La transición de la guerra a la paz

La transición de la guerra a la paz

Colprensa | LA PATRIA | Putumayo

Los casi 30 mil habitantes del municipio de San Miguel Putumayo, comenzaron a borrar de sus mentes las huellas que por más de 20 años dejó la guerrilla de las Farc, con sus acciones violentas y la aplicación de la ley monte.

La líder del municipio Stella Guaspad, que aún le guarda luto a su esposo asesinado por las Farc en el 2007, afirma con voz de esperanza que hoy se ha sepultado la guerra y ha resucitado la paz.

Angélica María Meneses, habitante del corregimiento de Puerto Colón, jurisdicción de San Miguel, frontera con el Ecuador, recordó cómo en los últimos 13 años tenía que esconderse debajo de la cama junto con sus tres hijos para evitar ser alcanzada por las balas y cilindros que la guerrilla arrojaba contra el poblado a cualquier hora del día.

“Lo que pasa es que acá tenemos dos puestos de Policía y una estación de bombeo de Ecopetrol y los guerrilleros atacaban sin importarles la población”, señalo la señora Meneses.

Para ella y sus hijos el panorama cambió desde hace más de un año cuando la misma guerrilla anunció un cese unilateral al fuego y que hoy se mantiene gracias a la firma de la paz. Dice que el 2 de octubre no vacilará en votar por el Sí, a pesar de que no ha leído los acuerdos.

Un canto al a vida

En una casa un grupo de tres jóvenes que no superan los 18 años entonan canciones del género urbano con letras alusivas a la paz. Se trata de Zona Norte, una agrupación recién conformada y que con esfuerzo propio y con rifas y bazares logró grabar su primer disco compacto. Peque, su voz líder, afirma que él es víctima de la violencia por culpa de las Farc, pero que ese mal recuerdo quedó en el pasado y por eso hoy puede cantar a la vida y a la paz sin temor de ser callado por las balas asesinas de la guerrilla.

Huella

Por las polvorientas calles de San Miguel, testigos mudos de los enfrentamientos armados de la guerrilla con el Ejército y con las autodefensas, aún se pueden observar algunas casas marcadas con letreros de las Farc y de las Aun, cuando estos dos grupos se disputaban el dominio territorial que dejó un número indeterminado de muertos, desaparecidos y desplazados. En otras viviendas se ven los impactos de las balas y de los cilindros bombas.