenores de la decisión así como los siete salvamentos y aclaraciones de voto que hubo.
Los servidores públicos sí podrán hacer campaña a favor o en contra del plebiscito, pero que esta no podrá incorporar contenidos que promuevan un partido, movimiento político o grupo significativo de ciudadanos, o que se relacione con la promoción de candidaturas de ciudadanos a cargos de elección popular.
Opinan expertos
Alfredo Beltrán Sierra, expresidente de la Corte Constitucional
Esta decisión lo que permite es que se acuda a un acto de refrendación popular. Que sea vinculante fue lo acordado por las partes el 23 de junio para ponerle fin al enfrentamiento armado. Esto es una excelente noticia.
Iván Cancino, abogado penalista
Que sea vinculante es muy destacable, pues un acuerdo sin la voluntad popular sería equivalente a cero. A la Corte le faltó audacia, debió haber dejado el umbral en el 25%.
Carlos Alfonso Velásquez, coronel (r)
La Corte hizo lo que pudo hacer para ajustar el proyecto que presentó el Gobierno. Las dudas están ahora en cuál será o cómo será la pregunta, que no podrá ser acerca de si aprueba la paz o a guerra. Para que las cosas salgan como el Gobierno lo espera los votos por el sí deben ser mucho más allá del 13%.
Santos, satisfecho
En una alocución al país, el presidente, Juan Manuel Santos, dijo anoche que lo negociado con la guerrilla solo quedará vigente hasta cuando todo se concrete. "Y cuando todo esté acordado, convocaré al plebiscito en los términos señalados por la ley y se publicará el texto completo del Acuerdo Final".
Explicó además que se hará una gran "pedagogía para que todos y cada uno de los ciudadanos estén enterados de lo que se acordó, y para que decidan libremente –a conciencia y bien informados– si lo apoyan".
"La paz se construye entre todos y para todos. Es un camino que debemos escoger y recorrer los colombianos, desde San Andrés hasta el Amazonas, desde La Guajira hasta Nariño", anticipó Santos de cómo será esa difusión a los acuerdos.
Explicó que "la contribución de todos –jóvenes y adultos, mujeres y hombres–, sin importar su ideología, es necesaria para construir esa Colombia que queremos" y planteó que "será un momento histórico –verdaderamente histórico– en el que tendremos la oportunidad y la responsabilidad de hacer sentir nuestra voz, porque lo que está en juego es de enorme importancia".
Santos también manifestó que respetará a quienes salgan a sufragar por el no. "En nuestro país el voto es un derecho, así como lo es no participar. Respeto profundamente ese derecho. Pero hay momentos en la vida y en las democracias en los que la indiferencia no puede ser la opción. ¡Este es uno de ellos!"
Insistió en que "su derecho al voto será más importante que nunca. Porque es el voto popular –¡es el voto de ustedes!– el que permitirá que el acuerdo se vuelva realidad".
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