
COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
La próxima semana se completa el primer mes de la tregua anunciada por las Farc y que, según ese grupo guerrillero, va del 20 de noviembre pasado hasta el 20 de enero de 2013.
Luego de que la guerrilla sorprendiera con esa decisión, se han presentado alteraciones del orden público en distintos puntos del país, que hacen dudar del cumplimiento del cese de hostilidades, lo que ha sido denunciado, incluso, por el Ministerio de Defensa y lo altos mandos militares. Si bien en el campo militar hay dificultades para verificar el cumplimiento o no de esa tregua, tanto el anuncio como las dudas de su efectividad ya han generado efectos políticos.
“Ofensiva” y “defensiva” son dos conceptos que ponen en aprietos a quienes pretenden identificar a los responsables de las acciones armadas que han ocurrido en este último mes. Eso porque es a partir de su esclarecimiento como se podría establecer qué actor armado tuvo en determinado combate la “iniciativa”, un tercer término también clave para la verificación de la anunciada tregua.
Se aprieta
Aunque pareciera una cuestión puramente semántica, es en esa realidad en la que el país encuentra un nudo cuando intenta constatar si las Farc han cumplidos su palabra. Y, como todo nudo, cuanto más tiran las tendencias a favor o en contra de la tregua, más se aprieta.
Por ejemplo, para el comandante del Ejército, general Sergio Mantilla Sanmiguel, en el caso de la tregua “los hechos son tozudos”. El alto oficial asegura que “en lo que va de la supuesta tregua, en todo el país han sido asesinados con armas de fuego tres hombres del Ejército (un suboficial y dos soldados), y han sido heridos otros 13 de nuestros hombres (8 con artefactos explosivos y los otros cinco con disparos)”.
Mantilla Sanmiguel no da cuenta de en qué circunstancias se produjeron esos hechos. En otras palabras, se abstiene de señalar si los uniformados muertos y heridos son el resultado de las acciones ofensivas que adelanta el Ejército en todo el territorio nacional o de hostigamientos guerrilleros. Pero reitera: “Los hechos son tozudos”.
Al conocerse el anuncio de tregua de las Farc, fue claro desde del Estado que la ofensiva de las Fuerzas Militares seguiría de manera sostenida en todo el país, tal como lo ha repetido en diferentes escenarios el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
“La Fuerza Pública tiene el deber constitucional de perseguir a todos los criminales que hayan violado la Constitución y la ley y hayan atentado contra la vida y la honra de los ciudadanos colombianos”, ha explicado Pinzón. “A los terroristas de las Farc se les persigue por todos los crímenes que han cometido a través de tantos años y no por los crímenes futuros”.
En esa directriz, las Fuerzas Militares han reportado todos los días el descubrimiento de caletas y la incautación de importantes cantidades de pertrechos de las Farc, así como la captura o la baja de integrantes de esa organización.
Así, por ejemplo, en un bombardeo de la Fuerza Aérea en jurisdicción del municipio de Ricaurte (Nariño) fueron abatidos guerrilleros de la estructura ‘Mariscal Sucre’ de las Farc, en donde murió su cabecilla, alias Guillermo Pequeño.
En otro golpe de la Fuerza Pública, en Vista Hermosa (Meta), fue atacada una estructura del Frente 27 de las Farc, encabezada Héctor Lombo Quiceno, alias Franklin Pipas, que murió en la operación militar. Era señalado como responsable del taxi bomba con el que fueron asesinadas varias personas, entre ellas, algunos niños, hace pocos meses cerca del casco urbano de Vista Hermosa.
La Policía también capturó a Ángelo Alberto Cáceres Macón, alias Javier Piloso, sobre quien pesa una condena de 40 años por el asesinato, en marzo de 1999, de los tres indigenistas estadounidenses Terence Freitas, Ingrid Washinawatok y Larry Gay.
La Dijín incautó un poderoso arsenal con destino al Bloque Oriental de las Farc. En la vereda Tierra Grata del municipio de Puerto Rico (Meta), descubrieron una caleta con 42 fusiles de asalto y siete lanzagranadas para los frentes 7, 10 y 40, que delinquen en Guainía y Guaviare, donde las Fuerzas Militares adelantan una ofensiva contra Géner García Molina, alias John 40, considerado uno de los mayores narcotraficantes de la guerrilla.
Sí han bajado las acciones
Otra mirada a la situación proviene de la Corporación Nuevo Arco Iris. Su director, León Valencia, asegura que sí ha disminuido la operatividad de las Farc: con respecto al año anterior, en un 70 por ciento “tomando las acciones que ha habido, sin calificarlas como iniciativa de las Farc o de las Fuerzas Militares”.
“En este periodo, contrario a lo que piensa mucha gente, es decir, los finales de año y principios de otro año, siempre son muy activas las Farc. Enero pasado fue el mes más activo de las Farc en muchos años. Ejecutaron 162 acciones. En enero de 2013 vamos a comparar qué tanto disminuye ese accionar”, explica Valencia.
Además, aclara que enero de este año fue el más violento, “ya no solo contando lo de las Farc, sino lo de las bacrim. Recordemos que Los Urabeños hicieron un paro armado en 26 municipios de siete departamentos”.
“De manera que enero de 2013 nos va a permitir mirar qué tan valioso fue el cese de hostilidades de las Farc, porque si comparamos este enero con el pasado y obtenemos que es muy baja la confrontación, pues podemos sacar la conclusión de que fue muy bueno el cese”, agrega.
Pero Valencia no deja de lado el componente político de la situación. Para él, el Gobierno no ha tenido una actitud ni una estrategia acertada frente al cese de hostilidades planteado por las Farc, “porque el Ministro de Defensa ha salido a desprestigiarlo”.
“En vez de valorarlo, (el Ministro) salió a desacreditarlo, y esa es una mala estrategia. Uno puede exigir cumplimiento, criticar que no es pleno el cese, pero tiene que salir a valorarlo y presentarlo ante la opinión pública como una conquista de las negociaciones, como es evidente. Si no hubiese negociaciones de paz, no habría ese cese. El Gobierno no ha sabido comunicar eso, no le ha sacado el jugo a una conquista evidente de la mesa y del propio Gobierno”, concluye Valencia.
Veeduría
Esta semana la Asociación Proyecto Justicia y Vida presentó la que llamó una veeduría del cese al fuego propuesto por las Farc, en el marco del proceso de paz 2012, con el propósito de realizar un monitoreo de las operaciones militares en todo el país, pues para esta ONG la principal víctima del fuego cruzado es la población civil.
Lilia Solano, directora nacional de Justicia y Vida, se hace una pregunta: “Si es un cese unilateral, ¿entonces quién van a responder por los otros ataques? ¿El Ejército, los paramilitares, las bandas criminales?”.
“Es muy preocupante que la información sobre el conflicto, especialmente la del cese al fuego, salga solo de los cantones militares”, sostiene Solano. “Decidimos avanzar en una cosa que ha habido en otros países del mundo. No estamos haciendo nada novedoso (la veeduría). Estamos copiando modelos de otros países en guerra”.
Atacaron una estación de Policía
Bogotá. Un grupo de rebeldes de las Farc atacó a disparos una estación de Policía de un deprimido pueblo del noroeste de Colombia, a pesar de que esta guerrilla declaró el pasado 20 de noviembre un cese del fuego unilateral para la época navideña.Así informaron ayer autoridades locales aunque fuentes de la Policía de la región del Urabá, a la que pertenece el pueblo de Murindó, dijeron a Efe que por el momento no trascenderán los detalles del hecho ocurrido por la tarde.
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