LA PATRIA | MANIZALES *
El proceso de paz del Gobierno con las Farc, en el limbo desde el plebiscito del pasado 2 de octubre, entró ayer en una nueva y decisiva fase con la firma del segundo acuerdo que debe cumplir un trámite legislativo expedito para su refrendación y posterior implementación.
El acuerdo, que complementa con sus modificaciones el firmado el pasado 26 de septiembre en Cartagena, abre las puertas para que finalmente las Farc se desmovilicen y dejen las armas, proceso que, según pronosticó ayer el presidente, Juan Manuel Santos, comenzará a partir de la próxima semana.
Para ello es necesario que el Congreso refrende primero el nuevo acuerdo, que ayer mismo fue entregado por el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, al presidente del Senado, Mauricio Lizcano, quien anunció que el debate comenzará el próximo martes y debe ser resuelto en cuestión de días.
"Espero que, según el procedimiento establecido, la refrendación sea aprobada en el curso de la próxima semana. Ese día será el día D" para que, cinco días después, comience el movimiento de las Farc hacia las zonas rurales donde se concentrarán antes de su desmovilización, aseguró el presidente en el discurso que pronunció tras la firma en el Teatro Colón de Bogotá.
Noventa días después de ese día D debe comenzar la dejación de las armas por parte de la guerrilla y en 150 días, es decir a finales de abril próximo, "todas las armas de las Farc estarán en manos de las Naciones Unidas", dijo Santos en el momento más aplaudido de su discurso.
La confianza del presidente en que en el Congreso la suerte del acuerdo de paz será distinta de la del plebiscito del 2 de octubre en el cual la ciudadanía rechazó el primer texto, se basa en el hecho de que la coalición de Gobierno que lo apoya es mayoritaria tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
Así las cosas, no debe haber espacio para sorpresas pese a la anunciada oposición del partido uribista Centro Democrático, que no aceptó el nuevo acuerdo aunque incluye varias de sus propuestas, ha prometido que dará la pelea hasta el final.
"No vamos a defraudar a los colombianos. Refrendaremos los acuerdos de manera transparente y con garantías para la oposición", manifestó por su parte el senador Lizcano, miembro del Partido de la U, el mismo de Santos.
Entre los argumentos contrarios del Centro Democrático está en primer lugar que el nuevo acuerdo no resolvió el problema de la impunidad de los guerrilleros y que el Congreso no tiene entre sus funciones la de refrendar acuerdos de paz, con lo cual en caso de hacerlo, incurriría en el delito de prevaricato.
Para el expresidente Álvaro Uribe, senador y líder del Centro Democrático, el nuevo acuerdo, al no ser refrendado por el pueblo sino por el Congreso, constituye un "desafío a la democracia colombiana", por lo cual insistirán en un "mecanismo de participación ciudadana".
Esa postura refleja la falta de consenso alrededor del texto firmado ayer que, sin embargo, es la esperanza de millones de colombianos de terminar 52 años de conflicto armado con las Farc.
Al igual que lo hizo el día de la derrota en el plebiscito, el presidente Santos invocó ayer un "gran acuerdo nacional" para la implementación de la paz.
La tarea que se presenta tanto o más titánica que la negociación misma no solo por la logística que supone la dejación de armas de las Farc sino por las transformaciones que supone en el campo, la política, la lucha contra el narcotráfico y en la aplicación de justicia.
¿Gobierno de transición?
En medio del entusiasmo, más político que popular con el nuevo acuerdo, la oposición llamó la atención para un comentario hecho por el jefe de las Farc, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, quien en su discurso de ayer, después de pedir que nadie quede "por fuera" de lo pactado, propuso un "gobierno de transición" para su implementación.
Para sectores del Centro Democrático, del Partido Conservador, o el abogado constitucionalista liberal Jaime Castro, esta petición es un gazapo del nuevo acuerdo y sobre la cual el Gobierno debe fijar una posición.
"Confiamos en tomar parte activa en plena legalidad en los ya próximos debates y justas políticas. Destacamos la importancia que tendría para el país la conformación de un gobierno de transición, cuyo propósito fundamental sea el cumplimiento cabal de los Acuerdos de La Habana, el cual debería estar integrado por todas las fuerzas y sectores que han trabajado sin tregua por ello”, dijo el jefe subversivo.
Consultado sobre el tema, el expresidente César Gaviria dijo que un gobierno de transición como el que pretende la guerrilla “es un Gobierno de fuerzas que apoyaron el acuerdo, eso es lo que hoy tenemos”, aclaró.
Según Gaviria, “esta es una expresión que ni es ofensiva ni busca atacar a nadie”, aseguró en referencia al malestar que causó especialmente en sectores de la oposición como el Centro Democrático.
De hecho, el ex ministro Carlos Holmes Trujillo, hizo un comentario suspicaz en las redes sociales. “@CarlosHolmesTru: Ahora las Farc proponen gobierno de transición para garantizar el cumplimiento de los acuerdos. Queda claro hacia donde van?”, trinó el vocero del Centro Democrático.
Otro experto, el analista León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, dijo que “significa que no se van las Farc a ir solos sino que buscarían una coalición con las fuerzas actuales de Gobierno. Lo que buscan es un acuerdo para que en 2018 no sean derrotados por las fuerzas que se oponen al acuerdo”.
Le toca al Congreso
El Congreso de la República aprobó los debates que se realizarán para refrendar el nuevo acuerdo. En el Senado se realizará el próximo martes desde las 9:00 de la mañana, mientras que en la Cámara de Representantes se hará el miércoles desde las 8:00 de la mañana.
En la plenaria de la Cámara, aunque hubo rechazo por parte del Centro Democrático, la aprobación de la convocatoria para debatir y refrendar los acuerdos se aprobó rápidamente con 90 votos a favor y 13 en contra; mientras que en el Senado, donde se aprobó con 54 votos a favor y ninguno en contra, la discusión se realizó por cerca de tres horas.
Estos debates, ha explicado el presidente del Congreso, Mauricio Lizcano, no tendrán un tiempo límite y contarán con la presencia de los sectores del No así como con espacios de intervención para todos los partidos. En el Senado cada partido tendrá dos voceros, pero para el Centro Democrático habrá el doble de tiempo para intervenir, es decir, si cada partido tiene 15 minutos, el uribismo tendrá media hora.
Para el caso de la Cámara de Representantes su presidente, Miguel Ángel Pinto, explicó: "Vamos a invitar algunas personas representantes de los equipos coordinadores del No y a otras delegaciones del Sí y tendremos la intervención por supuesto de cada bancada que tienen asiento en esta corporación. Cada partido tendrá un máximo de 20 minutos y al final de las intervenciones de cada partido procederemos a votar la proposición que resulte del debate para el día miércoles", concluyó.
CON INFORMACIÓN DE EFE Y COLPRENSA
Militares se dan por satisfechos
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Acore, agremiación que reúne a los militares retirados comentaron que con este cambio se dio por superado el impasse.
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